jueves, 17 de diciembre de 2009

Consumismo. (por aquello de la navidad).

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Consumismo.

Hace todavía no mucho tiempo, antiguas tribus rendían culto a los dos solsticios que acontecían en el año, símbolo de final e inicio de ciclos; tales ceremonias se sustentaban en procedimientos paganos que justificaban su búsqueda ontológica, lo que permitía una satisfacción en la realización de un símbolo social que fortalecía una unidad.
Ahora estamos celebrando en el mundo lo que para algunos es el fin de un año, para otro el final e inicio de un ciclo, y unos más que sólo añoran las satisfacciones del ocio que la sociedad consumista ha pactado para elevar sus necesidades de vida. Conjuntamente con estas intenciones, se da una de las celebraciones más simbólicas del pensamiento occidental, el nacimiento del profeta Jesús, el inicio del mito, la razón de normas morales, tabúes y misterios, guerras e imperios.
No es posible separar el paganismo de la religión, pues seguimos rindiéndole culto a la generación de la luz, al que se le ve como un elemento simbólico del despertar de la conciencia, sea bien bajo la imagen de un símbolo religioso, o como la generación de la pleitesía a la ciencia, quien nos ha brindado a ésta, para manipularla a nuestro antojo.
La adoración moderna a la tecnología, no lo es tanto si suponemos la fascinación de los humanos de desvincularse completamente de todo aquello que le recuerda su proceder animal, al grado de sentirse superior a todos los demás, que le ha caracterizado desde el inicio de la civilización.
Esta conciencia de consumo, termina por transformarse en una necesidad, insertada por la guerra mercadológica de las empresas de comunicación, que logran saturar las conciencias de una hiperexistencia de necesidades específicas y con ello la enajenación del individuo, quien responde a dicho estímulo con la inversión de sus ganancias anuales, suponiendo con esto un aumento en la satisfacción de necesidades que gradualmente se van elevando.
Actualmente las fiestas decembrinas son víctimas de la depredación comercial, pues son uno de los negocios más lucrativos. La dependencia a los juguetes “modernos” son el rechazo cada vez más evidente del sentir espiritual, que se degrada ante la seducción de los placeres.
Eso no es nada, dichos placeres se han degradado ya al extremo de no representar más que una cotidianidad, que no espanta sino que nos despierta a un estado de embrutecimiento animal, más cercano que el de cualquier otro tiempo, pues esta misma degradación lleva a la vulgarización de los actos, poniéndonos nuevamente cerca de nuestra naturaleza esencial.
La moda, el cambio de los enseres “modernos”, no son más que diseños de piedras que brillan, la misma esencia animal nos hace mantenernos encantados por las cosas exóticas.
La búsqueda del exotismo caracteriza lamentablemente cualquier celebración que para el pensamiento contemporáneo es digno de ostentar. Dentro de poco utilizaremos taparrabos por que la moda lo considera kich.
La reflexión para estas fechas es sobre lo que hemos perdido, nuestro sentido se confronta con nuestras necesidades y termina perdiendo. Para la modernidad, lo único que queda es la interiorización de su intelectualidad, esto recordará lo importante que es ser feliz, recibir y enviar constantemente dicho mensaje, sino la esclavitud a las necesidades inventadas terminará por consumirnos por completo.

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domingo, 6 de diciembre de 2009

El valor real de la academia.

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo.
El valor real de la academia.

Hace algunos días tuve la mala fortuna de encontrarme en mi correo electrónico, una serie de tres videos pequeños en los que se exhibía a una persona cometiendo faltas a la moral y la convivencia social, en contra de unos estudiantes en el Centro Cultural Jaime Sabines. El mail dice: “denuncia pública” en contra de la conducta de un catedrático de la Facultad de Humanidades de nuestra máxima casa de estudios.
¿Qué tiene que estar sucediendo para que esa misma persona sea acusada de maltrato e insulto a los estudiantes y personal administrativo en dicha Facultad? Se sabe que en dicha escuela han sucedido una serie de vergonzosos acontecimientos sin que se tomen reales medidas para solucionarlos. Por mencionar algunos que ocurrieron recientemente está: una denuncia por acoso sexual en contra de uno de los profesores ¡¡promovida por una alumna de intercambio!! Titulaciones express de alumnos que no tienen el mínimo nivel académico, maestros titulados en universidades de muy bajo prestigio, por cierto para agravar más el asunto, en ramas que en nada ayudan a la formación profesional de estudiantes que no sean de pedagogía, maestros y alumnos por igual asistiendo en condiciones deplorables bajo el influjo de enervantes, corrupción, degeneración y una profunda falta de visión académica, es lo que aparentemente guía los albores de la Facultad de Humanidades.
Pero no es cosa nueva, los alumnos son los mejores testigos de lo que diariamente sucede en ese centro de saber, que cuenta con una biblioteca poco especializada en las carreras que oferta, una planta docente construida a medias, con ex alumnos muchas veces recién egresados, con un aparato burocrático que se ha comido buena parte de la vida académica y por supuesto, del presupuesto de esta institución.
Aunque no todo lo que sucede en dicho espacio es malo, bien es cierto que los escándalos en que sus catedráticos la han inmiscuido, rompen con toda buena intención con que fue creada. Éste es el momento de exigir verdaderos cambios para la vida académica e intelectual que supuestamente debe existir en nuestra Alma mather.
Por eso desde aquí le solicito a las autoridades académicas tomar cartas en el asunto. La discreción con que han pretendido llevarse los cuestiones internas de la administración, en la que se han minimizado las repercusiones de los actos que tan bajamente se cometen, auspiciados por sindicatos, círculos corruptos de poder, dañan más que los alumnos comportándose como lo que son, jóvenes con excesos de energía, mal canalizada por la ignorancia y la ausencia total de sensibilidad y serenidad, que suponemos, caracterizan a un verdadero catedrático de Humanidades.
Recientemente se ha propuesto como premio Chiapas a un catedrático de dicha escuela que cuenta entre sus haberes el inventar un premio en otro país, que tras ser corroborado en las instancias correspondientes resultó ficticio, constantes denuncias de sus alumnos por el vano dominio de sus temas y la desfachatez de presentarse en estado de ebriedad a clases. ¿Qué mérito deben tener entonces aquellos que legítimamente debieran aspirar a una condecoración que se entrega por una ardua labor social y/o artística?
Y no es que se pretenda difamar a nadie, mas todo lo aquí dicho es del dominio de la Vox populis, susceptible de ser corroborado en cualquier momento. Una refundación, sustentada en valores académicos, que aparte a las huestes de Frestón, el cura y el barbero que queman la biblioteca de don Alfonso Quijano, que someta a juicio académico a todos los integrantes, retomando a los valiosos elementos que con su labor sostienen los estándares de dicha Facultad, es sólo el primer paso a dar rumbo a la profesionalización de las aptitudes académicas, para devolver la dignidad a este espacio, que debiera ser el epicentro de las ideas y debates en la ciudad.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Arte contemporáneo de Chiapas

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo.
Arte contemporáneo de Chiapas.

El pasado veinte de noviembre se presentó en sociedad un proyecto cultural alternativo e independiente llamado “Casa Tomada”. Con performances del grupo “El último minuto” y música de grupos locales con un gran nivel musical tal y como son Voragyne, Aire Nuevo, In terra, Upinsmoke, además de los Bohemiansthc, Los del multiforo cultural “La Casa Tomada”, se sirvieron para mostrar una alternativa cultural independiente, que propone la convivencia artístico-creativa para el ejercicio de la contemplación y el goce de vivir.
Dicha presentación se ha vuelto el referente de una nueva propuesta creativa, que se establece como ventanal a los artistas que, por posturas o situaciones paradójicas, no mantienen un vínculo con las Instituciones de cultura oficiales.
Pontxo Hierbas, uno de los integrantes de este proyecto, nos comenta que la propuesta consiste en abrir una galería-museo en la que el arte local sea el principal atractivo, proponiendo a los artistas plásticos en un nivel estético particular, como oferta de ideas y emociones, buscando con ello propiciar el debate y el ejercicio de la crítica. “Es cuestión de unir a la banda y convivir en armonía” nos dice el Pontxo que mientras tanto, trabaja en separar los libros de una “biblioteca popular” en que se integrarán las propuestas underground “nosotros hablamos de ser la alternativa, de cocer los pensamientos. Imagina niños y jóvenes en talleres muy accesibles pa´la banda, promoción constante de la actividad literaria y gráfica en la galería, cineclub, biblioteca y un multiforo para los que quieren contar sus choros. Es como vivir del circo, aquí nos divertimos con todos”.
Si lo vemos en perspectiva, el proyecto de este colectivo abarca una propuesta multidisciplinaria que concretamente se estarán ofreciendo, por fin la actividad cultural local va a dar otra buena, como alternativa a los enajenantes aparatos de entretenimiento que actualmente consume nuestro tiempo de ocio.
Pontxo además nos platica que su propuesta alternativa consiste en acercar el espacio a los bolsillos de la banda, “de a tostón, o según se valoré en la asamblea, tienen que ver los talleristas. Por cierto en las mañanas tenemos un taller de “expresión corporal creativa” con Alejandro Licea, un círculo de lectura que el próximo sábado celebrará su primer encuentro y que preparará sus actividades para la inauguración del espacio que será en enero, taller de serigrafía y en este momento lo que ves, la biblioteca, pa que corras la voz de quienes quieren donar libros”.
Actualmente se está exponiendo una muestra de arte visual que incluye obras de Alejandro Nudding Cornejo, Daniel Río, Jaime Ignacio, Daniel Ruiz, Luis Zebadúa, Víctor Burguete, Lisandro Solís y Fabricio Molina, en un collage de colores, emociones y pasiones, que junto a un escenario desolado, reviven las fantasías que la pintura y el arte en general tratan de provocar en el subconsciente del espectador. Tal y como dice Huxley en Las Puertas de la percepción: “Se trata de provocar impresiones en los individuos, y para eso hay muchas formas”.
Por cierto, para los seguidores del Multiforo, estarán presentando la exposición pictográfica con un performance y música minimal con Haracanay, Cronos y Snrx, además de corsarov.
Las instalaciones de la casa Tomada están ubicadas en la primera norte oriente num 450, col centro de Tuxtla Gutiérrez, (maniquí rojo con letrero) de diez de la mañana a ocho de la noche para quienes quieran conocerlas.

Comentarios elliroforo@gmail.com

jueves, 19 de noviembre de 2009

La Revolución Mexicana en Chiapas 2

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo.
La Revolución Mexicana en Chiapas.

2ª entrega.

Como decía en la columna anterior, la rotación del poder político y la carencia de ideales firmes con los cuales emprender una lucha revolucionaria, transformó a uno de los más ambiciosos terratenientes del Estado, en el cacique con los cotos de poder más grandes. Tiburcio convirtió en un rotundo fracaso su alianza con Villa, destruyéndola para liderar su propio movimiento reaccionario, pues no le agradaba someterse a la voluntad política de un hombre que sobre todo buscaba un ideal social con la lucha que sostenía en el norte del país.
Los constantes enfrentamientos entre revolucionarios y contrarrevolucionarios resquebrajaron el orden constitucional, debilitaron la economía y fueron la causa principal de una larga y constante situación de inestabilidad político-económica del Estado de Chiapas. Esta es la razón por la que se dieron enfrentamientos armados de carrancistas y los rebeldes que fueron llamados por el vulgo “mapaches”.
Las tropas “revolucionarias” de Carranza fueron repelidas por los mapaches, formados y financiados por hacendados locales y llamados así por su costumbre de atacar a traición por las noches y luego huir. A la postre se convertirían en bandoleros, pretextando la lucha contra la revolución y el gobierno, quien entre otras cosas, promovían la reforma agraria.
Si bien la participación de los políticos locales en la lucha armada fue muy pobre, en la lucha política cobró otra dimensión; una muestra de ello es la exigencia de Belisario Domínguez para que no se permitiera el arribo de Victoriano Huerta al poder cuando se cometía una flagrante violación a la constitución vigente.
Al finalizar la Revolución mexicana se firmó un pacto de gobernabilidad con los terratenientes chiapanecos a cambio de respetar a sus privilegios, lo que explica por qué las “reformas” implementadas por los gobiernos post-revolucionarios tuvieron un impacto mucho menor en Chiapas. El Estado siguió siendo zona de exclusión de los avances en materia agraria y de respeto a los grupos étnicos y campesinos a lo largo del siglo XX y ya ni hablar de la importancia que tenía el progreso para estos gobiernos, al que se le veía como el verdadero enemigo, incendiario de ideales.
Chiapas llegó al siglo XX con mayor retraso en comparación con las entidades del norte y centro del país, dominado por un régimen caciquil. No obstante, el impacto de la Revolución logró infiltrarse en los dominios de los hacendados, conformando la conciencia de la revolución en el pueblo, si bien este fue de oídas y rumores, lo que bastó para que años más tarde, se implementaran ideales políticos que pugnaban por un uso pleno de la libertad y el derecho legítimo a la defensa del progreso. Pero esa es la historia en la que aún estamos.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Chiapas en la revolución

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo.
La Revolución Mexicana en Chiapas.

1ª entrega.
Desde la adhesión de Chiapas a México en el año de 1824 la participación de la entidad en los asuntos nacionales fue escasa. Esto debido a las condiciones geográficas y económicas que complicaban la distribución sociopolítica en el país.
A partir de la declaración de independencia de la ciudad de Comitán de Domínguez hasta la intervención de una unidad chiapaneca dirigida por Porfirio Díaz en la batalla contra la invasión francesa, toda participación de Chiapas en los asuntos nacionales, era como atestigua la historia, muy pobre.
La intervención de gobernadores como Emilio Rabasa Estebanel (que además de político, fue un escritor notable), colocaron al Estado en un papel más activo en la estructura económica y política del país. Aún así nuestro sistema social es un efecto de la serie de acontecimientos que se dieron durante el primer cuarto del siglo XX, en el que la principal característica de los grupos de poder era el interés mezquino por proteger sus intereses económicos, aún a costa de vetar el progreso en la entidad.
El estallido social desencadenado por la Revolución Mexicana de 1910 pareció detenerse en la frontera chiapaneca. El arribo de militares carrancistas, con la misiva de expandir los ideales de la revolución y buscar adeptos a la causa, puso en alerta a los terratenientes del Estado, por demás muy superiores a las estructuras de un gobierno incipiente que andaba apenas en sus primeros intentos de organización.
Su coalición convirtió a Chiapas en una fortaleza para proteger sus intereses, de tal manera que el impacto de la revolución mexicana en el Estado, fue menor a la de otras entidades vecinas como Veracruz y Oaxaca. Si bien las condiciones de descontento social (debido principalmente a la falta de educación, miseria, hambre, discriminación y negación al progreso), estaban dadas para concretar una revolución, el poder caciquil local se impuso ante la llegada de los ideales de esta, borrándolos del mapa.
No obstante, las luchas internas por el poder político y económico provocaron un mayor aislamiento en la participación activa en la vida nacional. Tiburcio Fernández Ruiz, principal opositor político del gobierno revolucionario, se alió a la división del norte y fue nombrado jefe del movimiento villista en Chiapas por el propio general Francisco Villa. Con este nombramiento, Fernández Ruiz organiza la famosa “División Libre de Chiapas” para combatir abiertamente al carrancismo en la entidad, lo que fomentó una rotación política de los diversos grupos del Estado compuestos por los Altos, Frailesca y Centro.
En la segunda entrega veremos como la rotación del poder y la carencia de ideales de los líderes políticos y hacendados del estado llevaron a éste a un aislamiento de la vida nacional y sus repercusiones en nuestra sociedad actual.
Comentarios: elliroforo@gmail.com

jueves, 5 de noviembre de 2009

los multiforos culturales en Chiapas. El caso de casa tomada

El liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Los multiforos culturales en Chiapas. El caso de casa tomada.

Los antecedentes de multiforos culturales en Chiapas son efímeros. Grupos como el de la Espiga amotinada en la década de los setentas y Los amorosos en los noventas, notables por su actividad cultural alternativa, se conformaron ante la necesidad de crear espacios de expresión artística multidisciplinaria, de donde se desprendieron proyectos culturales independientes como sucedió con Lola Montoya en su “Calmecac”.
Por otro lado, artistas de diferentes entidades como Mario Galindo, quien sobresale por el impulso al teatro independiente, aportando su ejercicio, tendente a la profesionalización amateur del actor. Su hambre de explorar los exóticos mundos del arte chiapaneco, llevó a la fundación de la casa de las tres hermanas en Chiapa de Corzo y posteriormente a la Casa del Murciélago en Tuxtla Gutiérrez, ambos espacios de expresión artística alternativo que movieron las Kloakas komunikantes del arte popular de la entidad.
Pequeños proyectos como la Cuija, café cultural que impulsó la identificación de los jóvenes con el arte urbano, forjaron el mercado del arte, expusieron una identidad y un concepto que acorde a los conflictos de cada época, defienden la libertad de expresión, más aún refiriéndose a una actividad estética de alto valor cívico.
Actualmente San Cristóbal de las Casas, se ha convertido la meca de los artistas locales y foráneos que visitan el Estado. En Tuxtla Gutiérrez existen proyectos alternativos que exponen a los artistas locales como El café de la Mari, Fractal, Shiva, El pódium, La puerta abierta, que ceden su espacio para la presentación e impulso de los artistas locales; pero que no dejan de ser escasos para el cada vez más creciente gremio de creadores.
En la capital del Estado de Chiapas, existen proyectos culturales independientes como Vientos cuturales, que se dedica a la creación de proyectos y talleres. En una entidad con más de medio millón de habitantes, sólo existe un Centro Cultural el “Jaime Sabines”, casas de la cultura que en su mayoría enseñan música popular y quizá, en algunos casos, exposiciones pequeñas y parques, pero las opciones reales para los artistas de recursos económicos limitados, son criticablemente escasos.
Se vuelve necesario tomar la iniciativa en la creación de acervos y exposiciones del producto de los artistas que radican en la localidad. Casa Tomada es un nuevo proyecto cultural independiente, que sosteniéndose en una estructura compuesta por los mismos creadores, pretende fungir como catalizador alternativo de las energías organizadas independientes de la comunidad artística. Anunciando su apertura para el mes de enero, trabajan en el acondicionamiento de un multiforo en el que darán talleres de las diferentes disciplinas artísticas, así como crear una galería de exposiciones itinerantes, foro de expresión teatral y cine club de arte.
Seguro que una colectividad de este tipo, proporcionará a la sociedad un referente de opinión alternativo, en donde se expondrán, en armonía y acorde a los valores de libertad y fraternidad que defiende el arte, las distintas vertientes que la comunidad de creadores posee. Invitan pues a visitar sus instalaciones en 1ª norte oriente 450, en el centro de Tuxtla, para conocer el proyecto y a los artistas independientes se les convoca a sostener un espacio de trabajos críticos y a que se sumen a un proyecto que no tiene otra bandera que el de la creación permanente.
Informes: elliroforo@gmail.com

domingo, 1 de noviembre de 2009

El valor de las tradiciones populares.

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
El valor de las tradiciones populares.

En los próximos días se han de celebrar un par de fechas que tienen un impacto significativo en el modelo cultural que poseemos como sociedad. Hablar de dicho modelo, implica estar consciente de realizar una labor crítica de la serie de tradiciones populares, que definen una identidad global, la que por cierto, se utiliza como imagen ante el resto de las sociedades.
El treinta y uno de octubre se celebra en los Estados Unidos de Norteamérica, su fiesta de Hallowen. El prestigio de esta fiesta ha trascendido gracias a su enorme aparato comercial, obligando al inconsciente popular a caer en la mercadotecnia de celebrar acontecimientos totalmente ajenos a la historia de la sociedad a la que pertenece.
El Hallowen es un jugoso negocio para quienes se dedican a surtir de enceres inútiles a la sociedad, que lamentablemente cae en el juego de la promoción. En México, lamentablemente, este efecto se observa en constante crecimiento. La celebración popular del “día de muertos”, herencia cultural de nuestros ancestros, aunque influida por celebraciones religiosas que han hecho un cambio en el contexto que hoy se celebra de la misma, se festeja sólo un día después del Hallowen norteamericano. Aunque las celebraciones siguen teniendo elementos de la tradición popular, no deja de ser triste que la inevitable simbiosis global de la cultura, nos alcance en nuestras entrañas.
En el goce del derecho a la libertad que todos los mexicanos poseemos, se es sumamente respetuoso en la labor enajenadora de aquellos que encuentran un negocio en el oportunismo y la moda, que aprisiona a las conciencias más jóvenes de nuestro entorno, en el juego del comercio.
La cultura del “horror” que tan superficialmente han creado Hollywood y las grandes cadenas comerciales, conduce la efervescencia de la sociedad por tener su celebración. Ahora a la par de montar altares con flores, representación de la conciencia mística de nuestra espiritualidad, se utilizan disfraces y se realizan festejos que poco o nada tienen que ver con la esencia que da origen a esta tradición.
El ejercicio de la memoria, sumado al de la exaltación de lo que la experiencia de la vida y la muerte representa para nuestra cultura, hemos permitido que se fusione la vulgaridad de los placeres. Si la intención de esta celebración es hacernos entender lo afortunado que es el ser humano por su conciencia de estar vivo, la disipación de la que dicha celebración es víctima por nuestra propia mano, hace que el sentido profundo se vaya transformando en un mero pretexto, tal y como se pudo observar hace muy poco en la celebración de la independencia.
Muy pocos remansos aguardan con los elementos populares tradicionales. Las calaveras de azúcar, la calabacita y demás dulces típicos, las calaveritas y las figuras tradicionales que el gran Posadas inmortalizó, cada vez se observan menos. El plástico, la concepción de lo monstruoso y hasta los colores que se vuelven obligatorios por la cantidad en la que se venden, son sólo algunas de las características que explican la cada vez más constante fragmentación social e ideológica.

jueves, 15 de octubre de 2009

Al contado, del Navo (Alias Omar Gámez).

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Al contado, del Navo (Alias Omar Gámez).

La literatura se compone de una intertextualidad, que a raíz de la labor educativa de las universidades, ha desarrollado ramas completas en las que se compendian una infinita gama de saberes y experiencias.
En los submundos de la literatura local, pocos son los esfuerzos independientes de expresar una perspectiva de la realidad que además de expresar una serie de características estéticas, como su buen ritmo, prosa y agudo sentido crítico, que lleva de la crudeza a la denuncia, de sutil humor negro a la voz oficial de la soledad y el desencanto.
El oficialismo, en el que la cultura es tan susceptible de caer, orilla a los artistas a conglomerarse en apartados tugurios que minan sus fuerzas creativas. La inactividad provoca en el artista el tedio y éste a su vez el desencanto. Pocos son aquellos que saben reponerse e imponerse a ese medio, volviéndose cronista oficial de cantinas y cabarets, voz de soledad, pero también de la armonía. Parece que el autor goza, haciendo recordar a su lector que, por muy grande que puedan llegar a ser tus problemas, comparado con el universo, eres completamente insignificante. No hay porqué acomplejarse.
El Navo, que a veces se hace pasar por Omar Gámez, cuando quiere proyectar una imagen mezcla de serenidad y cultura, es un provocador nato de sensaciones. Sus historias provocan decepción y deseo, empatía y risa o en el peor de los casos repulsión, a su forma de confabular el deseo pop por el sexo y la cultura post moderna del placer, pues se contrapone a modelos morales arcaicos.

Desde este espacio le agradezco al Navo que tenga valor de enfrentarse a un medio “oficial”, en el que si no le agradas a un editor, que como en cualquier parte, es un puesto ocupado por un incompetente mental que cree que el arte se trata de complacer y no de señalar. Publicar fuera de las normas es una provocación para el selecto público que vive en completa libertad. Con la misma libertad que Bukowski o Miller, sabe acercarse acertadamente al clímax textual, que como en la vida real, termina tan pronto como se inicia, sin tapujos ni pudores. La realidad no se anda con esas cosas.
“Lo Naco es chido”, le dice el Navo a la banda “soy el rey de la cacofonía”. Cuando el lector se encuentra con las páginas de Al contado debe valorar el ejercicio de la crónica de lo cotidiano. La sensación de ansiedad y tedio, de identificación con circunstancias tan distantes y aproximadas por el ejercicio narrativo, son las características que vuelven su lectura algo íntimo, a la vez de que logra acertar en la característica más compleja de todas, la sencillez.
Ahora le corresponde a la comunidad la labor de la alternancia. Las generaciones de los 80´s y 90´s vivimos con los avances tecnológicos y tan pronto como nos maravillamos, nos aburrimos. Contribuir a medios alternativos de distracción, como la literatura y el arte, lleva a refinar el sentido del placer, provocando la búsqueda de la exquisitez. Privilegio para un pueblo rico que se reencuentra en sus propias manifestaciones culturales.

jueves, 1 de octubre de 2009

2 de octubre ¿no se olvida?

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
2 de octubre ¿no se olvida?

Hace ya cuarenta y un años que en la ciudad de México, el gobierno movilizó a sus Instituciones represivas (¿A alguien le recuerda la actual situación que en el norte de país se vive?) en contra de la vulnerabilidad física de un movimiento estudiantil, que exigía mayores libertades, las que por cierto, ponía al país a la altura de Instituciones Académicas de países del primer mundo.
El desacertado sistema educativo de la nación se refugió en el gobierno, ante su imposibilidad de negociar salidas que permitieran, mediante el uso de la razón, crear alternativas que satisficieran las demandas legítimas de los jóvenes.
El acto represivo que se sucedió el 2 de octubre en la Plaza de las tres culturas, no fue solamente una forma de aplacar la denuncia social para el cumplimiento de demandas que elevaran la calidad de vida, hacia la dignidad material e intelectual, sino un precedente para futuras generaciones de los alcances que dichas instituciones poseían, al momento de dirigirse al origen del mismo estado que los volvía opresores, el pueblo. Parece que dicho ejemplo ha servido a muchos hombres de poder para aplacar con la fuerza, a quienes les rebasan con inteligencia y organización.
¿Cuántos han desistido en la lucha colectiva de la memoria por no repetir los errores del pasado? Parece que hay un momento, aquel en que nos incrustamos en la figura de la funcionalidad laboral-social, en que no permitir las aberraciones futuras de gobiernos, sin solvencia moral, ni ética, deja de ser importante. Se convierten en adoradores de un Dios que el mismo sistema de gobierno ha exaltado: El dinero.
Dejan de preocuparse porque los gobiernos y las oligarquías que reinan en nuestro “libre” país, buscan imponer su idea del control con elementos represivos, bajo el mismo control del Estado. Los llaman guardianes del orden, si me preguntan, insisto en que son guardianes de su propio orden, por supuesto.
El dos de octubre conmemora el inicio de la lucha por las libertades intelectuales y académicas, por la universalidad del conocimiento y el derecho de todos a buscarlo, que de ser aprovechadas por completo en su función, darían el vuelco a los aparatos del Estado a la funcionalidad, armonía y prosperidad social, a fin de cuentas, los valores de convivencia bajo los que decidimos establecernos como sociedad.
¿Pero qué pasa cuando en las secundarias, preparatorias y menos perdonable aún, las mismas universidades, catalizadores de la juventud, opacan ideas de libertad y conciencia, con su apatía? Sobreviene el olvido.
El olvido conduce a la enajenación y la enajenación es una forma de control moderna que se ejerce mediante aparatos de represión mental, que si bien no ataca violentamente de forma física, condiciona a conductas de bajo perfil, sin propuestas ni acciones, tal y como a las oligarquías, conviene para facilitar la explotación de la fuerza de trabajo.
Hoy los que conmemoran al movimiento estudiantil de 1968, tratan de contagiar con sus acciones una conducta disconforme con los planteamientos oficialistas. Sin mayor apoyo que el de amistades afines, los distintos eventos que enmarcarán esta fecha, se dirigen a impulsar ideales sociales que, más que inconformidad, dan eco a un pensamiento crítico, que se ejerce sin permiso ni grandes aparatos de difusión.
Dos de octubre, no se olvida.

jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Porqué un taxista gana más dinero que un profesionista?

El Liróforo.
Gabriel Velázquez Toledo.
¿Porqué un taxista gana más dinero que un profesionista?

¿Cuál es el trasfondo de una sociedad en que un no profesionista ganarse la vida con una mínima preparación académica, y hasta llegar a percibir mayores ingresos, que quienes han dedicado una buena parte de su vida a su educación profesional?
Según resultados oficiales de la ONU, México es uno de los lugares más hostiles para el desarrollo de una labor profesional. Entre mayor sea el nivel de estudios de una persona, mayores posibilidades hay de que no pueda obtener un empleo que esté acorde a sus capacidades.
Cuántos no hemos sufrido en carne propia las injusticias derivadas de la incompetencia laboral. Hay muchos motivos, desde la falta de exigencia de un nivel de preparación mínimo, como lo hace la iniciativa privada, hasta el producto de los famosos compadrazgos o el miedo de aquellos que fungen como jefes, quienes en su ignorancia suponen que la contratación de personas competentes significa el fin de su “poder” (llamándole así a las facultades que se le otorgan para coordinar una labor), pues siempre es más difícil someter a aquellos que en uso de su conocimiento reclaman derechos provenientes de su eficiencia.
¿Por qué debe ser necesario estar más de ocho horas en una oficina, pretextando el excesivo trabajo que se acumula? Un equipo laboral efectivo se traduce en el verdadero empleo de las facultades para las que se contratan y no en el chacoteo mañanero y la abulia. Todo deriva de la mediocridad que los mismos jefes permiten, porque simplemente ignoran por completo cómo enfrentarse a una labor profesional o las bondades de a organización que las personas preparadas pueden aportar a una tarea. Sólo digo que esas ocho horas de trabajo bien ordenadas, se traducen la mayoría de las veces en eficiencia.
Acostumbrados a la mediocridad, vemos a quien se dedica al transporte público ganar en una jornada lo mismo que un profesionista de licenciatura, a un malabarista de esquina lo mismo que aquel que pretende aportar algo a su Estado y la cultura, mediante la investigación. Vemos emigrar a quienes tienen doctorados porque las universidades han creado mafias llamadas sindicatos, que protegen derechos de sus afiliados, permitiendo con esto tener una cómoda posición en la que no es necesario continuar con una superación personal o colectiva.
Es mala la costumbre que hay de premiar a la mediocridad y a la ignorancia, siempre y cuando se vuelvan un voto útil. Ésta es la base del escalafón burocrático. Por sorprendente que parezca, más de treinta mil maestros están comisionados a labores sindicales en vez de dedicarse a dar clases. Nuestras universidades no cuentan con programas verdaderos de investigación y edición, pero sí con un aparato burocrático monstruoso que absorbe una buena parte de su presupuesto, que bien podría dedicarse a la investigación.
Este problema es de todos. No sabemos levantar la voz para lo que legítimamente debe otorgarse como herramienta de prosperidad social. El ejercicio de las competencias se supedita al poder. Nadie debe ser más competente que el jefe, es decir, es mejor contratar incompetentes para llenar un ego lastimero que retrasa la labor para la que se crea una institución.
El problema no es el Estado sino sus trabajadores. Si a cualquier institución pública se le realizase una prueba de facultades, saldrían en un noventa por ciento reprobados. No es posible que sigamos subestimando el valor de a educación, ni el llegar a inconformarnos por el cinismo con que nos presentan resultados diariamente de lo que no está bien en nuestra estructura social, y peor aún no hacer nada.
Si en nuestro medio social continúa la idea de que en el camino podremos aprender a realizar una labor, entonces no entiendo para qué impulsar que los jóvenes abarroten las universidades en busca de un conocimiento que socialmente pareciera no es necesario.
Dudas y comentarios: elliroforo@gmail.com

Los efectos de la crisis en los artistas.

El Liróforo.
Gabriel Velázquez Toledo.
Los efectos de la crisis en los artistas.

Todos nos quejamos cada quincena de que los precios de los insumos básicos continúan en aumento sin recibir de forma proporcional las percepciones económicas. El efecto de malas administraciones políticas, corruptas y sin conciencia social, ha venido a golpear las sencillas vidas de los habitantes de este país, que en las ideas anda perfectamente, pero en lo real es una búsqueda constante por evitar la angustia de deber lo que no se posee.
En tiempos de miseria, el mito nos ha enseñado a esperar héroes brillantes que liberen a los pueblos de esta, llevando a la sociedad hacia un sentido fraterno de identidad y prosperidad. Pero en el siglo XXI, el mito está muerto. Lo sepultaron la enajenación y vulgarización de mensajes de consumo en los medios masivos de comunicación.
La sociedad no cree en políticos, pero entra en el juego de la demagogia. Los inconformes no saben organizarse ni seguir niveles de profesionalización, que les otorguen autoridad moral ante la gente. Esta forma desorganizada es lo que hunde a la sociedad en ese bache de inconformidad a medias.
Pero peor aún, esto de la crisis ha logrado callar a las voces críticas, por conservar un empleo con una percepción segura. La reducción de artistas es cada vez más notable. La falta de prosperidad se debe a la falta de una percepción crítica, que se ha enterrado por el mundo del consumismo. Lo original está de sobra porque no está a la moda.
Esto de la moda, o la repetición en masa de modelos económicos de artículos diversos, diseñados para engrandecer el ego humano, ha llevado a los artistas a relegar a un segundo o tercer lugar su actividad creativa, pues la necesidad inmediata es la de subsistir. En México, la creación no es un producto de consumo.
Así, la crisis oficialista obliga a replegar el goce estético que da vida al arte, sustituyéndolo por información inútil acerca de balances falsificados de las Instituciones y de la vida personal de un grupo de “famosos” que a nadie importan, vendiéndolos a los consumidores de los medios masivos de entretenimiento como productos.
Esa es la situación actual, pero a los artistas aguantadores que prefieren seguir creando aunque su nivel social no prospere y continuar protestando por la forma en que la sociedad se enajena, están los consejos del gran artista-vagabundo Henry Miller. En sus novelas Trópico de Capricornio y Trópico de Cáncer encontramos el genio del arte que aquí citaré parafraseando: un artista debe ser una genialidad que represente a sus compañeros un deleite. Una vez que el artista consigue esto, se transformará en un pícaro que hará valer su genio para arreglárselas, anteponiendo como principal regla, que cualquier reunión social debe ser sinónimo de comer bien. Una barriga llena es sinónimo de una conciencia tranquila y trabajadora.
El pícaro sabe ser oportuno a la hora de molestar a un amigo por comida o vicio. Por eso tiene muchos amigos. Se vuelve un ser social a las fuerzas, aunque mantiene estoico su nivel de neurosis, por tener que soporta los improperios de esas amistades, que a fin de cuentas lo mantiene en el estatus de creador-intelectual. El artista además debe refinar su instinto porque a la par de su labor estética, debe reconocer a cuál de los amigos en turno es permisible visitar.
Este nivel de audacia funcionó en Miller, quien se transformó en uno de los íconos de la buena literatura norteamericana. Si el artista de hoy decide valerse por sí mismo, convenciéndose de su función como creador se sumará a más esfuerzos individuales que terminen transformándose en un movimiento, y así cualquier crisis se encontrará con un movimiento cultural que fungirá como catalizador de las denuncias, traduciéndolo en un mensaje de convivencia social con alternativas producto del ingenio individual, sin monopolios ni convencionalismos de por medio.
Dudas y comentarios: elliroforo@gmail.com

jueves, 17 de septiembre de 2009

¡El otro grito!

El Liróforo.
Gabriel Velázquez Toledo.
¡El otro grito!
La noche del quince de septiembre es popularmente un día de fiesta que trata de exaltar un sentimiento de patriotismo, para identificarnos como parte de una sociedad, valiéndose de las imágenes de caudillos que dieron pie, con su lucha e idealismo, a la sociedad mexicana de hoy en día.
Los gobiernos locales de todo el país premiaron el esfuerzo y aguante de sus gobernado, por estos tiempos de crisis, que curiosamente no les han afectado mucho, llevando grupos de música, eso sí muy mexicana, en las principales plazas del país, para el entretenimiento y deleite del pueblo. Por si no fuera poco, para quien no lo pudiese ver en vivo tuvo transmisión vía televisión abierta para no perder detalles de La fiesta. Fuera del margen oficial, para muchos se ha transformado en un rito a invocarse anualmente, para la unificación del sentimiento patriótico-familiar, sumándose en lo particular a la fiesta de gozar de una libertad relativa, que le da la oportunidad de faltar a la escuela o el trabajo y actuar desmedidamente. El homenaje a los héroes libertadores de las conciencias oprimidas del siglo XIX y XX ha sido sustituido por una verbena popular que los vuelve figuras de su entretenimiento.
Y no es que esté en contra de celebrar escandalosamente la efusión que provoca un nacionalismo desmedido, no es lo mío. Pero sí estoy en contra de la falta de escrúpulos para celebrar sin conocimiento de causa o peor aún sin una filiación ideológica, una fecha. La gran mayoría de las personas que celebraron las pasadas fiestas patrias ignoran que Morelos fue un sacerdote y Mina un liberal español. Si seguimos así la identidad nacional histórica, será sustituida por mercadología especializada.
Para buena fortuna de la pequeña población inconforme con la enajenación mediática vulgar que se le ha impregnado al sentido de esta celebración, un colectivo de comunicadores celebró su campaña de festejos alternativos “El otro grito”.
El experimento cultura alternativo que dio varios sorpresas agradables con bandas de bastante buen nivel como “Vorágyne” y “la ruta” o “Luz verde” además de ofrecer un performance del colectivo “Teatro Quimera”, tianguis cultural y la participación de más de 22 bandas y cerca de 500 chavos de todas las edades, que se reunieron a celebrar el mensaje de libertad y armonía que tienen como principio los integrantes del proyecto de comunicación alternativo conocido popularmente por la banda como “radio Proletaria”.
El otro grito hizo convivir a metaleros con rockeros y skatos, bailar al más intrépido y acercar el gozo del arte popular alternativo urbano que en Tuxtla se está creando a los jóvenes, buscando demostrar lo que el respeto y la convivencia puede hacer.
“Es una provocación a la banda para actuar con conciencia” dicen los organizadores, “se trata de que alguien tenga la voluntad de organizar a las bandas y hacerse responsable de lo que sucede, y por eso nos organizamos, porque queremos difundir nuestro mensaje”.
Como críticos de la cultura en que vivimos, no podemos dejar de apreciar estos intentos tan afortunados de organización cultural, el enorme potencial que los jóvenes, por su carisma y energía, poseen, es sin dudarlo, una muestra de la nueva conciencia que se forja en la sociedad, ante las constantes agresiones que transforman la percepción de su realidad. “El otro grito” rescató del limbo discursivo oficialista, el mensaje de la independencia: libertad.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Ser original

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Ser Original.

Muchas veces he compartido la opinión de que nuestra sociedad contempla dentro de cada grupo social, una diversidad que compagina los caracteres de sus integrantes. Esto sale a flote porque siendo observadores, podemos darnos cuenta de la forma en que la conciencia de individualidad se transforma en una obligación y una necesidad. Termina siendo necesario seguir estándares, aunque sea de forma vulgar, de lo que los indicadores comerciales, morales y sociales, delimitan como correcto.
El ser original es por supuesto una de las características que, a la manera animal de exhibir sus atributos, se despliegan en la transformación de lo real en la conciencia del individuo. La inseguridad en el medio social, académico, intelectual, deportivo y un gran etcétera, lleva a un individuo a agazaparse en sus atributos, orillando a una transformación inducida por el mismo individuo, hasta lograr alcanzar al objeto de su deseo, sin importarle transformarse en un estereotipo.
La mayoría de estos estereotipos se dictan como necesarios en las series televisivas y en menor medida en libros, que parten del mito del inconsciente cultural colectivo que se imponen como elementos enajenadores de la conciencia libre y la necesidad de la crítica. Por eso es que tan a la mano existen determinadas personalidades que se imponen en los grupos, el galán, el intelectual, la popular, etc.
Pero qué podemos esperar cuando, quienes deben ser voz de la conciencia social, y me refiero a los artistas, académicos e intelectuales, han perdido el espíritu crítico, si es que alguna vez lo han tenido, y suplen sus carencias culpando a la sociedad, sin comprender su papel de reformadores de conciencias. Si creen que con pintar cosas bonitas o componer poemas que hablan de los eternos temas del amor hacen su aportación a la cultura popular, he de advertirles que esto termina por orillar a la mediocridad, pues significa la ausencia total de un ideal, una búsqueda y un deseo de trascendencia. Por la bohemia no se entregan premios, ni por satisfacer el ego en pequeños círculos, más bien íntimos.
La vanguardia son los grupos musicales que refríen sus canciones de éxitos populares de décadas pasadas, como si fueran incapaces de crear, la vanguardia son los parásitos compadres que viven del presupuesto, fusilándose temas completos, porque no son capaces de echar un vistazo en su propia conciencia para innovar. Y es triste ver, qué tan pocos son los individuos que buscan la libertad cada día con su arte, combinándola con la crítica y la humildad, tan importante en estos días dicho sea de paso. Las normas oficiales también contribuyen, pues alejan cada vez más los temas importantes que dan forma a nuestra identidad, como ha sido el caso del recorte a la historia mexicana que se impartirá en los niveles básicos de educación, sólo por citar un ejemplo.
Ser original es más importante que ser uno mismo. Aunque estemos mintiéndonos constantemente. Seguimos parámetros de quienes admiramos, un amigo, un artista, un familiar, y tratamos de confortarnos imitándolos en lo general, dejando para lo particular exotismos que nos “diferencian”. El entorno social termina volviéndose una competencia de egos y no de valores.
Nosotros, público de esa élite que nos comparte sus reflexiones, tenemos derecho de exigir un refinamiento crítico del discurso, porque la trascendencia ideológica de las sociedades se goza en el conocimiento. No es necesario comportarnos de alguna forma para conseguir aceptación, seguir los impulsos de libertad, moderados únicamente por la conciencia del respeto hacia los demás y realizando algún aporte significativo al mundo de las ideas.
Comentarios: elliroforo@gmail.com

jueves, 27 de agosto de 2009

Sobre la mala convivencia social.

El Liróforo.
Gabriel Velázquez Toledo.
Sobre la mala convivencia social.

El ser humano se deshumaniza cuando se encuentra en un medio social amplio. Tal es el caso de los conglomerados que las ciudades cosmopolitas albergan, en los cuales los niveles de violencia son, por lo general, muy altos. La sociedad se transforma de un refugio común para sobrevivir, a un hostil campo de convivencia forzada.
Pareciera que el contacto humano debe transformarnos -por la virtud que tenemos de poder utilizar la razón- en seres civilizados, conscientes de una responsabilidad en la convivencia social. Pero esto no es así, sino que ocurre el caso contrario, en el que el superávit de población, da pie a filias fuera de lo imaginable, que muestran el efecto de la intensificación del contacto humano, convirtiéndose en una degeneración paulatina.
La búsqueda de la individualidad está prohibida fuera de pequeños grupos en que íntimamente nos develamos, prohibida por un sentido oculto que no intentamos comprender porque se nos ha enseñado a seguirlo fielmente. Nos enseñan a vivir bajo principios de una doble moral que al crecer descubrimos y enfrentamos sin las herramientas necesarias, dejándonos absorber en la misma enajenación que criticamos. Para prueba, no dejamos de consumir los productos de las grandes empresas que, por medio de publicidad, se vuelven necesarios.
Hoy en día utilizamos el conocimiento, que se adquiere cada vez de forma más sencilla, con herramientas como el internet y las bibliotecas, para conducir nuestro propio deseo. Lo que no tiene nada de malo si se hace de forma responsable. Lamentablemente el hombre es por aprendizaje social, de excesos y doble moral. Los sistemas políticos enajenan el pensamiento popular, permitiendo que la religión se encargue del sometimiento y del criterio que debe regir la convivencia.
Nuestra sociedad ha concebido un valor simbólico a la soledad, convirtiéndola en un privilegio, pues le nombran la búsqueda. La conciliación del mundo y la sociedad, Dios y la moralidad, son la preconcepción ética religiosa que se impone de forma trágica a la creación misma del ser humano. Subestimado a propósito en su papel de criatura sometida a una voluntad mucho más poderosa, el hombre crea prejuicios a aquel que no se asemeje a él, rompiendo las normas más básicas de la convivencia, las del respeto.
Es obvio que la carga existencial, que nunca se sobresee del elemento social, es la reprobación de la ignorancia. En la historia de Frankenstein o Prometeo moderno de Mary Shelley, la criatura creada por Víctor Frankenstein para demostrarle a la sociedad el error en que vivían, censurando a la ciencia y perdiéndose de sus infinitas posibilidades, es víctima de una labor que se sitúa en él mismo; flanco de amenazas y reprobaciones que, emitidos de un juicio sin el mayor sustento ético, se relaciona con la hiperconciencia colectiva de la ignorancia de los valores. El monstruo es atacado por su aspecto, la conciencia de su individualidad, expuesta en sus cicatrices y deformidad, lo transforma en un fementido. Se vuelve enemigo de su enemigo, la sociedad y busca vengarse.
Hoy existe una búsqueda generalizada de la conciencia. Se trata de romper paradigmas, lo que causa un conflicto de intereses individuales. Nadie se ocupa de la convivencia, sólo del ser, y hasta que no se simplifique el sentido virtuoso de los principios que las religiones proponen, retomadas de tradiciones muy antiguas de armonía interna y externa, no dejaremos de encontrar en cada rincón del mundo, la mezquindad de la avaricia.
Dudas y comentarios: elliroforo@gmail.com

jueves, 20 de agosto de 2009

la narrativa y el cine

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
La narrativa y el cine.

Ir a los cinemas, o salas de cine, de unos años para acá dejó de ser el acontecimiento más relevante que una familia clase mediera pudiera disfrutar, para convertirse en un lujo.
Gracias a que los medios de comunicación masivos ahora ponen películas que hace muy poco tiempo todavía se encontraban en cartelera, a que los precios de dichas salas se han transformado en obscenidades contra la economía familiar, la pésima calidad de las producciones filmográficas comerciales y a que la abulia social se ha convertido en un verdadero cáncer, por supuesto impulsado por élites que fomentan un “orden” que se basa por supuesto en la enajenación, el cine se ha desvirtuado enormemente como símbolo de la protesta social y se ha transformado en un arquetipo más de las herramientas enajenadoras que existen en el mercado.
Más preocupante que eso es la prostitución del arte literario. Especialmente Hollywood, no ha tenido reparos en que para fines de “moda” y lucro, se desvirtúe una historia que ha trascendido los anales de los cánones narrativos, por sus profundos valores simbólicos e ideológicos, y se transforme en un bosquejo semi-anecdótico, plagado de elementos que, sin una base ideológica, son introducidos en el discurso filmográfico comercial con la intención de fomentar un espíritu de consumo.
Buena culpa del abaratamiento de dicha labor la tenemos nosotros. Nuestro espíritu crítico no es exigente, en Japón cuando una película no es gustada, simplemente se levanta y solicita le sea devuelta su entrada, ya quisiera yo ver que el consumidor latinoamericano pueda disponer de su derecho a exigir se cumpla lo que de forma visual, en carteles y anuncios prometedores, ofrecen. Peor aún, gozamos de un ejemplo muy la mano y que aceptamos sonrientes. Es plagiada una novela de Rosario Castellanos y transformada en una mala telenovela de moda. Balum Canán es una de las joyas literarias chiapanecas, muy por encima de la obra poética de los autores oficialmente celebrados y quien puede olvidar que la adaptación de El amor en los tiempos del cólera de Márquez, se volvió un éxito por la mala adaptación musical de Shakira.
Pero no podemos sorprendernos, hace poco tuve la oportunidad de ver la película Frankenstein de Mary Shelley del año 1994 y dirigida por Kenneth Branagh, la película descontextualiza completamente la humanización del monstruo, por el terror de una lucha moral, que se sienta en los principios de una sociedad religiosa que se niega a los avances de la ciencia. Mary Shelley volvería a morir si descubriera que su magna obra está circunscrita a un género que poco tiene que ver con su verdadero valor social y simbólico. De esta misma forma se han permitido barbaridades de toda índole, desde Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, de Dumas, hasta Juan Rulfo con Pedro Páramo.
Para contrarrestar esto, es muy necesario que los consumidores asiduos del cine dediquen algunos minutos de su tiempo a la lectura. LA importancia de la trascendencia estética, con todo lo que implica, debe anteponerse a los valores comerciales de los aparatos económicos mundiales, de lo contrario el resultado seguirá siendo la mediocridad.
Por supuesto que no puedo referirme simplemente al cine como el culpable. Desde la creación del cine independiente, que en México se dio a mediados de la década de los setentas, una oleada de películas con un profundo contenido estético, se ha impuesto, pese a las carencias de producción contrario a lo comercial, pues ha preferido guardar el fondo del discurso por sobre la forma.

jueves, 13 de agosto de 2009

Matsuo Basho y los Haikus

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Matsuo Basho y los Haikus.

Los Haikus son formas poéticas japonesas que tienen una muy fuerte influencia del pensamiento Zen. Creado por los monjes Budistas, es el reflejo de la experiencia espiritual que busca construir imágenes concretas a través de actos poéticos que tienen como fin transmitir una armonía al espacio perceptivo estético.
Según Roland Barthes “los sueños son Haikus”. La definición de las pequeñas imágenes que se desarrollan en el inconsciente cuando dormimos, encaja perfectamente con la intención Zen de reflejar en sus meditaciones, instantes repletos de sentido armónico, demostrando el resultado de la búsqueda ontológica. La vida tiene sentido cuando el ejercicio de la observación vuelve al ser humano hiperconsciente de su entorno.
El desarrollo del lenguaje es una muestra de que el entendimiento humano se ha sometido a la percepción simbólica. El ejercicio de la escritura no es más que el traslado de dichos símbolos a un lenguaje simplificado en sus formas. Las afirmaciones de Karl Yun sobre que “la percepción de la realidad viene filtrada por las categorías de nuestro mundo simbólico”, apertura un mundo de posibilidades para la interpretación de estos.
Los Haikus tienen en su forma, una consistencia que hace pensar en lenguajes primitivos. Elementos como la intuición, son ampliamente rescatados en este ejercicio poético, en que el mundo metafórico está transformado por la sensibilidad del autor. Por el contrario el Waka es una forma poética mucho más literaria que se centra en la belleza estética de la lírica, su contenido es mucho más temporal y explicativas, dejando al ejercicio de la interpretación un espacio mucho más limitado.
Matsuo Basho (1644-1694) Es considerado como el mayor poeta de Haiku en Japón y por lo consiguiente en el mundo. Curiosamente se educó como samurái, lo que conllevo a una educación fuertemente influida por la figura de Confusio, que ejercía una influencia muy grande en el pensamiento de la época. En 1681 conoció al maestro Zen Bucho, de quien recibió la iniciación a la sabiduría Zen. Basho (que en japonés significa plátano) dirigió sus meditaciones al mundo de la poesía, donde descubrió que esta era algo más que belleza, intelectualidad o moralidad.
Basho traslado al Haiku, como sucede con el pensamiento Zen, al centro de lo cotidiano, sin excluir nada de su campo. La poesía del aquí y del ahora, sin considerar dimensiones del tiempo, e insertando su temática en la indefinición de la simple apreciación. Este monje logró que el mensaje del amor y el contacto con la naturaleza que su filosofía predica, se incrustara definitivamente en esta forma poética.
Aunque en México autores como Octavio Paz hayan pretendido imitar el Haiku en su forma para canalizar sus necesidades estéticas, ciertamente no lograron trasladar la fuerza de estos ejercicios, quedando como simples imitaciones. Matsuo definió a los Haikus como “lo que está sucediendo en este lugar, en este momento” pues consideraba que “los versos de algunos poetas están excesivamente elaborados y pierden la naturalidad que proceden del corazón. Lo que viene del corazón es bueno, la retórica es innecesaria”.
Por último Roland Barthes consideró que los Haikus “son la base de la construcción de la novela moderna” obviamente que como ejercicio, mediante el cual, el escritor de ahora debe buscar la concatenación de frases cortas, que a su vez representan imágenes cortas, con que el ritmo y la claridad del mensaje llega de una forma menos superficial al lector, obligando con esto a elevar el nivel discursivo, pero en especial, transliterar la búsqueda estética.

Matsuo Basho. (1994) Haiku de las cuatro estaciones. Madrid. Edit. Miraguano.

martes, 4 de agosto de 2009

Visitas

Visitas

Sigilosa asomó una antena. Observó un panorama alentador, una bestia enajenada tendida en un sofá.Sínicamente dejó su guarida. Torció en vertical por la tabla del librero y atravesó, una vez en el piso, a toda velocidad a la cocina.
Su osadía me dejó anonadado, pues le ví relajadamente bajar de mi librero. Todo el tiempo fui observado y atentado en la higiene, mientras me ocupaba en vanalidades. Sin perder de vista el camino tomado, recorrí la pared con cautela hasta llegar a la cocina. La tomé infraganti, mientras se regocijaba en los restos de una torta en la estufa ¿cómo diablos llegó hasta ahí tan rápidamente?
Tomé una lata vacía de cerveza del suelo y, en un momento de dignidad y orgullo, dirigí mi puntería hasta donde se encontraba la invasora. No era de permitirse que se burlara. Sin pensarlo, lancé el misil “Superior”. Rompí un vaso de cristal que a su vez se estrelló con el resto de trastes del lavabo generando un ruido estruendoso.
El atentado fue un rotundo fracaso que cubrió la retirada del animalejo. Cuando levanté el desastre, simplemente se había esfumado.
Las noches siguientes fueron de vela. Revisé cada uno de los rincones del librero y muebles adyacentes a la sala, sin tener ningún éxito. ¡No era posible que pudiera desaparecer en un lugar tan pequeño!
Cuando las cosas volvieron a lo normal, o sin insectos, relajé mis costumbres y volví al ocio. No sé si los infomerciales baratos convirtieron mi primer miedo en una obsesión, que me acompañaba en pesadillas de un hombre convirtiéndose en un repugnante insecto.
Pasada una semana, entre ensueños, me encontró en el mismo sofá de la primera noche. Esta vez veía fijamente hacia mi, retadora. Subió por el retrato familiar del librero y se posó directamente en la sonrisa desencajada de mamá ¿Era acaso alguna especie de desafío?
No perdí tiempo y mientras resbalaba a toda prisa en vertical al piso, me quité uno de los zapatos, aventándolo en su contra. Mi maldita puntería, ingrata testigo de una infancia aburrida de videojuegos, hizo que derribara los libros y portaretratos en un alud, desaprovechándole la pista.
Cansado de la fantochada de cazar insectos, la busqué furiosamente, encontrándola arrinconada en una pata de la mesa. Tomé el zapato que aún calzaba y fui tras ellas. Me pareció tomarla por sorpresa, cuando desde arriba, lancé un satisfactorio golpe para aplastarla. Al levantar mi improvisada arma, no encontré nada ¿Cómo podía escabullirse?
Utilicé lo que de coordinación motriz, dignamente, me quedaba para ubicar al enemigo. Girando torpemente sobre mi eje, en una actitud tribilinesca, sujeté la pared y logré verla escondida en una rendija debajo de la estufa.
Al presentir mis movimientos huyó despavorida a través de cuanto obstáculo encontró. Traté de detener su huida con escandalosos golpes errados, mientras la ví escabullirse debajo del refrigerador.
Como no era algo para sentirse orgulloso, utilicé todas mis fuerzas para vengarme. Traté en vano de mover el enorme aparato, pero todo fue inútil. Cambié de estrategia. Tomé el resto de las botanas de la fiesta y las puse en medio de la cocina. Apagué la luz y replegado en la pared con un matamoscas, esperé paciente.
Cuando por fin le vi acercarse, su actitud era aún de desconfianza. Medía el terreno acercándose un poco y alejándose otro tanto. Su método le daba ventaja para calcular una huída. Cuando estuvo al alcance del matamoscas, hubo algo que me detuvo ¡Un segundo bicho asomaba de debajo de la licuadora! ¿Cómo demonios había llegado hasta ahí? Con el cinismo de la primera, recorrió el trecho que le separaba del festín. Verles actuar de forma tan descarada me llenó de furia. Eran astutas y capaces de reconocer peligros en el ambiente. Avancé lentamente hacia ellas. Justo a un paso les vi huir a toda prisa sin dar tiempo a nada.
Me pareció estúpido alimentar al enemigo, recogí la trampa fallida, tomé una escoba como arma y la agité debajo del refrigerador con la intención de aplastarlas. Una de las cucarachas salió disparada, la fulminé con la escoba dando de golpes como loco, una, dos, tres, cuatro. Era un asesino bañado en el éxtasis de exterminar la amenaza. Cuando apenas quedaba una cáscara volví en mí y pude dejarle en paz.
Al siguiente día, una llamada a la puerta me despertó. Era la dueña del edificio que llevaba una lata de insecticida, algunos empleados, vestidos completamente de blanco, la seguían.
─Los vecinos llamaron y reportan que en los departamentos hay una plaga de cucarachas. Disculpe es que fumigaron los locales aledaños. Dijeron también que hablara con usted sobre sus sonidos extraños.
─Todos tenemos manías- le dije
─A los vecinos no les importa ─contestó─ en un par de días todo volverá a estar como antes.
Vi con horror la escena de esa mujer vengando las afrentas hechas contra sus inquilinos. Los hombres entraron con mascarillas y tras verme salir, rociaron por completo sus bombas con veneno sobre mi casa. Me sentí desdichado. Era un insecticidio.
Cuando me permitieron volver a mi hogar, descubrí decenas de diminutas cascarillas adornando patas pa´arriba la cocina y la sala. Algunas aún se retorcían en su agonía y un extraño olor inundaba el ambiente. No volvería a atormentarme con sueños de hombres-insectos ni antenas parsioniosas. Para eso eran suficientes con los infomerciales.

jueves, 30 de julio de 2009

Alejo Carpentier, la revolución Mandinga y el nacimiento de lo real-maravilloso.

El liróforo
Gabriel Velázquez Toledo

Alejo Carpentier, la revolución Mandinga y el nacimiento de lo real-maravilloso.

Alejo Carpentier y Valmont nació en la Habana, Cuba, el 26 de diciembre de 1904, de padre francés y madre rusa. Tras los disturbios de los años 20 contra el régimen que había en su país de origen, parte a Francia en donde desempeñaría uno de los esfuerzos artísticos más notables por comprender América. De 1944 a 1956, fue suficiente para que su imagen artística diera un vuelco sorprendente que lo colocó dentro de los cánones de la literatura en lengua castellana.
Durante los inicios del siglo XX los esfuerzos de los artistas latinoamericanos por lograr la concepción de una vanguardia en el arte que fuera digna de sus inquietudes estéticas y en la cual tuvieran cabida sus profundas preocupaciones ontológicas y su ejercicio estético, que cada vez con mayor rapidez se desajustaba de los modelos europeos. Inmersos en un marasmo de conflictos intelectuales sobre la labor del artista en la época, lograron reflejar su quehacer artístico sentando las bases ideológicas que referían el sentir espiritual de la sociedad latinoamericana. Esto se manifestó como el resurgimiento de una identidad que, aunque desde Martí se daba por sentada, encontraba una voz racional que le proporcionaba un espacio real en la conciencia colectiva.
El joven Carpentier supo hacer uso de este conflicto de identidad. Por voluntad reanudó sus estudios en Europa y el acercamiento a los movimientos de vanguardia de la época, en especial con los surrealistas franceses, de quienes logró adquirir un espíritu crítico y una influencia anticanónica, gracias a la cual supo desembarazarse de la forma con que comúnmente se percibía la narrativa.
El absurdo en que desembocaba el arte surrealista no logró satisfacer nuestro autor. No conforme con las ideas progresistas del momento, pues su espíritu reclamaba su cimiente. Una vez de regreso en América, redescubre la magia natural de su tierra, fusionada a su exuberancia, dio pie a la fantástica percepción artística que más adelante lograría concretar nuestro autor, plasmando su opinión en el prólogo de El reino de este mundo “Y tuvo que ser un pintor latinoamericano, el cubano Wilfredo Lam, quien nos enseñará la magia de la vegetación tropical, la desenfrenada Creación de Formas de nuestra naturaleza –con todo y sus metamorfosis y simbiosis-”.
Este sincretismo lo llevó a buscar los lugares en que las profundas creencias religiosas y espirituales aún se conservaban. En Haití concretó mentalmente el argumento de una de sus novelas más aclamadas, El reino de este mundo. La rebelión de los negros mandingas (los indeseables) concretó por fin el planteamiento de su estilo. Esta necesidad de reflejar la realidad común de una América nacida de culturas tan similares en su fondo, llevó a sus reflexiones hasta una lógica exacerbada por la necesidad de cobrar una híper-conciencia de la forma en que la percepción popular, se allegaba de un sentido fantástico.
A diferencia del Surrealismo, el Dadá y otros movimientos de la híper-conciencia artística, lo real-maravilloso tuvo un elemento que le caracterizó: el nacer de una conciencia colectiva que por lo consiguiente le veía como posible. El reflejo de elementos con una carga de verosimilitud, hicieron del mundo fantástico de la tradición latinoamericana, una de las fuentes productivas más prolíficas y no solamente en lo correspondiente a lo literario.
Dudas y comentarios: elliroforo@gmail.com

jueves, 16 de julio de 2009

Boris Vian: El hechizo de la irreverencia.

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Boris Vian: El hechizo de la irreverencia.

Boris Vian, nació en Ville-d'Avray, un suburbio del París de la gran guerra, en el año 1920, en el seno de una familia de clase acomodada en la que el arte era una cuestión sumamente importante. La depresión económica en Europa de 1929 obligó al padre de Vian a buscar un empleo como representante inmobiliario y a la familia a tener una casa más pequeña. El ambiente aristocrático en el que Boris había vivido, sufrió una ruptura que impactó al pequeño, quien a temprana edad descubrió la crudeza del mundo real, lo que más tarde resaltaría constantemente en su obra.
Gran estudiante, sus intereses más serios giraron en torno al Jazz y las fiestas (intereses que, como lo demuestra en sus novelas y cuentos, no dejó de disfrutar por toda su juventud). A los 20 años participó en una orquesta amateur de Jazz junto a sus hermanos. En 1942 Obtuvo el título de ingeniero, y un año después escribía sus primeras novelas: Trouble dans les Andains y Vercoquin y el plancton. En estas sus primeras novelas comenzó por reflejar sus actividades reales, como su trabajo en la Asociación Francesa de Normalización y la organización de desmesuradas fiestas –llamadas surprise-parties–, fiestas delirantes, alcohol, sexo y crítica a la burocracia, lo que definirían posteriormente su estilo que estaba compuesto sobre todo por la combinación en que lo absurdo y lo grotesco se entremezclan con delirios de hiperrealidad, transformando el mundo de la percepción del lector hacia una fantasía posible. Boris Vian es el autor descarriado que se deja llevar por su pasión por la vida y el arte. Sus obras se encuentras llenas de una hipersensibilidad que se manifiesta en sus personajes, quienes terminan transformándose en fantasías irreverentes que desafían a su mundo.
Además de novelas, escribió cuentos, algunos incluso fueron publicados en Les Temps Modernes, –invitado por Jean Paul Sartre,- donde además escribió crónica y críticas sobre algunos aspectos sociales que llamaban su interés en la sociedad francesa de la post guerra, acentuando su estado egoísta e hipócritamente patriota. En el periódico Combat –dirigido por Albert Camus–, abordó la crítica del jazz. En 1946 publicó dos novelas: La espuma de los días y El otoño en Pekín. Aparte de frecuentar a la intelectualidad existencialista de aquellos tiempos, en Saint-Germain-des-Prés, conoció a los grandes del Jazz como Duke Ellington, Miles Davis y Charlie Parker. Todo este cúmulo de experiencias se fueron grabando, gracias a su pluma, en sus historias literarias en que constantemente coloca detalles, con la intención de ayudar al lector a descubrir la maravilla de la música o las herramientas para la apreciación estética de la literatura.
Publicó además en ese año su novela, Escupiré sobre vuestra tumba, con el seudónimo de Vernon Sullivan, supuesto escritor afroamericano (su nombre real figuraba como traductor de la obra). Ésta y las siguientes, al estilo de la novela negra (como Que se mueran los feos y Todos los muertos tienen la misma piel), fueron censuradas por su contenido de violencia y sexo, con su consiguiente aumento en la notoriedad de ventas. Luego de años de juicios contra el supuesto autor y su editor, Vian reconoció su autoría. La crítica se sintió ofendida atacando al autor constantemente, no sólo contra sus novelas como “Sullivan”, sino también contra su obra ‘seria’ incluyendo sus ejercicios críticos y su música (esto después de popularizar una canción que llamó “el desertor” en una época en que Francia tenía grandes apuros militares en África).
Boris Vian vendió los derechos de su novela Escupiré sobre vuestras tumbas para una adaptación cinematográfica. Aunque inicialmente estuvo encargado del guión, sus peleas con la productora, el director y el guionista, lo dejaron fuera del proyecto. Asistió de incógnito al preestreno de la película, en el cine Le Petit Marbeuf, cerca de los Campos Elíseos y falleció de un ataque cardiaco que sufrió durante la proyección de la película.

lunes, 13 de julio de 2009

Poesía del valle

PASADO

Desconcierto (en tres colores)

Azul
Caracola brillante
Extasiada en delirio,
En salitre
Espera silenciosa,
Tregua de sal y muerte.

Gris
Ilumina la luz,
Fotografía sin color,
Austeros sonidos fulgurantes,
Se esconde a la furia.

Negro
Fantasma furioso,
Resplandecientes
millares de centellas
Homo-mortecinas


Estoy hecho de poemas
no de poesía
Porque poesía es el canto bello del mundo
es oír trinar las aves
y ver crecer al campo las flores
Yo poema
soy sólo palabras.


Agua
camina por la montaña
descalzo
y no llora.
Agua
camina por el valle
desnudo
y no llora.
Agua
camina por entre los hombres
solo
y no llora.
Agua
no tiene nada
Por eso no llora


Septentrión
fuego
ceniza
fuerza aciaga
destrucción.
Camino sin sentido
Lugar de la nada
Septentrión
no busco,
espero,
debajo de una amapola
que se rompe al viento.
Una señal
que sea el descanso de mis ojos
final de mi figura.
Espero eterno
Convertido en campo y flor
soledad,
vida y muerte
en infinito.
Como aire tras las nubes.
Septentrión
No importa el destino
Lo que importa soy yo.
Tus ojos
El verde claro del maizal
Con lluvias de verano,
Y el de otoño para tu piel de bronce.
Tus labios
Dulce néctar del manantial,
Que además abre a tus ojos.
Flor envuelta cual capullo de maíz tostado
Cual tierra pariendo vida,
Blandos montes que cubren tu cuerpo.
Las nubes no encuentran mejor cimiento que tus sueños,
Rocas que a tu paso se desmienten
Y transforman en carne.

Materia infinita,
Jaguar audaz
Funesta arpía
Gusano frágil de la propia madre primavera

Semilla y fruto
Conciencia de un nuevo mundo
¡tú eres el ser del hombre!

ESENCIA

Ceiba
Jardín de maravillas.
Fruto que gime
la vida de los condenados.
Tus ramas llevan sentencias
suspenden silencios.
Tu maravilla
es ver pasar el tiempo,
mientras tus raíces
llevan más allá del mundo
las penas humanas
y al cielo, la gloria del camino al paraíso

Nauyaca-muerte,
Era luna llena,
Podías cantar,
pero no robarte su aliento,
Podías ver aquella luna
pero no hacer tuya
su carne desnuda
que buscaba el río
para encontrarme.
Llegaste lejos
muy lejos,
Y yo,
en la caverna oscura,
buscando los ámbar y jades
que salvaran aquel retorno.

Tú,
Mujer que esperas en el acantilado
¡no brinques!
Yo estoy del otro lado del sueño,
por eso no te hallo,
por eso no me hallas.
Acércate al ojo de agua,
Aquí,
el dios-viento te espera
para traerte de regreso al instante
donde los colmillos de fuego
te hicieron despertar
dentro de tus sueños.

I
Nombobí juega en el campo,
Recoge las flores silvestres,
Se tira al monte a ver pasar el cielo.
A veces
Sigue a las aves que pasan
Hasta perderse en el horizonte.
Nombobí llega al río,
Le gusta el caer del agua,
Los grillos que cantan y los peces que huyen,
Juega a atrapar su sombra y su reflejo.
Nombobí es muy feliz siempre que cierra los ojos,
Y juega a imaginar que es libre.

II
Nombobí
juega con las estrellas y los astros,
se sienta cansado a ver fijamente a la luna,
se recuesta en el cielo y sueña y crea
y espera lento y profundo
entre ritos y leyendas
a que la tempestad se suceda en calma
fuera del anal que le fecunda.
Nombobí espera lejano a su compañera
-por qué no llegas- le pregunta
espera siempre impaciente
completar su oscuridad.

Tú,
Mujer que esperas en el acantilado
¡no brinques!
Yo estoy del otro lado del sueño,
por eso no te hallo,
por eso no me hallas.
Acércate al ojo de agua,
Aquí,
el dios-viento te espera
para traerte de regreso al instante
donde los colmillos de fuego
te hicieron despertar
dentro de tus sueños.

El tiempo
Poeta.
Gigante triste,
El atardecer
Dibuja tu ensayo en el horizonte.
La noche te descubre,
y el río
te describe como le cuenta el viento.
Tu magia
irradia con los secretos del tiempo,
Tus viejos salen a leerte,
saben de ti,
porque no temes,
Maestro de nubes,
tus palabras se vuelven costumbres.

Quería creer en ti
Saber de ti
Pensar en ti
Tener miedo de verte
Razón de verte
Voluntad de verte.
Y sólo podía esperar,
Que tú esperaras.


Uno de cada tantos días
se lo brindo al olvido
porque alguien debe recordarlo.

I
Sobre un camastro
reposa la muerte santa
ansiosa de deseo

II
Tú piensas
que cuando yo muero
desaparezco

III

Minutos más
caminarían
sobre la sombra

IV
Un minuto
libraría la culpa
de cargar la vida

V
Árbol de armonía
color oscuro
luna que mira

Colibrí
que come
y huye

VI
Susurro de viento
Voz de plumas
Éste es, el fin eterno

Atardecer

Las gaviotas
descansan en humedales
que sus alas transforman en mar,
entre sobrios verdes del tepescohuite
y el atardecer
que devuelven la calma.
El valle duerme
la tierra suspira
y la vida se suspende un instante
emulando el infito.


Amanecer

A lo lejos,
del otro lado del pueblo
se oye cantar al gallo
con voz que esconde los rallos del sol
despierta el mundo
y la tierra abre sus ojos para trazar el destino.
Los hombres avanzan lentamente
hacia el camino
que conduce al sentido,
y lo vuelve real.


Noche

Las nubes ultrajan a la luna
Los amantes
huyen del mundo que los agobia
y se dedican al amor
a vivir otro mundo
por instantes
a esconder el gozo de los pensamientos
la noche se trata de descubrir
a qué huelen las rosas en el rocío,
a pensar en lo que no existe
y a encontrar en los sueños
el devenir de un futuro
que no es más que un anhelo.

Umberto Eco. La búsqueda, la duda, las letras.

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Umberto Eco. La búsqueda, la duda, las letras.

Para la crítica moderna, la exploración de los modelos canónicos de la literatura representa la inauguración de la especialización del género. Cada escritor escoge su cada cual temático. Esto nos habla del avance que la academia ha alcanzado, la búsqueda científica, la duda pragmática gobiernan hoy las obras literarias, aún las más románticas y pasionales nos hablan de una idealización intelectual profunda y delirante.
Umberto Eco (5 de enero de 1932) es un escritor Italiano experto en semiótica y filosofía. Se consagró como narrador con El nombre de la rosa (1980), novela surgida a partir de su tesis doctoral sobre literatura medieval, es susceptible a diversos tipos de lectura como la histórica culturalista, como novela filosófica o novela policíaca. Traducida su obra a muchos idiomas y llevada al cine en 1986 por el director francés Jean-Jacques Annaud. Escribió además otras novelas El péndulo de Foucault (1988), La isla del día de antes (1994), Baudolino (2000), y su última obra, La Misteriosa Llama de la Reina Loana (2004).
Y aún sobre sus éxitos literarios sus méritos están en su vasta obra ensayística. Para fortuna de sus seguidores, su profundo conocimiento de la hermenéutica y la semiótica se han transformado en la historia secreta de que habla Ricardo Piglia, a la par de la historia principal que los personajes actúan, sus diálogos esconden fragmentos de ese pensamiento racional que se traslada al inconsciente del lector, que cuando racionaliza los argumentos, se encuentra con la develación de una intensa búsqueda ontológica.
Eco no da respuestas, brinda la duda. Su pensamiento crítico ha alcanzado renombre internacional gracias a una actitud progresista que gira alrededor del impulso al método y a la ciencia. Sus personajes están basados en el pensamiento dialéctico y en el pensamiento deductivo del que Guillermo de Baskerville hace gala en El nombre de la rosa.
Umberto Eco mantiene un estilo particular de narración su heterodoxia de dividir el libro no en Libros, Partes y Capítulos sino en secciones cuyo nombre o contenido esté relacionado con lo narrado en ellas.
Es también un admirador confeso de Jorge Luis Borges, del que ha escrito varios textos, y quien inspiró, inclusive, al personaje de Jorge de Burgos en la biblioteca del monasterio en El nombre de la rosa y de un gran personaje de la literatura inglesa Sherlock Holmes, de quien podemos descubrir rasgos en Guillermo de Baskerville, el sacerdote liberal que se dedica a la ciencia.
Este gran escritor ha tenido la sensibilidad de acercarnos a los temas dogmáticos de la sociedad. En El péndulo de Foucault la sencillez con que una teoría conspiratoria puede desquiciar a un círculo social, la mentira y el engaño, son lo que rodea a este drama que mantiene en suspenso por la pequeña fibra con que la realidad se distorsiona y acondiciona a una necesidad inmediata.
Su obra es madura, su estilo sencillo y veraz y cargado de simbolismos y enseñanzas producto de su perspicacia filosófica. Es además miembro del Foro de Sabios de la Mesa del Consejo Ejecutivo de la Unesco y Doctor Honoris Causa por más de treinta universidades de todo el mundo, entre ellas, la Complutense, la de Tel Aviv, la de Atenas, la de Varsovia, la de Castilla-La Mancha y la Universidad Libre de Berlín.

Toulouse Lautrec: el pequeño gran genio de la pintura

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Toulouse Lautrec: el pequeño gran genio

Nacido en Albi, el 24 de noviembre de 1864, con un físico poco privilegiado, una estatura muy pequeña y una familia rica de la cual fue la única esperanza, Lautrec es el último genio de la pintura francesa decimonónica y pasó a la historia como el autor francés más famoso de su época.
Criado en la opulencia, bajo el cobijo de padres sobre protectores, Lautrec se sobrepone a la miseria de una enfermedad y de una vida llena de limitaciones. Desde muy pequeño demostró su gusto por la pintura. Confinado a una habitación en la mansión familiar, tras largas terapias angustiosas y primitivas con que se pretendía curar su pequeño tamaño, el momento íntimo que desarrollo en la pintura se transformaría en la verdadera y única medicina para su alma.
La resignación a la enfermedad del joven pintor, hizo que sus padres lo enviaran a parís, a que se formase en las grandes academias de pintura que habían. Enemigo acérrimo del romanticismo que se enseñaba, al poco tiempo desertó de su intención de estudiar pintura para buscar su propio camino.
Muy próximo al decadentismo de los primeros años del siglo XIX de la poesía francesa, la búsqueda de Lautrec incluyó la exploración de los tabues como respuesta a los retratos naturalistas tan de moda en la época. Esto lo llevó a transformar completamente sus hábitos. Tan acostumbrado a las comodidades maternas, el encuentro con el submundo del parís lo hizo encontrar el sentido que buscaba para su arte.
Muy pronto supo adaptarse a su nuevo medio. Codiciaba ampliamente la vida libre, amaba profundamente lo espectacular y fascinaba de lo sensual. Rodeado de prostitutas que admiraban al genio, de borrachos y otros grandes genios de la época (recordemos su gran amistad con Van Gogh y Watteau). Así es como Toulouse Lautrec llegó a la escena de la pintura francesa, en medio del escándalo.
Sus pinturas prontamente se volvieron aclamadas por inmorales, lo que le valió una serie de amonestaciones de la iglesia y el gobierno, quienes censuraban constantemente sus exposiciones.
Su genio fue constantemente criticado. Por temporadas vivió en el “molino rojo” afamado prostíbulo, donde se le permitía retratar desde el espectáculo que se ofrecía hasta las escenas más cotidianas de la casa. La sencillez de su trazo, su fascinación por los detalles, la reestructuración de los símbolos estéticos convencionales y su afable carácter, le abrieron las puertas en ese parís tan odiado por unos y amado por muchos otros.
La reproducción de su obra en cientos de litografías para publicitar centros de espectáculos, irritó a la crítica. El arte no debía rebajarse a las masas ignorantes. Lautrec retó al gobierno y la moral, y esto lo llevó a pasar con inimitable gracia a los anales del arte. Su conducta, tachada de inmoral por las conservadoras autoridades, y sus excesos, lo llevaron hasta el manicomio. Su buen humor, la aceptación plena de sus enfermedades y un amor, el de la Valadon (aclamada por grandes pintores como Degas y Renoir, que la tomaron como modelo), hizo que lo dejaran salir del manicomio.
El suicidio de Van Gogh, su íntimo amigo y la traición de la Valadon, quien durante su estancia en el nosocomio se casa con un comerciante, lo hunde en una profunda depresión, quien vuelve a refugiarse en los ambientes de espectáculos y alcohol. Contagiado por una de sus amantes enferma de sífilis. Lautrec abandonará sus prostíbulos y fiestas por la falta de dinero y fuerzas. La enfermedad lo vuelve un lisiado que no puede hacer nada por sí mismo. Vuelve a casa de sus padres, en donde intentan hacerle redimirse ante la iglesia. El avance de la locura provocada por la sífilis no merma su convicción y muere finalmente el 9 de septiembre de 1901.
El genio pródigo de Lautrec y su humor refinado lo volvieron un ícono del arte popular, que venció con ingenio a los convencionalismos y abrazó con pasión a la locura humana. Existe una película del director Roger Planchon que con gran detalle reproduce la pasión de Lautrec por la satisfacción del deseo.

Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes” 3

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes”

Tercera y última entrega.-
¿Por qué la gente todavía lee a Sabines? ¿Por qué los jóvenes hacen suyos sus poemas escritos hace tanto tiempo? Sabines nos lo dice todo, el poeta utiliza su palabra para darle voz a la colectividad: a nosotros. La gente lee a Sabines porque es capaz de hablar por ellos, porque su sencillez logra cautivar a cualquiera y más aún, sumerge en su mundo a todos aquellos que ni siquiera gustan de la poesía, basta que sea recitado en cualquier parte para que quien lo escucha, encuentre una empatía con sus versos.
La influencia de Sabines en los escritores jóvenes es innegable, todos hemos leído a Sabines, todos hemos oído a Sabines (gracias a las grabaciones que realizó para bellas artes). “Los amorosos”, “La tía Chofi”, “La muerte del Mayor Sabines”, “Me encanta Dios”, arquetipos de la poesía Mexicana moderna, es indudable que prácticamente cualquier persona ha oído hablar de ellos; los Amorosos, es quizá su poema más famoso y más leído, Carlos Monsivais, dice en su ensayo “animar el placer de la metáfora”: Fue el aviso del ingreso de Sabines a lo entrañable. ¿Qué hallaron y qué siguen hallando allí los desacostumbrados de la lírica contemporánea, los habituados, en todo caso, a la rima?... encontraron no muy fácil, una poesía ardua que no los expulsaba, algo distinto a una poesía fácil que los incluía; descubrieron el gusto por lo aparentemente incomprensible que va rindiendo su secreto a cada lectura sin jamás cederlo del todo; vislumbraron y siguen vislumbrando el sentido mayor de la poesía, la memorización, que al aclararnos de pronto una línea, enriquece sin medida nuestras vivencias. (Monsiváis: 1999).
Sabines en una entrevista dijo: ” Yo siempre he pensado que la misión del poeta es dar testimonio de la vida, de lo que le pasa al hombre sobre la Tierra. El poeta es un testigo de lo que sucede y quiere llegar además a la verdad como el filósofo, pero en este caso no guiado por el razonamiento y la lógica, sino a través de la intuición y de la emoción humana” (Sabines:1997).
De versos libres, Sabines posee la virtud de desarrollar con éste estilo los argumentos de su poesía sencilla. La búsqueda halla sustento en lo real, configura su ámbito de expresión aprehendiendo el tiempo en su presente; como raptando la música del aire, su ritmo adquiere una cadencia con la que enamora en su lectura, consigue que se haga más ligero y a la vez profundo. Como dando paletazos de color, las figuras románticas aparecen.
Los símbolos poseen gran peso en la poesía, pues son los referentes para descubrir el sentido real de frases que por su construcción abstracta, obligan a la búsqueda del fondo poéticos, es decir del sentido mismo. La inclusión de los elementos comunes y cotidianos, transforman en poesía su pensamiento. Sus poemas toman fuerza en la temática y la profundidad del sentido que le imprime, producto de la reflexión acerca de lo cotidiano.
Cada verso es la experiencia del hombre en su encuentro con el otro, con su cotidianidad: el amor, la ternura, la esperanza, la soledad, el trabajo, la familia, los amigos, el paisaje, los sin nombre de la ciudad; construye un universo poético desde el hombre y su exploración del entorno, su preocupación es central el hombre y la vida. Memorias de un contemplador de la vida, descubre que en su corazón habita el universo de lo onírico, porque la tierra no es un espacio de vida plena, sino de contemplación.
El poema en Sabines es un inicio, continuación y receso del diálogo del hombre consigo mismo, con Dios, con el universo y con el hombre, es un discurso plural en el que se incluye a la noche y el júbilo, a la distancia y el amor, a la sinceridad y lo monótono. No duda en transformarse en transgresor del orden establecido con tal de suscitar pensamientos que comprometen el sentir.
Sabines nos encanta con su lenguaje sencillo y con su ritmo cadencioso, y aún así, su propuesta es bienvenida en cualquier círculo social. Sabines simplemente escribe para la satisfacción estética de sus lectores, torrente de asombros, develar constante de ritmos, de agonías, de éxtasis, de hondos silencios que no acaban de callar. El poeta se libera de la retórica para llegar a la conciencia

Bibliografía:
Sabines, Jaime. Nuevo recuento de poemas (1997) México. Joaquín Mórtiz.
Monsivais, Carlos. “Animar el placer de la metáfora” en La Jornada: 20 de marzo de 1999. (s/p)

Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes” 2

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes”

Segunda entrega.-
La crítica de hoy dice que este entrañable poeta mexicano es el más leído, entendido y querido por los jóvenes. Su estilo se resume en su sencillez y carisma. Trata los temas que aunque poco cotidianos en su trato, se esconden en las preocupaciones más profundas de la sociedad.
Octavio Paz (1914-1998) calificó a Sabines como “uno de los mejores
poetas contemporáneos de nuestra lengua”, y agregó: “Su humor es un chaparrón de bofetadas, su risa culmina en un aullido, su cólera es acerada y su ternura colérica. Pasa del jardín de la infancia a la sala de operaciones. Para Sabines, todos los días son el primero y el último día del mundo”. Esta era la opinión que tenía el más grande de los hombres de letras en México, acerca de un humilde escritor Chiapaneco.
Jaime Sabines afirmó en algún momento que todo poema se hacía con llanto y sangre. A raíz de la enfermedad y muerte de su padre, Sabines escribió, aunque en distintas épocas, las dos partes de Algo sobre la muerte del Mayor Sabines. (1973). A propósito de este tema, no le gustaba hablar de este poema porque era dolor puro, desagarramiento y significaba su impotencia ante la muerte.
Becario del Centro Mexicano de Escritores, que precidían los grandes escritores y críticos Juan Rulfo, Francisco Monterde y Salvador Elizondo. Fue precisamente durante esa beca que el poeta escribió la segunda parte de Algo sobre la muerte del Mayor Sabines.
En 1965 visitó Cuba como jurado del Premio Casa de las Américas. A raíz de dicha visita, escribió poemas de carácter político que incluiría en Yuria, publicado en 1967. Yuria no significa nada en especial, explica el poeta: "es el amor, es el viento, la noche, el amanecer, incluso un país o bien una enfermedad", era nada y todo, el sentimiento de un hombre con el mundo que cada vez entiende menos. Por eso el sentido disperso del término.
En 1966 murió su madre, Doña Luz. Al cabo de unos meses le escribía "ante la muerte lo único que se tiene es la cabeza rota, las manos vacías, ante la muerte el poema no existe". "Doña Luz", que forma parte del libro Maltiempo (1972), reflexión filosófica ante la vida, sin dejar su gusto por la cotidianidad. “No se trata de poesía de intensidad sino de ideas, de trucos, de inteligencia y malicia poética” explica el autor. Dos años más tarde de esta publicación, en 1974, recibió el Premio Xavier Villaurrutia.
Sabines tuvo además una intensa vida política pues en 1976 y 1979 fue diputado federal por Chiapas, oportunidad que utilizó para impactar en el mundo cultural con su influencia. En 1982 le fue otorgado el Premio Elías Sourasky a la par de sostener un movimiento que pretendía ayudar a sus paisanos que habían sufrido un desastre natural, uno de los más grandes de la historia en el estado, la erupción del volcán el Chichonal.
En 1985, compró un rancho cerca de los lagos de Montebello al que bautizó con el nombre de Yuria. Fue una época en la que cultivó la tierra, y en la que estuvo en contacto profundo con la naturaleza. En 1988 fue elegido diputado por el Distrito Federal, motivo por el cual dejó su rancho. También en 1985, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1986, con motivo de sus sesenta años, fue homenajeado por la UNAM y el INBA. Ese mismo año el Gobierno del Estado de Tabasco le entregó el Premio Juchimán de Plata. En 1991, el Consejo Consultivo del Distrito Federal le otorgó la Presea Ciudad de México y en 1994 el Senado de la República lo condecoró con la medalla Belisario Domínguez.
El 19 de marzo de 1998 a seis días de cumplir 73 años, Jaime Sabines murió en su casa víctima del cáncer. Poco Antes de morir, Sabines había percibido la presencia de la muerte, la sentía cerca, y con su sencibilidad dejó la impresión de sus últimos momentos:
Yo, yo, yo, yo, el más amado,
el elegido de mi corazón,
el solitario, el fuerte porque he
representado fielmente
el papel del hombre y he ascendido
la cuenta biológica
desde la dulce infancia
irrepetible hasta el cañón del eco
de la vejez,
donde ya empiezo a gritar mi nombre.
Tendré que dejar, con dolor,
Con dolor, dejar el mundo,
Dejar el mundo. Ah, dejar,
Dejar, dejar el mundo.
En la última entrega daremos cuenta de un análisis poético de su obra, para explicar el fenómeno cultural en que se convirtió desde su época hasta nuestros días. El poeta Jaime Sabines demostró la sencibilidad ontológica en su poesía y la proyectó como un modelo de paz sin preocupaciones vanas para la sociedad.
Dudas y sugerencias: revoluciondelhombredemaiz@hotmail.com

Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes” 1

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes”

Primera entrega.-
Jaime Sabines representa para Chiapas y México uno de sus máximos exponente de la poesía. La incursión literaria en la realidad próxima de una tierra que clamaba por tener una oportunidad de ser escuchada, se reflejó en la poesía de este hombre; natural y carismático, que nació en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; el 25 de marzo de 1926. Hijo del Mayor Julio Sabines, de origen libanés, y de doña Luz Gutiérrez, nacida en el Estado.
La generación de escritores chiapanecos, que tuvieron su máximo esplendor alrededor de la segunda mitad del siglo XX, forjaron con su influencia un movimiento que se caracterizó por la forma en que llegaron a expresar el sentimiento colectivo del estado en el que vivieron, Sabines, Castellanos, Zepeda, entre otros; exaltaron con sus letras, la personalidad de un pueblo que, desplazado por su pobreza, se encontraba ávido de héroes que exaltasen su sentir.
Jaime Sabines supo erguirse como el representante de la angustia, la desilusión y la ausencia. Sabines es el poeta de lo cotidiano, de una cultura que se fusionaba constantemente entre sus elementos antagónicos, entre la modernidad y lo indígena, lo palpable y lo imaginario, lo común y la eternidad.
Tuvo sus mayores retos en la lucha constante que le representaban sus ideales y su vida, era presa de un oficio heredado en su ambiente familiar, el comercio y de una vocación literaria que en momentos sentía morir, en medio de su soledad intelectual, en una provincia pequeña de la que era parte.
El amor y los sentimientos sublimes del pensamiento, son una de las constantes del poeta bohemio, buscaba en cada palabra tener la sensación del placer, constantemente se refería al sentimiento humano, reflejaba el pensamiento de todos aquellos nostálgicos que anhelaban sus letras como parte de su sentir, sus letras son el homenaje a la vida misma, que es el motor de sus composiciones, a la vida sencilla, con sus placeres y devenires.
Sincero en su pensamiento y en su forma de actuar, su poesía simple, influyó en toda una época. Sus palabras se convirtieron en el lenguaje de los amantes, pero también en el sentimiento colectivo de una juventud hambrienta de un idealismo romántico. De clara influencia romántica, invadida por una vulgaridad vernácula (siempre defendió el lenguaje que se producía de las necesidades más profundas del alma por sobre la concepción intelectual de la poesía) Sabines gustó de servir como vehículo de una necesidad social conjunta, la de encontrar su sentido.
Su vida nos demostró que fue un hombre muy cercano a su familia y a los valores de su pueblo, pero que aspiraba a colocar su nombre en los arcanos de la historia, si bien, escribía únicamente para satisfacer su deseo intelectual.
Sus poemas son viajes al fondo oscuro de las emociones cotidianas, siempre desgarradores, con temas que intrigan. Muchas de sus obras son toscas y abruptas, dedicadas al amor y a la muerte, en las que el ritmo y el lenguaje cautivan por su asonancia (muchas veces deja de parecer poesía se vuelve un diálogo), porque Sabines habla al lector en términos muy simples, tomándolo a menudo por asalto y es por eso que se identifican con él; está hecho de pueblo, de sentimiento humano y de hechos comunes y cotidianos.
El fallecimiento de su padre primero, y luego de su madre y hermanos, además de una muy conocida querida tía suya, lo volvieron referencia de la muerte y de toda una gama de pasiones que lo transformaron en el hombre que escribió para lo cotidiano. Muestra de lo mismo, es el poema Algo sobre la muerte del mayor Sabines, una secuencia de dolor en carne viva, doliente, que refiere la muerte de su padre y roba el sentir y lo hace uno solo, nos congenia con su miedo y su serenidad, su percepción ante la soledad.
Pero Sabines no se detiene ahí, busca encontrarse con temas que le representan un sentimiento sublime, una idea distinta con la que se puede influir en el pensamiento, es por eso que representa a Dios en la lucha constante de su yo poeta, discute con él, lo transforma en sentimientos, en una recompensa. Sabines contrapone el pensamiento de la gran ciudad con el de un hombre solitario y debemos de entenderlo como tal, que poseía defectos y virtudes, necesidades y sentimientos, hambre y sueños.

Prisión perpetua: la interconectividad de la metaficción literaria. De Ricardo Piglia

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Prisión perpetua: la interconectividad de la metaficción literaria. De Ricardo Piglia

Ricardo Piglia nació en Adrogué, provincia de Buenos Aires, en 1941. En 1955 su familia se mudó a Mar del Plata, ahí conoció a Steve Ratliff quien le mostró el mundo literario. En 1967 apareció su primer libro de relatos, La invasión, premiado por Casa de las Américas. En 1980 apareció Respiración artificial, considerada como una de las novelas más representativas de la nueva literatura argentina. Es escritor, crítico literario y guionista. Dirigió la revista Literatura y Sociedad. Ha sido profesor de la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad de California en Davis y de la Universidad de Princeton, EUA. Ha sido también guionista de las películas El astillero (1999) La sonámbula, recuerdos del futuro (1998) y Comodines (1997).
Como crítico y ensayista ha publicado textos sobre Arlt, Borges, Macedonio Fernández, Manuel Puig, Sarmiento, Cortázar y otros escritores argentinos. Como novelista y cuentista ha explorado nuevas formas de escribir, a partir de un sustrato extraído de su tesis de doctorado “Un cuento siempre cuenta dos historias”. Piglia expone su tesis de una forma muy sencilla “El cuento clásico (Poe, Quiroga) narra en primer plano la historia 1 (el relato del juego) y construye en secreto la historia 2 (el relato del suicidio). El arte del cuentista consiste en saber cifrar la historia 2 en los intersticios de la historia 1. Un relato visible esconde un relato secreto, narrado de un modo elíptico y fragmentario. El efecto de sorpresa se produce cuando el final de la historia secreta aparece en la superficie”. Esta es una de las tesis literarias más reveladoras en el estudio narrativo contemporáneo y sintetiza la labor que este escritor ha emprendido, justo igual que los grandes argentinos que le preceden.
Un ejemplo está en su libro Prisión perpetua. Ricardo Piglia despliega su habilidad narrativa por medio de la sucesión de variantes narrativas (diario, relato histórico, detectivesco y fantástico,) cada historia, cautiva con el planteamiento anecdótico y la originalidad de su ritmo, cada historia se entrelaza en uno mismo, tal como sucede con Rayuela de Cortázar o La colmena de Camilo José Cela. El argentino desafía las estructuras canónigas establecidas con estructuras que parecen ausentes de sentido. Por eso conocer su tesis es fundamental, el juego entre la historia secreta y la del primer plano se vuelve confuso e intangible, hay que llegar al final para comprender que la síntesis de cada una de las historias desenvueltas están compuestas por una dialéctica literaria.
La metaliteratura se transforma en algo real. El planteamiento del nuevo lenguaje narratológico extralimita al lector. Los personajes se encuentran unidos por la amenaza. Un crimen, una intriga. Las pasiones contra la razón, la ciencia contra la virtud. Una mujer en la cárcel es el centro un universo en el que giran diversos mundos, que el narrador fusiona para ilustrar cómo el ser humano asocia el orden social como lo real. En una una pensión para escritores, Stephen Stevensen escribe un diario para el que ha dedicado su existencia construyendo, a su forma, una réplica del orden de la realidad sostenido en las palabras.
El autor aparenta formas cíclicas que remiten de un punto a otro de la estructura anecdótica; un relato que sin embargo funciona como un laberinto. Los conceptos que el escritor delirante captura, construyen una red de acontecimientos imperceptiblemente simétricos e interconexos. A partir de la lógica de la intriga, el autor construye una historia que no necesita una estructura cronológica, y en la que los acontecimientos están entrelazados para que el lector pueda apreciarlos a su modo.
Piglia seduce al lector a través de los aspectos emotivos que rescata en su relato por medio del lenguaje, preciso y concreto. Su forma de contar una historia es poco convencional La transformación contemporánea de las necesidades básicas del hombre en la sociedad, han llevado a la asimilación de una realidad que sólo existe en el plano social. Piglia concilia esta necesidad contemporánea de reclamar libertad.

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