jueves, 28 de octubre de 2010

En el pico de la garza más blanca. Edición crítica de la obra de Joaquín Vásquez Aguilar.

EL Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
En el pico de la garza más blanca. Edición crítica de la obra de Joaquín Vásquez Aguilar.

El pasado viernes 22 de octubre, en el Congreso Nacional de Investigadores en Poesía “Otoño y Poesía” que se celebra el Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana, en la ciudad de Xalapa, se presentó, en punto de las 18:00 horas, el que seguramente se posicionará como un libro emblemático dentro del ejercicio crítico de la investigación literaria en Chiapas: En el pico de la garza más blanca. Que contiene la obra reunida del poeta oriundo de Cabeza de Toro, Tonalá, Joaquín Vásquez Aguilar, mejor conocido por todos como “Quincho”.
El doctor Efrén Ortiz, coordinador del congreso, presentó el libro del otrora poeta del mar, como uno de los más significativos aportes a la poesía contemporánea chiapaneca. Y es que sin ser un autor de culto, el rumor del poeta que vivió y murió a su modo, se ha ido perpetrando en la conciencia de los jóvenes. Autor que sin duda despierta simpatías cuando en su ritmo encontramos la conjugación del verso libre, elevado a su mejor nivel en Chiapas. Equiparado incluso a la labor que hiciera Jaime Sabines, el ejercicio poético de Quincho tiene la virtud de ser cercano a la nostalgia. Su añoranza por el mar y el estero lo lleva a mostrar una realidad que se divide con la urbe y se conjugan en una poesía de emociones.
La compilación de la obra fue realizada por los doctores José Martínez Torres y Antonio Durán y la Maestra Yadira Rojas León, quienes tuvieron que emprender una compilación del material a través de un sin número de vicisitudes, pues como bien dijo Efrén Ortiz en la presentación del libro en Xalapa: “el primer paso para que un autor se vuelva de culto, es que su obra no desaparezca”. Y ni en bibliotecas, centros culturales o botaneros (que el poeta tan solícitamente gustaba visitar) tienen los libros de éste autor, que murió en los albores del año 1994.
Repleto de símbolos, que demuestran su erudición, no es un poeta de improvisaciones, por el contrario, cuenta el doctor Martínez Torres que Joaquín se pasaba repitiendo versos en su mente, hasta que por fin el ritmo era el que buscaba y el tema era abordado de la manera en que su capricho lo demandaba, era en ese momento, y sólo así, cuando se decidía a escribir un poema.
Su afición por la literatura le volvió un hombre sumamente sensible. El doctor Antonio Durán rememoró que en una ocasión, el poeta tuvo un puesto burocrático, al que pasados 15 días dejó de asistir. Al mes siguiente volvió a aparecer en la oficina y al increparle su prolongada ausencia simplemente dijo: perdóname, pero es que había sentido que se me enfriaba el alma.
Para nuestra buena fortuna, el libro pronto estará a la venta para el público. La coedición UNACH-CONECULTA lo tendrá listo en poco tiempo. Pero para aquellos aficionados a la poesía, el próximo 17 de noviembre se estará celebrando en la UNACH un encuentro de críticos de diversas universidades, entre las que destacan la UNAM y la UV, que tendrán como fin aportar con sus investigaciones, pistas que nos ayuden a develar el sentido tan elevado que Quincho gustó siempre de imprimir a su poesía. Ahí se darán cita también aquellos que conociéndole, brindarán un testimonio acerca del poeta, además de estudiantes de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana y de la Maestría en Letras Mexicanas que dirimirán algunos aspectos de la obra de este autor.
Es pues que a partir de este libro, podrá ser estudiada más a fondo, con el fin de otorgarle el merecido lugar que en las letras chiapanecas debe tener, la obra de Joaquín Vásquez Aguilar, quien a falta de un padrinazgo político, se había quedado en los anales del olvido. No hay concursos poéticos exprés en su nombre, ni premios literarios laureados, pero hay por fin un libro con su obra reunida, que le hará justicia poética y le hará equipararse con los más grandes de la literatura chiapaneca.

jueves, 14 de octubre de 2010

criminalización de la cultura

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
La criminalización de la cultura

Uno de los negocios más rentables en el mundo de la comunicación es la radio. Cientos de automovilistas prefieren sintonizar una estación, para acompañar los trayectos que realizan y aminorar la tensión del flujo vehicular tan lento que hay en la ciudad, debido al sobrecupo de automóviles. El alto impacto que dicho medio representa en el ánimo social, no es equiparable al de ningún otro todavía, en especial cuando los requerimientos técnicos para su sintonía, no requieren de grandes gastos.
A últimas fechas, la eliminación, próxima, de las frecuencias de Amplitud Modulada (AM) se devela como parte de una estrategia de los grandes emporios radiofónicos, que buscan con esta medida terminar con la competencia de radiodifusoras locales y comunales, buscando obligarles a entrar en un mercado en el que los requerimientos técnicos son sumamente costosos y fuera del alcance de quienes no cuentan con el dinero para montar antenas y equipos sofisticados de emisión de ondas de Frecuencia Modulada (FM).
Como si esta medida, desproporcionada, en aras de la “modernidad” no fuera suficiente, la acción represiva de instituciones vinculadas a la procuración de justicia, han arremetido contra las emisoras religiosas y culturales que permanecen en el “clandestinaje”, sin que éstas apliquen un uso comercial al espacio que supuestamente “piratean”. Como es bien sabido los permisos para poder hacer un uso comercial, son sumamente engorrosos y burocráticos, creado para minorías que cuentan con los favores necesarios, como el que tengan un buen padrino para palanquear la venia de las autoridades, y así explotar el espectro radiofónico en la ciudad. Sino el trámite es simplemente un intento absurdo.
Este negocio se encuentra en manos de muy pocas familias, y aquellos que se atreven a presentar una alternativa programática son catalogados como delincuentes, aún cuando su propuesta se dirija a la difusión de alternativas socio-culturales.
En estas últimas semanas 3 radiodifusoras han sido víctimas de supuestos operativos, con la finalidad de desmantelarlas y sacarlas del aire. La Justificación es el agravio social, intentos de sedición y la provocación de ideas. El testimonio de quienes estuvieron presentes durante las redadas, aseguran que el uso de la fuerza fue desmedido, con un lenguaje soez y amenazas en contra de las personas que se encontraban en los inmuebles. Tratados como vulgares delincuentes, rebeldes, rojillos y no como comunicadores, sometidos con la fuerza e intimidados por las armas que los agentes procuradores de “justicia” portan para estos casos.
Me pregunto ¿es necesario el uso de la fuerza represiva para cumplir, con lo que sin duda alguna, es su deber? El diálogo es la virtud de las personas sabias que tienen la voluntad de resolver problemas, sin llegar a hacer gala de su “poder”. No podemos permanecer ciegos a este fenómeno, pues contemplar el uso de la fuerza en contra de personas que no se encuentran cometiendo perjuicio contra terceros, como algo “normal”, es otro síntoma más de esta grave enfermedad que nos convulsiona como país: la intolerancia. No olvidemos que la virtud sin la ciencia produce tontos y la ciencia sin la virtud produce tiranos. La justa medianía provoca un estado crítico en el que el debate, la libertad de expresión y las propuestas, comparten un espacio común, buscando el bienestar social y lo más importante: El progreso.
Comentarios: elliroforo@gmail.com

jueves, 7 de octubre de 2010

Fansin: rescoldo de la libertad de expresión.

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Fansin: rescoldo de la libertad de expresión.

A últimas fechas el cierre de periódicos, revistas, centros de radiodifusión y cualquier otro medio que no esté de acuerdo con las disposiciones oficiales del comercio de la información, no sorprende a nadie. Parece ser que la tendencia es hacer de la opinión un privilegio, pues aquel que no tiene una cercanía a aquellos que controlan los medios de comunicación, está destinado a permanecer en el rincón del silencio.
Afortunadamente para algunos, las tendencias de la globalización permiten que el acceso a las vías electrónicas de comunicación, y en especial el internet, sea una herramienta útil en esta búsqueda de la libertad de expresión. Sin embargo aún nos hacen falta algunos años para considerar en nuestro Estado, a dicho medio, como una alternativa eficaz de comunicación crítica. La contundencia de este medio llega poco a poco gracias a las redes sociales y al despertar crítico de los jóvenes, que deciden no permanecer con los dejos de información que las grandes cadenas nos presentan y buscar las versiones alternativas de esas mismas noticias, que en la red se muestran.
En otros tiempos los movimientos juveniles tenían medios de expresión alternativos, que surgían como parte de un compromiso ideológico personal. Los Fansines fueron en buena medida una de las herramientas más importantes de la difusión de valores contemporáneos. Derivada del ánimo fanático (fans) a las revistas (magazine) por parte de jóvenes, surgieron estas propuestas alternativas, que en un par de hojas (de imprenta o simples fotocopias), exponían aquellos elementos críticos y de opinión que consideraban no eran abarcados en estos ejercicios.
Hace no más de 5 años, en Tuxtla este movimiento era impulsado por jóvenes que hoy se encuentran consolidados en su búsqueda por definir un estilo literario (tal es el caso de Omar Gámez, Víctor Molina, Antonio Reyes, etc.). Los esfuerzos comunes de estudiantes por presentar en el medio social sus ideas e inquietudes, se ha visto reducido de forma significativa. La generación de lectores de “cinético marginal”, “sangre yugular”, “la jeringa” y un largo etcétera, se ha tenido que conformar con recurrir a los blogs, lamentando la ausencia de aquellos encuentros fortuitos, en las combis o los tuguchis, de aquellos textos que movían a una exploración ideológica diferente.
El campo de experimentación técnica e intelectual que era este medio, ha perdido una batalla más, cuando su principal centro de promoción y difusión, la facultad de Humanidades de la UNACH en donde se encuentran las carreras de literatura y ciencias de la comunicación, ha vetado la publicación en sus muros de estos esfuerzos, condicionándolos a una revisión y solicitud previa a las autoridades correspondientes.
Incentivar propuestas independientes de publicaciones, no significa estimular la clandestinidad ni el chisme, sino buscar que el cúmulo de futuros críticos, se aseguren una forma independiente de opinión, en que dirijan su ejercicio no a las masas, sino a sí mismos, obligándose a sostener una congruencia que va de su ideología a sus actos.
Creo que en buena medida la crisis que vivimos, de falta de revistas y material crítico especializado, se debe a que no ha sido promovida una cultura de valores dignos de la sociedad en que vivimos, que aún se sustenta en su pasado. Ahora somos una sociedad cosmopolita, nos guste o no, y el fomento de medios alternativos crea las bases para transformar algo que nos es de suma vitalidad, la promoción del ejercicio autocrítico.