jueves, 11 de agosto de 2011

Bartolomé no está solo

Gabriel Velázquez Toledo
El Liróforo
Bartolomé no está solo.
La violencia volvió a llegar al corazón del alma de nuestra sociedad. Uno de los más grandes escritores de poesía que hay en el país y al que se profesa una devoción especial por los recursos con que recita sus versos, fue agredido la madrugada del jueves, so pretexto de la búsqueda de armas en su domicilio de la ciudad de México, por lo que se montó un operativo de cateo en el que Efraín Bartolomé, vivió en carne propia lo que tantos mexicanos han sufrido en esta “guerra”, el abuso del poder castrense.
Hace algunos meses, otro poeta, víctima de esta “guerra”, lanzó un llamado a la sociedad civil en general y en particular a todos aquellos que han sufrido en carne propia los horrores de ser, involuntariamente, parte de esta política de estado. El resultado, un movimiento civil que ha logrado posicionar su planteamiento en las cúpulas partidistas, ejercicio que se pudiera creer imposible hace algunos años.
Para quienes conocemos de Efraín, sabemos que sus prácticas espirituales le hacen intachable, repulsa la violencia y clama por la fuerza de la fraternidad. Y a pesar de todo esto, cuando se encontró en medio de la noche en la paz que sobreviene a la tormenta, se preguntó si estaba solo.
Y no lo está. El clamor de miles de escritores se ha sumado a la exigencia de paz. El clamor de víctimas e inocentes que ven con horror y descontento lo que sucede en las calles, se suma a la exigencia de paz. Y la paz necesita voluntad para cambiar.
¿Por qué negarse a una reevaluación de los valores del perfil con que se aborda esta lucha? Servir a intereses de vecinos incómodos, han revelado que en buena medida las acciones que se han venido desarrollando tienen un sesgo de hipocresía. Existen intereses y eso vuelve mezquino cualquier ejercicio que trata de legitimar un poder, alardeando del despliegue y alcance que sus estructuras castrenses pueden alcanzar. Sembrando de paso el terror en los ciudadanos, quienes paralelamente son testigos impotentes de la forma en que la sociedad se humilla por miedo.
No guerras, no armas. Los ideales sublimes de una nación se construyen con la educación del pueblo, quien con las herramientas necesarias, sabrá labrarse un futuro. No necesitamos autómatas, necesitamos que vuelvan las humanidades al campo ideológico de los jóvenes, que nunca se debió permitir que las “autoridades educativas” suprimieran en beneficio de su botín de ignorancia. Necesitamos aprender a leer, a buscar, a generar, necesitamos el goce sublime del pensamiento, necesitamos verdadera voluntad para progresar.
Esta madrugada atentaron desde el poder, con la ignorancia, como ciegos, no contra el arte ni contra las letras, sino contra un inocente, como otros cientos, miles que han arrojado las cifras de esta debacle. De no ser así, tendríamos que preguntarnos qué sucede ¿labor de inteligencia? ¿Eliminación sistemática del pensamiento subversivo cultural? ¿Colombianización? En esta época, solo un iluso no podría quedarse con la duda.

jueves, 4 de agosto de 2011

Trivium

Gabriel Velázquez Toledo
El Liróforo
Trivium

La sublimación de los significados de algunos símbolos, se transformaron en enseñanzas complejas, convirtiéndose en el sinónimo de desconocidas doctrinas que, sabemos someramente, enseñaban al ser humano a comportarse de una forma más sublime e inteligente, con el fin de procurar la organización y empatía de intereses a favor de la colectividad.
El concepto de arte liberal, heredado de la antigüedad clásica, hace referencia a su cultivo por "hombres libres" en oposición a las "artes serviles". El término artes liberales designaba los estudios que tenían como propósito ofrecer conocimientos generales y destrezas intelectuales, antes que destrezas profesionales u ocupacionales especializadas llamadas Artes Manuales, o Artes Menores.
Las siete artes liberales que se enseñaban en la antigüedad comprendían dos grupos de estudios: el trivium y el quadrivium, siendo éstas: la gramática (la lengua), la dialéctica (la razón); la retórica(las figuras), la aritmética (los números), la geometría (los ángulos), la astronomía (los astros) y la música (los cantos).
El trivium (del latín, trivium [tri-: 'tres y vía: 'camino'], tres caminos, se refiere al conjunto de tres de las siete artes liberales relativas a la elocuencia: gramática, retórica y dialéctica (o lógica) de las que se organizaban los estudios formales en la Antigüedad y la Edad Media. El sentido práctico en que se abordaba su enseñanza se dirigía a que la Gramática fuera la ciencia del uso correcto de la lengua, lo que ayudaba a hablar correctamente; la Dialéctica, era la ciencia del pensamiento correcto que ayuda a buscar la verdad en las palabras; y la Retórica, era la ciencia de la expresión, enseña a "colorear" las palabras, a embellecer el lenguaje.
La Gramática. Es el estudio de las reglas y principios que regulan el uso de las lenguas y la organización de las palabras dentro de una oración. La gramática es parte del estudio general del lenguaje denominado lingüística. A veces se restringe el uso del término gramática a las reglas y principios que definen el nivel de la forma. La retórica es la interdisciplinariedad de distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad, periodismo, etc.) se ocupa de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, al servicio de una finalidad persuasiva o estética.
La retórica se configura como un sistema de reglas y recursos que actúan en distintos niveles en la construcción de un discurso. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos repercuten en los distintos ámbitos discursivos.
La dialéctica (literalmente: técnica de la conversación;) es una rama de la filosofía. Puede definirse la dialéctica como el discurso en el que se contrapone una concepción, entendida como tesis, y la muestra de los problemas y contradicciones, entendida como antítesis. De esta confrontación surge, la síntesis, una resolución del problema.
En los diálogos platónicos tempranos, el procedimiento permite someter a examen cierto conjunto de creencias que mantiene determinado individuo. A partir de los diálogos medios, su alcance se amplía, para poner a prueba hipótesis o teorías. El procedimiento de preguntas y respuestas da lugar así a una discusión o controversia racional, cuyo resultado es a menudo la refutación de las ideas que se examinan. En cualquier caso, mediante la detección y eliminación de errores, el procedimiento tiende a la identificación de la verdad. Así la refutación se convierte en un método de prueba.
El Trivium hace referencia al tres, es decir al símbolo de la armonía, por lo que su ejecución requiere de la prudencia, inteligencia e intuición del orador, pues un discurso requiere de ser conciso, claro y sencillo, con el fin de procurar herramientas al estudio. Antiguas herramientas del arte de la Política, hoy sobreviven apenas como sombra de lo que pueden llegar a servir a cualquier hombre instruido, no se diga el bien que producirá a sus semejantes con semejante elocuencia.
Comentarios: elliroforo@gmail.com