jueves, 23 de febrero de 2012

El papel del maestro

Gabriel Velázquez Toledo
El Liróforo
El papel del maestro

Para comprender la frontera que se crea a partir de una participación activa en la enseñanza, mediante la constante manifestación de opiniones, y la presunta imposición (o manipulación) de ideas y temas desde perspectivas que obedecen a una comunidad de intereses particulares, que de su pureza ideal, se ven tergiversados, para ser utilizados en beneficios materiales inmediatos, es necesario prestar atención a una serie de acontecimientos que denotan una cultura profunda.
Históricamente el magisterio es heredero de la antiquísima tradición de la enseñanza, estrechamente relacionada con la formulación de pensamientos que buscan incrementar el conocimiento, se ha situado del lado de la perspectiva del pensamiento liberal, por lo consiguiente apoya las causas progresistas que impulsan la obedicencia del máximo estadío de la libertad, en el máximo orden.
Un ejemplo de lo anterior lo vemos en el uso del criterio individual. Obedecer leyes escritas, en sustitución del ejercicio crítico de elevar nuestra conciencia a los principios no-escritos, es decir a la sublime significación interior del sentido de nuestras acciones a partir de premisas básicas como Libertad, Igualdad, Fraternidad, Amor, etc., ha sido uno de los principales dogmas que buena parte de la sociedad ha tenido que pagar como precio del poco o nulo ejercicio de “pensar por sí mismo”.
El magisterio nos brinda esta oportunidad. Partiendo de un imperativo impulso que suele inyectarse al alcanzar metas, me pregunto si al momento de manifestar una enseñanza ¿Es necesario enfocar nuestros ánimos en despertar la duda (y con ello la conciencia crítica) en nosotros mismos, o debemos permitir que mediante generalidades se forje un sendero, captando únicamente lo que a nuestra conveniencia anticipamos es “mejor”? Y de lo anterior se desprende esta duda ¿Cuál es la verdadera misión de un maestro?
Lo anterior desde la perspectiva de la obligación autoimpuesta, compromiso que tenemos todos en la instrucción en general y la responsabilidad a la hora de emitir criterios. A la luz de un nuevo conocimiento, también se amplían las obligaciones y responsabilidades ¿Acaso tenemos alguna obligación civil mayor que la de priorizar nuestra formación?
Sin embargo mi experiencia también ha indicado que nuestra cultura mexicana, que se basa fundamentalmente en la oralidad, no logra habituarse aún al uso constante de referencias textuales, por apatía, desidia o simplemente porque se denosta dicho conocimiento. En pocas palabras, son muy pocos los que leen y menos aún los que quieren salir de su círculo de confort en pos de un nuevo conocimiento.
En lo particular no soy partidario de arrojar perlas, bajo el supuesto de que al no ser entendido se corre el riesgo de ser tirado por loco, arrogante, sabelotodo y un sinnúmero de calificativos que he oído de labios de muchos personajes que se molestan ante una manifestación de felicidad o inteligencia. Sin embargo, en más de una ocasión me siento obligado a compartir opiniones, tips o consejos que, de la misma forma que fueron recibidos de personas que fraternalmente emitieron una recomendación para progresar en una marcha hacia el conocimiento, auxiliando con esto en la orientación académica.
Parto de la máxima hermética “Cuando los oídos estén listos para oís, entonces vendrán los labios que los lenarán de sabiduría”, restando importancia al mensajero y concentrándome en el mensaje, que liberado de la opinión personal, se vuelve una herramienta reflexiva que simplemente induce a tener reflexiones.
Debe llegar el momento en que la sociedad cobre clara conciencia de que es necesario algo más que un maestro que llegue a vaciar un discurso más o menos interiorizado, que trate de la importancia de aprender, pues en contraste, somos un pueblo ávido de acciones, que espera ejemplos de alta moral, a quienes referirse en el momento de tomar una decisión compleja, pensando en la conveniencia común y no en la mezquindad de un interés.

jueves, 9 de febrero de 2012

Educación a un click de distancia.

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Educación a un click de distancia.
La educación toma un papel relevante como productora de capitales intangibles, de personas capaces de enfrentar escenarios de alta complejidad y competitividad, necesarios para el nuevo pensamiento global que han propiciado la enorme oleada de empresas extranjeras que poco a poco se han posicionado en los mercados regionales del estado.
Se ha dicho que la crisis en la educación superior pública se debe a factores diversos y complejos, como la creciente demanda, diversificación de la población, baja cobertura, regionalización y urgencia de oferta educativa innovadora y con pertinencia social, sin dejar de mencionar la insuficiencia presupuestaria y el bajo compromiso de las instituciones con la formulación de conocimiento y soportes de apoyo que ayuden a aplicar en el plano real, lo que en teoría se instruye como la mejor alternativa para solución de problemas.
Nuestro estado afronta retos en el sistema educativo, como muchos otros en el país, que se reflejan en la reducida cobertura, pertinencia, eficacia y equidad. Esta situación obliga a replantear las formas de atención a la demanda, específicamente para sectores de la población que, por dispersión geográfica, situación socioeconómica desfavorable, acentuación de procesos migratorios, entre otros, no tienen acceso a los servicios de educación superior.
La búsqueda de una formación profesional basada en la equidad y sustentabilidad, mediante nuevas opciones educativas pertinentes y de calidad, ha producido la incursión de un nuevo paradigma que a decir de su desarrollo en la modalidad a distancia (la UNACH cuenta ya con un proyecto en funcionamiento desde hace 5 años llamado Universidad Virtual y de la misma forma la UNICACH y el Politécnico están desarrollando sus propios programas), presenta un escenario alentador, que de ser explotado en su mejor expresión, daría con una solución al estancamiento educativo en el que como sociedad nos encontramos sumergidos.
Estas plataformas virtuales desde donde se impulsan cambios de perspectiva, han orientando la posibilidad del uso de la Tecnología de la Información y Comunicación en los procesos de formación profesional, con miras a lograr una cohesión social que se preste al cambio de paradigmas ideológicos, buscando la implementación de nuevos esquemas de valores que permitan la exploración de alternativas de solución a las problemáticas locales.
Atendiendo la difícil situación económica, que por el alto grado de marginación de los municipios dificulta la asistencia presencial para estudiar una carrera en chiapas, la posibilidad de desarrollar programas educativos que fomenten el espíritu proactivo de la autoeducación, se ve como algo cercano, que únicamente espera el impulso tecnológico y la homogenización del acceso a los servicios para desencadenar un fenómeno que no ha tenido precedentes.
El proyecto comprende así la ampliación de la cobertura de redes sociales autogestivas, que impulsen el desarrollo local, a partir de la eliminación de restricciones como la distancia y los desplazamientos geográficos.
Es de esperarse que además el impulso a esquemas regionales de trabajo, que permitan identificar constantes y variables de problemáticas particulares, a solventarse con programas académicos propios e innovadores, que promuevan la formación de una conciencia social respecto a la diversidad, equidad, igualdad e identidad cultural, mediante el diseño de una oferta educativa pertinente, innovadora y basada en estándares de calidad elevados.
Es así como el sistema virtual ha de permitir a la universidad ampliar su cobertura funcional con calidad, pertinencia y algo que se encuentra en voga últimamente, la sustentabilidad.
Por supuesto que esta herramienta influirá más allá, en los sistemas de convivencia, pues será la punta de flecha para descubrir las potencialidades de un mundo que, inmerso en la globalización, demanda del uso de nuevas tecnologías de forma permanente, redituando en cambio con el flujo de información que podrá colocar a estudiantes de regiones apartadas por la distancia, a un click de conseguir insertarse en los programas virtuales de instituciones de prestigio mundial.

jueves, 2 de febrero de 2012

Un cambio sofisticado

Gabriel Velázquez Toledo
El Liróforo
Un cambio sofisticado
El primer cambio que la sociedad debe dar para crear un pensamiento a favor de una civilización refinada de las costumbres de convivencia, se debe dirigir a la inconciencia de un círculo de confort, que no permite a los integrantes de un equipo, llámese empresa, institución o iniciativa privada, realizarse en el impulso de actividades que impacten de forma positiva en una organización, con un trabajo estratégicamente dirigido a agilizar la formulación de bases que pongan precedentes de la mejor forma en que se puede contribuir a una causa.
Al igual que en la educación, las formas tradicionales de cacicasgos que se encargan de emplear autoritariamente a las fuerzas productivas de la sociedad, están en su mayoría, contaminados por una actitud apática, en la que su constante es “no hagas nada que no te corresponda, porque nadie te lo va agradecer”.
Desgraciadamente los habitantes de una ciudad como la nuestra depende, en su gran mayoría, de las instituciones públicas para solventar sus necesidades y generar el motor del aparato económico. Los compadrasgos siguen requisitándose a la orden del día y los puestos desde donde se debe coordinar a un equipo, están reservados para sus mejores amigos. Aunque esto implique un retroceso en la formulación de procedimientos eficientes.
A esto podemos sumar la incompetencia de quienes, siendo recomendados de alguna “alta autoridad”, se sienten inamovibles, de la misma forma en que son completamente inoperantes, ineficientes y la gran mayoría de las veces inactivos.
El cambio de paradigma se debe sentar sobre bases fuertes, de tolerancia y respeto a la máxima libertad permitida, dentro del máximo orden, no en la buena voluntad de ayudar a un amigo, que no es capaz siquiera de mantener su propia existencia en armonía. La corrupción, delincuencia y degeneración de valores, tiene que ver con la falta de una educación integral, que provoque en las jóvenes conciencias un sentido crítico, mediante la cual procurarse una concepción particular de la realidad en la que vive.
Por el contrario, atestiguamos el nacimiento de nuevas adicciones, que en detrimento de la conciencia crítica, abona permanentemente a la enajenación, llámense drogas lícitas e ilícitas, comida chatarra o contenidos poco participativos de parte de los medios masivos de comunicación e información, cualquier cosa que permita mantener bajo los efectos de la embriaguez colectiva, a la inteligencia de las acciones colaborativas-participativas.
Por eso el sistema (nosotros mismos) constantemente reaccionamos ante las personas que pretenden propulsar un cambio, rechazando su concepción positiva, sin la intención de ser coercitivos pues no se encuentra dentro de las responsabilidades que estamos dispuestos a cumplir, así como tampoco dentro de las obligaciones que tenemos que solventar necesariamente.
Con la visión de esfuerzos optimizados, podemos ahorrar un tiempo valioso en la reiteración de paradigmas y desperdicio de energías, que la mayoría de las veces son desperdiciados simplemente por ignorancia. Para esto se necesitan líderes que plenamente conscientes de su labor a favor de crear nuevas formas de convivencia, deben romper los antiguos paradigmas, buscando la socialización de la información y la formación de competencias en las personas, con la idea de expandir sus horizontes culturales y habilidades individuales.