jueves, 20 de junio de 2013

Libres, por la palabra libre

Belisario Domínguez Palencia es uno de esos personajes que, por lo menos en su estado natal, se conoce por una sola de sus acciones, la cual por cierto equivale a mil de cualquier otro político bien intencionado que intente mantener una conducta moral adecuada a nuestros tiempos, enfrentar al asesino y usurpador del poder Victoriano Huerta, lo que le valió pagar con su propia vida. Sin embargo la estela de un personaje como este no puede resumirse de una forma tan precaria. Hace unos días asistí a una librería buscando material bibliográfico que me ilustrara sobre la vida y obra de este insigne prócer, sin embargo mi desencanto fue grande, cuando descubrí que no existe tal en ninguna parte. José de León Ruiz es autor de un libro titulado Belisario Domínguez, la vida de un héroe chiapaneco, mismo que data de julio de 1918 y que fue publicado hasta 1954, el resto de los materiales que se han impreso sobre don Belisario detentan información que León Ruiz proporciona. El gobierno del estado realizó una edición conmemorativa y reprodujo en un facsímil esta obra, la cual no está al alcance de todos, pues es un libro que no se puso a la venta, o no todavía. ¿Por qué un hombre tan importante para nuestra identidad no tiene mayor relevancia en el mundo cultural? Y sin embargo, pese a todas las limitantes, la imagen de Belisario Domínguez sigue siendo recordada en el resto del país, pues fue el único que levantó su voz públicamente para fomentar un pensamiento crítico, el cual nunca debe morir en el hombre, a riesgo de ser sobajado en su dignidad y sometida su voluntad. La lucha por la libertad de expresión que emprendió desde joven y consolido en su periódico El Vate, es la muestra de que un hombre sí puede marcar la diferencia. Siempre responsable por sus actos, impulsó la idea de que cualquiera podía expresarse libremente, pues es el inicio de las garantías individuales está en la máxima libertad con que deben actuar los seres humanos, aunado a la responsabilidad de mantenerse en un orden. Si la república se conforma por una comunidad de intereses que subliman la asociación humana, debiera ser la moral de nuestros líderes la que propiciara el desarrollo constante de la sociedad. Los valores y principios que idílicamente reinan en nuestra carta magna están estructurados para crear una base sólida que permita una convivencia fraterna, direccionada al crecimiento común. Sin embargo, como constantemente lo demuestran las encuestas, la confianza en estos líderes cada vez es menor, pues es muy claro que sus intereses personales se anteponen a las necesidades básicas de un pueblo que ni siquiera puede aspirar a tener conocimiento de cuáles son sus derechos. La herencia de Belisario Domínguez es más grande que aquel discurso de 1913 impreso de forma clandestina y distribuido secretamente en la capital de la república, señalando la ilegalidad y complicidad de los políticos con el traidor Huerta. Su actitud humanista, su atención gratuita como médico a los menesterosos, la distribución de medicamentos gratuitos entre los necesitados desde su botica “La Fraternidad”, su sencillez y honradez, son todos ejemplos de la actitud que el ser humano debe aspirar a cumplir cabalmente para alcanzar el ideal de ser un libre pensador, de buenas costumbres, un Ser Humano en toda la extensión de la palabra.

Pensamiento Científico

Los seres humanos han tenido a lo largo de la historia la necesidad de explicarse los fenómenos naturales. La atribución de emociones humanas a dioses que suponían los castigaban por su comportamiento enviando tormentas, temblores y cualquier catástrofe natural imaginable. La observación les hizo caer en la cuenta de que todo fenómeno natural tenía variables características que se repetía en determinados ciclos, dando así nacimiento al pensamiento racional. Los griegos fueron quienes sentaron los precedentes, para las sociedades modernas, del pensamiento sistematizado. Los grandes filósofos se ocuparon de dilucidar las cuestiones más básicas de lo que acontecía en la naturaleza y la mente del hombre. El mundo de las ideas poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en un complejo entramado de conocimiento susceptible a ser corroborado, conformando lo que conocemos ahora como ciencia. El rompimiento de los dogmas sociales que las religiones imponen, mediante el estudio de los fenómenos que suponían eran el sustento de su pensamiento, ha provocado el reviro del estudio místico como un conocimiento que debe de verse al amparo de la hermenéutica, en razón de que son símbolos que contienen un conocimiento del ser humano, a la par de un despertar de las conciencias de muchos individuos que procuran reestablecer una filosofía de vida personal, acorde a los principios que mejor les parecen. Sin embargo en el entorno social, esta forma de pensar aún no ha sido aceptada por los círculos de poder, a quienes no les conviene una sociedad crítica y pensante que pueda valerse por sí misma, de tal forma que alcance el nivel de madurez económico-político suficiente para que deje de depender del estado. El pensamiento científico aplicado a la vida cotidiana nos ayuda a mantener una actitud inteligente ante los problemas y acontecimientos de la vida. La definición de alternativas, se presentan acorde a las decisiones que eventualmente pueden significar encontrar las mejores opciones, es decir aquellas que tienen mejores posibilidades de repercutir (de forma positiva) en las conductas cotidianas. La plena conciencia de que las acciones son producto de una meditada respuesta a una necesidad, transforma el panorama social, simplificando las relaciones sociales y solventando las necesidades, pues continuar las líneas del pensamiento científico implica aceptar una filosofía de pensamiento. La búsqueda del porqué de las cosas y la solución de la duda filosófica, representan para la humanidad una de las vías preferidas para alcanzar el progreso y dignidad en su nivel de vida. Las sociedades del primer mundo tienden a una participación colectiva en la formación de los niños y jóvenes al amparo de este pensamiento, pues poco a poco su impacto se ha visto en las nuevas generaciones, que son las encargadas de crear las nuevas alternativas a los grandes problemas que nos aquejan, como el hambre, la sobrepoblación, el acelerado cambio climático y la destrucción sistemática de la naturaleza y el medio ambiente. Si bien nuestro sistema educativo está enfocado en la formación de autómatas y tecnócratas, es la obligación de los padres procurar fortalecer en sus hijos una educación de calidad, que les permita realizar sus propias observaciones y análisis, para permitirles llegar a conclusiones que les brinden una filosofía de pensamiento propio.