El Liróforo
Literatura, arte y cultura
jueves, 3 de noviembre de 2016
Día de Muertos
Y esta muñeca es mi favorita, me la regaló el tío Roberto ahora que vino de Estados Unidos, puede hablar y comer y hacer muchas cosas. Ya te dijo mi mamá muchas veces que no debes de fumar abuelito. ¿Cómo que no importa? No, no, lo voy a apagar, además los niños no deben estar donde los adultos fuman, es malo para sus pulmones. No, ni un poquito, además si viene mi mamá nos va a regañar a los dos.
−¿Mercedes, qué haces sola hijita?
−Estoy hablando con mi abuelito.
−No princesa, tu abuelito hace un año que nos dejó ¿lo recuerdas?
−Sí mamá, pero aquí está mi abuelito, míralo, ahí agarrando su cigarro.
−No nena, eso no es cierto, ven vamos a lavarte los dientes y a acostarte que no es hora de estar despierta.
−El abuelo dice que no seas así, que cuando eras niña tú siempre esperabas en aquel sillón a que llegara la abuela ¿te acuerdas? Dice que no importa que este año le hayas puesto tan poquitas flores porque todavía se acuerda de cómo llegar, pero que no te olvides de servir su tequilita y que te tomes uno con él.
No pudo contener las lágrimas, al recordar la emoción con que rociaba de flores amarillas el camino que hacía cada año desde la puerta de la calle hasta el altar que su papá le ayudaba a llenar con frutas y comida, las reuniones por las tardes que pasaba con sus tías haciendo papel picado para que los muertos que los iban a visitar estuvieran muy contentos.
Se sentó junto a su hija menor, destapando la pequeña botella de tequila que había dejado frente a la fotografía de su padre, mientras llenaba una pequeña copa que dejó en la mesa y sirvió otra que sostuvo en su mano.
−Salud −dijo−.
−El abuelo dice que se toma despacio, sino se te va a subir rápido.
−Cuéntame, qué más dice el abuelo –le dijo con una voz que apenas pudo disimular la emoción que sentía.
−Que ya casi es hora de irse, pero que el otro año va a venir puntualito para que puedan brindar. Que también va a traer a la abuela para que la conozca y que no nos olvidemos de ellos. Ah también dice que te quiere mucho.
A lo lejos, las campanas de la iglesia empezaron a sonar, un aire gélido entró por la puerta abierta apagando las luces de las veladoras. Abrazó a su hija y con un beso la llevó a tomar los dulces del altar para irse a la cama.
'La isla en el lago' de José Martínez Torres
México Distrito Federal
El metro me dejó en Bellas Artes. Camino hasta la esquina de eje central y Juárez. Mientras esperamos el semáforo, una multitud empieza a gestarse entre gritos y motores, amontonándose a ambos lados de la cera con gran alboroto. Se da la luz roja y las personas se abalanzan para cruzar. Por un instante tengo la impresión de que aztecas y españoles se han reencontrado y se lanzan al ataque los unos contra los otros. La vieja Tenochtitlan, la isla en el lago, en plena reconquista de su espacio. Finalmente la multitud que cruzó conmigo llega intacta y se dispersa tan pronto como se creó. Fin de la fantasía.
Pienso que si yo fuera el 'General', probablemente las cosas hubieran acabado de la misma manera ¿quién no se siente atraído por las luces de neón de la vieja ciudad de hierro? (esas que se consumen hasta el punto del abandono, pero de quienes se encuentran todavía cadáveres que recuerdan su decadente esplendor). Ahora pienso en que este es el mismo escenario de esa novela. Quiero comprender la sensación de caminar esas inmensas calles, rodeadas de montañas de piedra construida como tributo a una sociedad que puede erigir grandes imperios y dejarlos caer a la vuelta de 3 generaciones de familia ¿verdad general?
Leí la novela antes de cruzar por esas calles para lograr evocaciones o encontrar algún guiño del autor. Andando por la calle, siento lo monótono que es para quienes su cotidianidad consiste en cruzar las mismas avenidas para continuar con sus actividades. No hay espacio para la contemplación, o si lo hay, debes buscártelos.
Así que sigo avanzando rumbo al zócalo y doy vuelta al norte. Ahí percibo que el escenario de la novela está intacto, ya no son vecindarios, en su mayoría, pero detrás del zócalo, en Santo Domingo, Tepito, la Guerrero, siguen existiendo los mismos viejos edificios que no se derrumbaron en el 85 por puro milagro.
En la Guerrero me dejo guiar por una empatía con los personajes de “La isla en el lago” y me quedo en “La Única”, un lugar amplio que recuerda un escenario listo para rodar una película de los años 70. Tomo un par de cervezas mientras los del trío se acercan haciendo escándalo. Mientras trato de organizar mis ideas le concedo la razón al general, uno ya no puede tomar en paz en una cantina, el espectáculo pensado para generar clientela sacrifica la intimidad, rápidamente lleva al hastío y este no se resuelve con otro trago de cerveza. Así que prefiero irme con mis ideas a medias.
Ya en el taxi veo que el DF de la novela encapsula un momento preciso, tal como no será de nuevo, cada escena es marcada por la historia, que, una vez salida a la luz, modela la sombra el rostro del mundo.
Para Kundera, en su ensayo El telón: Al inventar su novela el novelista descubre un aspecto, hasta entonces desconocido, oculto, de la naturaleza humana, penetrando rápida y sagazmente en la verdadera esencia de todo lo que es objeto de nuestra contemplación. La obra no gira alrededor de un gran momento gramático, son acciones detrás de cada capítulo, alcanzando un nivel de verosimilitud que obliga a aceptar a los personajes, quienes no piden que se les admire por sus virtudes, sino que se les comprenda.
El héroe es vencido en la epopeya. Lo único que queda de esta derrota es intentar comprenderlo, quizá esa es la verdadera razón de la novela.
Lo cotidiano no es aburrimiento o futilidad, es una belleza para la que se debe estar capacitado para captar, pues está inmerso en las atmósferas que cada cual reconoce por sus conflictos interiores, circunstancias fútiles que marcan una inimitable singularidad que se disfruta por una repentina densidad de la vida.
El libro intenta un diálogo interno, trata un aspecto de algo profundo que identifica a todos y no sólo refleja la imagen de acciones. Cuando escribe no piensa en el lector, quizá si lo hiciera no podríamos hablar de este libro en este momento. El libro gusta y se lee por la empatía que el narrador logra transmitir, gracias a la técnica depurada que, en un acto de sensatez, no queda más que admirar.
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José Martínez Torres,
Novela
martes, 15 de marzo de 2016
lunes, 25 de enero de 2016
jueves, 21 de enero de 2016
martes, 1 de diciembre de 2015
miércoles, 25 de noviembre de 2015
sábado, 10 de octubre de 2015
jueves, 11 de junio de 2015
Slavoj Zizek 'Sobre la violencia'
Slavoj Zizek es un filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural de Eslovenia. Su obra integra fundamentalmente el psicoanálisis con el marxismo, y en ella destaca una tendencia a ejemplificar la teoría con la cultura popular. Utiliza la teoría psicoanalítica lacaniana como un arma para analizar la política internacional, considerando a la sociedad en su conjunto.
En su libro Sobre la violencia (2009, edit. Paidós), se enfoca en lo que denomina violencia subjetiva, que identifica como sistemática y la define como aquella que es provocada por el Estado, la que origina indefensión e impotencia en los ciudadanos, por las condiciones precarias, el uso del lenguaje y la agresión que sus instituciones fomentan en los burócratas que denigran al ciudadano promedio, lo que repercute en terminar hartos reproduciéndola a su manera (físicamente), lo que transforma dicha violencia en objetiva, recrudeciendo una lucha que origina marginales, enemigos del estado y del establishment.
Es así como lo expresa: “la violencia subjetiva es simplemente la parte más visible de un triunvirato que incluye también dos tipos objetivos de violencia. En primer lugar, hay una violencia «simbólica» encarnada en el lenguaje y sus formas, la que Heidegger llama nuestra «casa del ser»… esta violencia no se da sólo en los obvios casos de provocación y de relaciones de dominación social reproducidas en nuestras formas de discurso habituales; todavía hay una forma más primaria de violencia, que está relacionada con el lenguaje como tal, con su imposición de cierto universo de sentido. En segundo lugar, existe otra a la que llamo «sistémica», que son las consecuencias a menudo catastróficas del funcionamiento homogéneo de nuestros sistemas económico y político.” El sistema político y económico, tan agresivo en nuestros tiempos, privativo de lo ‘bueno’ y lo ‘malo’, lidera los cánones del status quo, que la mayoría de las veces es ofensivo por su imposibilidad de ser alcanzado.
Las constantes señales de violencia son actos de crimen y terror, disturbios civiles, conflictos internacionales que son seleccionados por empresas noticiosas para provocar efectos en sus consumidores, es decir manipulan sus sentimientos (razón por la que nos ofende que agredan a una revista como Charlie Ebdo y no que mueran miles de personas en medio oriente por grupos fundamentalistas). Por eso Zizek nos invita a distanciarnos, para ver más allá de lo evidente, el trasfondo y por eso debemos “apartarnos del señuelo fascinante de esta violencia «subjetiva», directamente visible, practicada por un agente que podemos identificar al instante. Necesitamos percibir los contornos del trasfondo que generan tales arrebatos. Distanciarnos nos permitirá identificar una violencia que sostenga nuestros esfuerzos para luchar contra ella y promover la tolerancia”.
Aquí la cuestión está en que las violencias subjetiva y objetiva no pueden percibirse desde el mismo punto de vista, pues la violencia subjetiva se experimenta como tal en contraste con un fondo de nivel ‘cero’ de violencia y en un país como el nuestro es imposible por lo menos tratar de concebir las mejores condiciones para realizar un análisis. Es una perturbación del estado de cosas ‘normal’ y pacífico. Sin embargo, la violencia objetiva es precisamente la violencia inherente a este estado de cosas ‘normal’. El autor nos comenta que “La violencia objetiva es invisible puesto que sostiene la normalidad de nivel cero contra lo que percibimos como subjetivamente violento. La violencia sistémica es por tanto algo como la famosa «materia oscura» de la física, la contraparte de una (en exceso) visible violencia subjetiva.”
El único que se beneficia con esto es el estado, las instituciones provocan niveles de violencia que explotan como una neurosis colectiva, con resultados como los que podemos observar en este momento (panorama al que nos hemos acostumbrado) con elementos de la fuerza pública resguardando a los comercios, radiodifusoras y demás oficinas privadas, que están encargados de generar los diversos tipos de violencia (económica, auditiva, visual, intelectual) a la que nos tienen acostumbrados.
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jueves, 4 de junio de 2015
‘Para ser novelista’ de John Gardner
Para cualquier joven que pretende comenzar en el difícil arte de escribir, existen cientos de trampas que le desvían de su intención a la primera de cambios, como el supuesto de que para ser escritor hay que acercarse a los malos hábitos que escritores como Hemigway o Fitzgerald, por mencionar sólo un par de ejemplos, se pregona exaltaban sobre el consumo de alcohol, nada más falso, baste decir que Hemingway tuvo en Gertrude Stein, una de las más afamadas críticas de arte de su época, a una inigualable lectora que le sensibilizó sobre mejoras que debía emprender en su estilo.
La gran mayoría asistirá a un taller en el que, si bien le va, el intercambio de opinión sobre sus ejercicios narrativos le permitirá irse dando cuenta de los errores que comete y el impacto que sus historias generan, esto cuando el tallerista tiene bases firmes sobre la teoría narrativa, caso contrario el riesgo de disipar el esfuerzo y desorientar el entusiasmo en torno a la adopción de técnicas literarias es muy grande.
Sin embargo la idea de que la literatura, y el arte en general, dependen de un arranque de inspiración, está fuertemente arraigada, suponiendo que la verdadera obligación de un artista es crear obras maestras que impresionen a propios y extraños, nada más alejado de la realidad.
El famoso escritor norteamericano Raymond Carver, en la introducción al libro Para ser novelista de John Gardner, a quien considerase su maestro, dice que “'Gardner tenía por principio básico el de que el escritor encontraba lo que quería decir en el continuo proceso de ver lo que había dicho. Y a ver de esta forma, o a ver con mayor claridad, se llegaba por medio de la revisión. Creía en la revisión, la revisión interminable; era algo muy serio para él y que consideraba vital para el escritor en cualquier etapa de su desarrollo como tal. Y nunca perdía la paciencia al releer la narración de un alumno, aunque la hubiera visto en cinco encarnaciones anteriores”.
Los norteamericanos están convencidos de que el oficio de escritor puede ser aprendido, es por eso que fomentan la pedagogía de la narrativa, en la que se da una mayor importancia al reconocimiento de la forma correcta de escribir junto con la sensibilidad de poder captar escenas que provoquen la empatía del lector. Con más de una decena de premios Nobel en su haber, algo deben saber sobre el tema. Y es que a diferencia de los latinoamericanos, quienes han hecho valer su experiencia en el extranjero, principalmente en Europa, antes que su formación en sus propios países, los norteamericanos tienen toda una serie de talleres y cursos formales de la universidad que forjan a los nuevos valores en el difícil arte de la escritura.
Uno de los notables escritores que realizó algunas obras al respecto fue John Gardner, quien dedicó parte de su obra a sentar las bases para que los jóvenes tuvieran el conocimiento con el que pudieran enfrentarse a los desalentadores inicios de una carrera que exige compromiso con uno mismo, pues los estándares de calidad son autoimpuestos. Entre Yourcenair, Borges o Faulkner y autores como Carlos Cuauhtémoc Sánchez o Isabel Allende hay un mundo de diferencia que radica en la meticulosidad con la que escriben, calculando efectos y contrastes, pero principalmente la capacidad de ser autocrítico.
Algo sobre novela neopoliciaca Latinoamérica
Edgar Allan Poe es considerado como el primer escritor que trató una historia de misterio utilizando a un detective, Dupín, quien resuelve un caso de asesinato, convirtiéndose de esta forma en el padre de un género que a un siglo y medio de distancia, se ha dividido en tantas vertientes como el culto por la violencia y la degradación así lo permiten: el género de la literatura de detectives.
La novela negra, conocida como Noir, o bien Hardboiled en Estados Unidos, es la evolución contemporánea de aquellas antiguas novelas de detectives, tan característica de los Ingleses, quienes dejaron una serie de personajes icónicos de la mano de Conan Doyle, Chesterton y Agatha Christie.
En el siglo XXI la violencia deviene en lugar común para la literatura, sobre todo la hispanoamericana, rodeada de acontecimientos violentos que encuadraron la segunda mitad del siglo XX (como las dictaduras militares y los intentos por organizar revoluciones que en más de una ocasión rindieron frutos).
No obstante lo anterior la reflexión sobre la violencia no es reciente ni privativa de los contextos hispanoamericanos. Casi un siglo atrás en Inglaterra y Estados Unidos tuvo un boom al convertirse en una respuesta a la invasión capitalista y sus efectos sociales adversos. En Norteamérica la prohibición del consumo de Alcohol desató la andanada de grupos delictivos que se volvieron íconos gracias a personajes como Al Capone, lo que sugirió el nacimiento de un género (Pulp) que se permitía la descripción de esa vida oscura que contrastaba con el afamado sueño americano y que rompió con la fantasía de que el crimen era un fenómeno aislado, que a los buenos ciudadanos no tocaría nunca.
Para ubicar conceptualmente a la violencia el filósofo Slavoj Žižek (Eslovenia-1949) hace un análisis sobre la diferencia entre la violencia subjetiva y la sistemática, la provocada por el Estado que origina indefensión e impotencia en los ciudadanos que terminan hartos reproduciéndola a su manera (físicamente), con lo cual se explica cómo manifestaciones estéticas como la literatura noir, pulp, el harboiled e incluso la narco novela, cuya crítica constante es su aparente ‘ligereza estilística, argumental y simbólica’, no son otra cosa que el reflejo de un sistema corrompido en sus procesos y las consecuencias sociales de ello.
Los subgéneros de la narrativa latinoamericana, por lo menos los más frecuentes en las primeras décadas del siglo XXI, encuentran en lo neopoliciaco una vertiente que, sin censura, permiten el reflejo de lo que se ha venido presentando en estos países, con toda su crudeza (aún así difícilmente la ficción de dichas obras ha superado la realidad de países como México).
Las características de la novela negra, la narrativa de fronteras y la denominada narco novela, utilizan marcos referenciales que se incrustan dentro de la denuncia social, los escenarios siempre son oscuros, la corrupción, la falta de escrúpulos y moral, la violencia y el crimen, se asocian a una realidad que se muestra en los medios de comunicación convencionales como fantasía, familiarizando a las personas con un fenómeno social que a lo mucho origina morbo entre los consumidores de noticias que no encuentran diferencia entre una matanza de estudiantes y el videojuego Call of duty. Ya no existen personajes súper dotados que son capaces de resolver cualquier misterio por medio de la lógica, antes bien son arquetipos del ciudadano promedio que por alguna desavenencia se encuentra en una encrucijada.
Los autores de estos géneros ponen en tela de juicio la forma en que se desarrollan las actividades criminales impunemente, en estas obras tampoco serán encarcelados los delincuentes, los ricos serán despóticos, los políticos líderes de organizaciones criminales y el resto de los mortales sólo piezas del ajedrez que son removidas cuando terminan de ser útiles (¿Algún parecido con la realidad?).
Algo tiene el género que grandes escritores como Borges y Chesterton guardaban una especial deferencia a los mismos, quizá esa sencillez, de la que ahora muchos autores (buenos y malos, prodigiosos y mediocres) se valen para ganarse un lugar en los anales de las librerías, que permite profundizar y familiarizarse con temas que por lo regular, simplemente nos parecen ajenos de la realidad en que vivimos.
viernes, 8 de mayo de 2015
Notas sobre el empoderamiento femenino
Uno de los nuevos fenómenos que se han presentado con mayor fuerza en los albores del siglo XXI es el llamado empoderamiento de la mujer. Sus antecedentes se encuentran en el movimiento feminista que enarbolaran personajes como Simone De Beauvoir, cuyos postulados en el libro “El segundo sexo” involucraron ideas radicales (para su tiempo) que permitieron la conquista de derechos (primero vinieron los políticos, a las que siguieron las conquistas intelectuales que estamos viviendo y las de índole personal, representando en su conjunto el triunfo sobre un sistema de pensamiento que denigraba sus valiosos aportes al entorno social).
Esto se ve traducido en una nueva actitud, las mujeres han optado por tomar el toro por los cuernos, pues ahora no necesitan de los hombres para sostener los viejos cánones. Siendo capaces de crear sus propias oportunidades, han demostrado que mediante una buena educación pueden llegar a tener las capacidades necesarias que les permite realizar casi cualquier actividad, con agregados como la pulcritud y meticulosidad. Esto ha impactado en el desarrollo social pues se traduce en términos de producción que determinan el nivel de progreso que un pueblo llega a alcanzar.
El posicionamiento sobre bases intelectuales más firmes ha ayudado también a derrocar ideas negativas en la estructura social, pues su cercanía e influjo en la crianza de los hijos, han permitido los cambios de paradigmas que se necesitan para continuar por el sendero del cambio. Muchos son los ejemplos en que la mentalidad práctica de una mujer ha permitido el desarrollo económico de familias enteras, esto se debe a que el orden a que están acostumbradas, se sume a la disciplina y compromiso necesario para que se pueda alcanzar una meta de una forma mucho más contundente.
La mujer que encontramos en los albores de este nuevo milenio aspira a cumplir sus sueños, trazándose metas que le demandan esfuerzos físicos y mentales que se han alejado de los convencionalismos que fomentaron las sociedades machistas. Por eso se atreve a avanzar en infinidad de campos, a pesar de las condiciones sociales adversas que muchas veces encuentran. Ellas son el verdadero motor de cambio que ha demostrado que con voluntad se pueden alcanzar muchas cosas. Por eso no es raro que cada vez sean más los nombres de mujeres que se involucran en áreas tan disímiles como las ciencias o la política.
Debemos abandonar la demagogia, la igualdad depende de la madurez con que nos enfrentamos a las situaciones convencionales, demostrando que ese orgullo que somos capaces de sentir por una madre, se puede materializar en el cambio de actitud que fomente cada vez más el posicionamiento de la mujer en los altos valores que conducen a la sociedad del siglo XXI.
jueves, 30 de abril de 2015
Del aquí a las letras. La crónica literaria de Jorge Ibargüengoitia
Antes que nada vale la pena resaltar que la actividad periodística siempre ha estado cercana a la literatura. La publicación periódica de crónicas es un excelente ejercicio narrativo que permite desarrollar la destreza necesaria para pasar a géneros más complejos. Así, escritores como García Márquez, Julio Cortázar o Henry Miller, Hemingway y hasta Bukowsky, deben al ejercicio periodístico su buena condición narrativa.
Como se puede atestiguar en su obra, Ibargüengoitia se vale de anécdotas que parten de sus memorias y se transforman, a la luz de una reflexión, en material presto para el sarcasmo, pues su humor y agilidad narrativa exhiben las acciones de personas que pertenecen a los más diversos grupos y la forma en que son protagonistas de escenas sumamente cotidianas, tanto que son un retrato de la realidad que caracteriza al momento que trata en sus textos.
El uso de su maravillosa capacidad de observación, es otra de las claves que desarrolla de una forma muy interesante (en lo literario obviamente), pues la precisión de ciertos instantes son claramente reveladores, en cuanto a la importancia que el autor otorga al objeto o personaje en cuestión, con la finalidad de facilitarle a los lectores la atención en su texto, vinculando la anécdota a la acción y propiciando una brutal sinceridad, que a algunos lectores nos resulta sumamente atractivos, porque tenemos una empatía por ese sentido del humor oscuro, poco comprensible (producto de reflejar una desgracia ajena, producto del azar o de un error. (Ejemplo: cuando le cae el cuadro a su criada)
Sin embargo, para Ibargüengoitia el periodismo fue la puerta de entrada al conocimiento de un país que se encontraba (y al parecer aún continúa en las mismas) rodeado de corrupción. Lo que terminó por hastiarle y buscó reflejar este sentir en sus obras, manifestando claramente una crítica de las costumbres y de las contradicciones entre la modernización y el conservadurismo, entre la norma y las prácticas populares, entre la satisfacción del apetito del individuo y los esquemas sociales que tienden de romperse.
Hay una anécdota de cuando escribió Las muertas. En una de tantas entrevistas se remitió a la necesidad de contrarrestar el fenómeno desatado por las publicaciones de carácter amarillista, que explota la desgracia y perversión, dando como resultado la exhibición del México bárbaro, cercano a lo bestial, exaltado por el morbo y llevado hasta fuera del país como un retrato de lo que los políticos inmediatamente trataron de contrarrestar con fuertes inversiones y que Ibargüengoitia criticaría de una forma ejemplar dentro de lo literario (lo que lamentablemente llevó a que pocas personas pudieran percibir la parte crítica disfrazada en el humor.
A través de sus letras logra la exhibición de un país que, en el estado de descomposición social en que se encontraba, aún estaba ansioso por descubrir qué tan bajo era capaz de llegar. ¡Oh sorpresa! Ibargüengoitia transmite esta imagen pero con el entendimiento de la razón humana, fuera de prejuicios, y además lo hace de una forma despreocupada, logrando su cometido de hacer olvidar lo inhumano de revistas como ¡Alarma!
Es necesario recordar que Ibargüengoitia también siguió la tendencia de la novela policiaca, que actualmente encontramos reflejado en la escuela de Jhon Reed, Truman Capote y Rafael Bernal, utilizando la fuente periodística para retratar personajes muy cercanos a quien los lee, retomando el valor del testimonio que deja y enriqueciéndolo con un ejercicio hiperbólico, característico de este tipo de literatura.
Volviendo a su actividad periodística, en el caso concreto de la crónica podemos disfrutar y tratar de emular como ejercicio individual, el uso del antecedente, la mayoría de las veces una anécdota propia, sometida al juicio de una opinión que conlleva una intención de ironizar (y al ser de Guanajuato buena parte de estos juicios los conduce hacia los fundamentalistas religiosos que abundan en la región del bajío) (las fiestas religiosas).
Debemos recordar también que el periodismo, como técnica narrativa, debe orillarnos a la construcción de escenarios claros, con acciones precisas y personajes claramente identificables, a través de la respuesta de las añejas preguntas Qué, Quién, Cómo, Cuándo, Dónde, Porqué, Para qué.
Para el momento en que el autor escribe (de los 50 a los 80) se tiene la expectativa del desarrollo gracias a la industria armamentista que de una guerra a la otra le dio cierta estabilidad al país, fue una época de modernización económica y social que nunca pudo concretarse, repleto de una falsedad política y un onírico futuro. Alguien debía encargarse de desenmascarar las falsas pretensiones del partido nacional, que por su deber institucional intentó (e intenta todavía) hacernos creer que vivíamos en la prosperidad, ese alguien casi siempre ha sido un artista valiente que se manifiesta de forma simbólica a través de su arte y en este caso, de un periodista metido a escritor.
El periodismo está de luto
El ejercicio periodístico ha confundido su labor (quizá a propósito) con el de la mercadotecnia. Los medios informativos son, por lo menos en nuestro país, la mejor plataforma de proyección de la imagen de personajes, proyectos, destinos y cualquier producto que se necesite posicionar en las preferencias de los consumidores, que como responde la lógica, se convierten en realidad en el valor primordial del negocio.
Pocos son los medios que realizan investigaciones, muchos menos los que con objetividad presentan los acontecimientos, las columnas de opinión se utilizan para golpear a los agentes ajenos al poder (que se compra con dinero) y aunque el internet ha venido a contrarrestar buena parte de la influencia que ejercen los aparatos profesionales de difusión de imagen, aún a cuenta de saturar el medio, poco pueden hacer en contra de quienes están facultados para jugar con las normas de convivencia que nos rigen, pues la continuidad se garantiza con prebendas.
Ayer murió uno de los periodistas icónicos de nuestro país, el mítico Julio Scherer García, el que se enfrentó al poder cuando no quizá supeditarse a su dominio. Junto a otros grandes que se han ido, como Vicente Leñero, el país enfrenta una crisis de credibilidad, la manipulación de la información beneficia a las cúpulas, los únicos a quienes les conviene la desinformación, pues el conocimiento es poder y permite mover al titiritero los hilos con que se desencadenan acciones calculadas.
El ejemplo crítico que esta generación de periodistas nos brindó, contrasta mucho con el estatus que guardamos como el país con las peores condiciones para ejercer el periodismo (baste decir que hace unos días un periodista que además se ganaba la vida manejando un taxi, fue desaparecido en Veracruz por un comando armado).
El reciente ataque al semanario Charlie Hebdo en Francia nos muestra una acción inmediata de una gendarmería altamente eficiente y preparada, el crimen está siendo investigado, han identificado a los agresores y seguramente harán pagar a los culpables. En México nos queda la impresión que tras cada crimen que se realiza contra los periodistas, tienen la intervención de fuerzas que prefieren eliminar a esos elementos incómodos que enuncian verdades que en el fondo exhiben un entramado de complicidad haciendo eco del viejo adagio “Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira”.
El sistema actúa sometiéndose al poder, que debiera ser ejercido por el pueblo pero que se guarda en las manos de unos cuantos. La impunidad está garantizada, aunque el pueblo clame justicia ¿hasta cuándo?
Periodismo de investigación
Tomar los postulados de la ciencia y la academia para la investigación, como lo son la veracidad de las fuentes, la metodología, información relevante, etc. y aplicarlos en otras ramas del saber, en este caso el periodismo, da como resultado un ejercicio crítico, que no se somete a la subjetividad de las opiniones personales, sino que se obliga a interpretar una serie de datos que se han sistematizado.
El reciente caso de obvias violaciones a los derechos humanos, de libertad de expresión y en especial, para la sociedad, de atentar contra la necesidad de estar oportunamente informados sobre los actos y procedimientos que esferas del poder tan lejanas como absurdas, cometen diariamente, ejerciendo una especie de privilegio que le permite alejarse de las sanciones que por ley debieran castigarse, no es más que el reflejo de una sociedad sometida a una dictadura disfrazada de mecanismos sancionadores que eliminan sistemáticamente a las voces críticas, con tal de no ver alterados sus actos.
¿Qué es lo que tanto molesta al Estado de Carmen Aristegui y su equipo de investigaciones especiales? Debemos tener claro que la masa crítica de personas que utilizan las redes sociales, son el contrapeso a la postura oficialista que las empresas televisivas adoptan. El México inconforme que sale a las calles a protestar contra la forma tan burda en que el aparato institucional falta a su deber (por tener sus titulares y equipos de trabajo intereses en ocupar otros escaños del mismo aparato), tiene a su peor enemigo en el México de los conformistas, que impasibles, desde su casa, observan cómo todos estos actos se desarrollan, tergiversados por los noticieros que mantienen las líneas editoriales a conveniencia. Así es, justo como lo develó el guión de la película “La Dictadura Perfecta”, no somos más que el producto que las grandes empresas de comunicación ofrecen a sus patrocinadores.
La develación de actos de corrupción en los que se encuentran involucrados una parte del ejecutivo federal, que provocaron a su vez la debacle de proyectos que implicaban el uso descarado y poco justificado de enormes cantidades de dinero, como el del tren rápido, o la casa blanca, así como los procedimientos con que se han otorgado los cargos del poder judicial y la ausencia total de protocolos para la investigación profesional de casos de encubrimiento de matanzas como la de Tlatlaya y Ayotzinapa, han originado una crisis de credibilidad en el gobierno, justo unos meses antes de las elecciones, que serán además acompañadas por todo un sistema de denuncias virtuales que los ciudadanos (que no el INE) están decididos a implementar, quizá no para derrotar al sistema, pero sí para exhibir la podredumbre sobre la que está montada nuestra “democracia”.
Ahí es cuando las voces críticas deben ser acalladas, para evitar que sigan sistematizando la información mediante iniciativas ciudadanas como la de Mexicoleaks, la plataforma ideada para exhibir de forma discreta las pruebas que sobre los manejos de los erarios y bienes del país se están realizando. En un país corrupto, donde su máximo líder presenta los principales conflictos de interés, se desarrolla la política de someter a sus ciudadanos.
En un país en que reina la corrupción, el flujo de inversiones que se esperaba con las nuevas reformas, no llega todavía porque la corrupción y la violencia han refrenado el ánimo de los empresarios que, no sin buenas razones, ven con desconfianza la rentabilidad de un negocio que no es capaz de garantizar siquiera una estabilidad. La idea que los políticos tienen sobre el sistema, con su despilfarro y alejamiento de la realidad, con sus reformas de escritorio y con niveles educativos tan pobres, obliga al uso de estrategias que, podríamos suponer, están ideadas para que el imaginario popular las olvide con un próximo escándalo.
El ataque a la libertad de expresión
El ataque a Charlie Hebdo conmocionó al mundo periodístico. La bandera de la libertad de expresión se ha enarbolado en la defensa de una publicación satírica que no en todos los casos logra su cometido de divertir, a la par de lanzar una crítica mordaz al sistema político-social que impera en Francia.
El humor ácido, mordaz, se asocia más a la burla que a la intelectualización de ciertas situaciones. Esa es la razón de que muchas de sus caricaturas se ven como altamente ofensivas cuando se dirigen a un público lego, que no comprende el trasfondo de la imagen que se publica y se queda en la superficialidad de un mensaje que se distorsiona fácilmente, a conveniencia de quien se supone ofendido.
No es ético burlarse de la ignorancia, es más fácil que educar. Los sistemas sociopolíticos y culturales se arraigan en formas de pensamiento que difícilmente cambian, aunque las críticas de occidente pretendan moralizar a sus adeptos, condicionándolos a señalar las deficiencias e intolerancia que medio oriente desarrolla como sistema de convivencia, la respuesta se produce mediante la violencia. El repudio de oriente al occidente es por su sistema de consumo voraz, el de occidente a oriente por su fundamentalismo, que cierra las puertas a la extracción de los recursos naturales que poseen.
Actualmente una nueva hipótesis empieza a tener eco entre las comunidades virtuales. Paul Craig Roberts analista de política internacional señala que “la Policía encontró el documento de identidad de Said Kouachi, muy cerca de la sede de Charlie Hebdo, en la misma escena del tiroteo, hecho que recuerda a los supuestos culpables del atentado a las Torres Gemelas (los pasaportes aparecieron intactos entre las ruinas de los edificios)”. ¿Casualidad? Además todos los participantes en el tiroteo fueron eliminados sistemáticamente, sin brindar la oportunidad de que alguno atisbara razones sobre lo sucedido.
Un fenómeno que acompaña a la guerra contra el terrorismo (inaugurada por los Norteamericanos) es la declaración bélica dirigida a los países presuntamente responsables, como producto de una cadena de acontecimientos que en el rubro social, crean una conciencia de necesitar protegerse contra el “enemigo”. La islamofobia tiene el sello de los complots creados por el FBI y la CIA, que sirvieron para crear y consolidar la amenaza terrorista como algo real, no sólo para los estadounidenses, sino también para el mundo “civilizado”, con sus viejos enemigos como los Chinos y los Rusos o sus nuevos enemigos, los Yihaddistas que logran burlar al aparato de inteligencia del país más poderoso del mundo.
Más indignación suscitó que al día siguiente se reportaran miles de muertos, también en un ataque subversivo pero en Kenia y que los países que claman justicia contra sus agresores no sean capaces de decir nada. ¿Doble moral? Tenemos indignación porque mueren periodistas en un ataque pero no por la eliminación masiva de personas en un país que muchos no ubican ni siquiera en el mapa. Por cierto otro dato curioso el policía francés encargado de la investigación del ataque se suicidó recientemente, lo que agrava aún más el asunto y hace suponer que el atentado podría ser preparatorio de una operación de guerra (otra más) o incluso la creación de nuevas leyes que atentan contra la libertad de los ciudadanos de aquel país.
Si esto resultara cierto por un momento, me pregunto entonces ¿Quién es el que verdaderamente atenta contra la libertad de expresión y si la libertad tiene límites?
Voy a dar un pormenor
Omar Gámez es un escritor que hace algunos años se nutrió literaria(y literal)mente en nuestro estado por casi diez años. Volvió a su tierra con la nostalgia de dejar todo lo que había logrado. A finales del 2013 corrió la noticia de que el Navo volvía a las andadas, recuperado anímicamente resultó ganador del concurso del Libro Sonorense en su categoría de crónica. Un año después se cumplieron las expectativas de ver impreso por fin Voy a dar un pormenor, aún a pesar de la burocracia cultural y sus cientos de trabas. Transcurrieron otros seis meses y vicisitudes dignas de contarse en otro espacio para tener al fin mi propio ejemplar y apenas unas horas para dar cuenta del libro.
Sumergiéndome en la lectura caigo en cuenta que la clave para escribir buenas crónicas es vivirlas. Es por esto que la conformación del texto permite al lector impregnarse un poco de esa imagen desgarradora que son los trozos de realidad del pasado, que tratan de borrarse de la ciudad con sus motores de automóviles llevándose entre las ruedas los recuerdos del porvenir, pasando a toda velocidad sobre nuestro olvido, sepultándolo entre partículas de smog y caminos de asfalto.
Detenerse un momento a contemplar cómo se transcurre la vida, le permitió al escritor Omar Gámez la posibilidad de crear una serie de textos que compilan anécdotas de un pasado que en poco se diferencia del presente. Las desgarradoras imágenes suburbanas y rurales nos acercan a los sucesos que para los críticos están al filo de la posmodernidad, pero para quienes son partícipes simplemente atañen a la subsistencia. Sobrevivir o morir. Morir lentamente, a pesar de seguir vivo, como el escuadrón de la muerte que a orillas del pueblo se sientan a tomar alcohol con toloache para que seguir inmersos en su realidad sea un poco menos doloroso.
Su dominio sobre el detalle se ha perfeccionado, la técnica entrañable que ha sabido desarrollar en los años incluyen un sentido del humor peculiar, indispensable para un buen escritor, que se vale de la ironía para transformar un prostíbulo en un campo experimental de estrategias de mercado para atraer a nuevos clientes, porque los otros, los constantes, han encontrado nuevos placeres en las drogas baratas que como el foco, revoltijo de cualquier cochinada como raticida y solvente, ya no cruzan la frontera y se quedan para desgraciar a los clientes que prefieren esos goces efímeros por sobre los de la carne.
La realidad siempre supera a la ficción. Las crónicas de Omar Gámez nos dejan claro que la falta de sentido, de un destino que nos conduzca a pesar de todo hacia algún lugar, es parte de la cotidianidad en la que se imbuyen los personajes, que son tan reales como cualquier vecino que mata sus tardes en la cantina porque para él ya nada tiene sentido.
El sentido local de pertenencia que arraiga a los personajes a una ciudad o a un pueblo determinado, queda rebasado ante la fuerza de los temas que aborda (la locura, la desventura, el desamor, la amistad y la fidelidad), tan universales como la necesidad del ser de encontrarse un sentido.
Colección Letras sin papel
El ejercicio editorial digital ha comenzado a capitalizar la atención que los smartphones han agregado a esta era tecnológica que acerca al internet y posibilitan el acceso a información como nunca antes lo había soñado el hombre.
Muchas de las grandes editoriales han mudado sus contenidos completamente al internet como el Wall Street Journal. Pero no sólo los gigantes de la información se han apropiado de esta tecnología. Todos (llámense empresas, institutos de educación e inclusive estructuras de gobierno) siguen las tendencias del uso de portales interactivos, con la finalidad de eficientar procesos mediante la sistematización de información.
Pues bien la Universidad Autónoma de Chiapas no es la excepción. La implementación de un programa editorial digital está abriéndose camino en la tan competida carrera de publicaciones académicas. Ha consolidado herramientas de divulgación de la ciencia como la revista digital que aloja en su sitio Espacio I+D. Innovación más Desarrollo. Éste es un afortunado botón de muestra de lo que las políticas de Acceso Abierto han logrado en las instituciones de educación superior.
Dichas políticas son globales y están enfocadas a la difusión y divulgación de los resultados que la investigación desarrollada por los académicos de las universidades, tenga, mediante la apertura (a la comunidad mundial), de los resultados de las investigación que están desarrollando con la finalidad de que su exhibición libre permita el desarrollo, a su vez, de más conocimientos.
El papel de los editores en las publicaciones digitales es, hoy más que nunca, una actividad que depende en buena medida de la sinergia con la que correspondan los investigadores de alto prestigio, sus colegas, que deben estar dispuestos a cooperar de forma voluntaria a la legitimación de un conocimiento, y al instinto académico que desarrolle el editor mismo, pues de su gestión de contenidos depende el desarrollo de la divulgación que la información tenga.
Las universidades están comprometidas desde sus funciones elementales a la transferencia de conocimientos y tecnologías, que aplicadas al entorno y dirigidas por sus altos especialistas, favorecen los avances en niveles y calidad de vida de los habitantes de la región. Las condiciones de publicación y certificación de contenidos se ha vuelto compleja, sin embargo es algo de lo que nuestro estado en lo particular no puede prescindir, pues ahí se encuentran las oportunidades de desarrollo de actividades que se representan en muchas ocasiones como ventanas de oportunidad para muchos.
Es por eso que la UNACH lanza al ciberespacio una serie de publicaciones valiosas, que por sus contenidos ameritan su difusión en versiones descargables que acerquen a los usuarios a la labor que los autores están produciendo. En esta ocasión el número de febrero de la revista digital incluye dos libros que tienen un enfoque didáctico-pedagógico disciplinario el primero se titula La errata en el Crucigrama del Dr. Antonio Durán Ruiz, que es un acercamiento crítico a la obra de varios escritores y que bien puede ayudar a un estudiante en el desarrollo de la crítica literaria y el trabajo de investigación Manejo agroecológico de la nutrición en el cultivo del cacao de la AUDES Cacao-Chocolate, dirigida por el Dr. Orlando López Baez, en donde se da cuenta de los procesos que dicho cuerpo académico está teniendo en la implementación de nuevos conocimientos científicos a la producción de Cacao en la región.
Ambos textos están disponibles para descarga en la sección de documentos académicos de la Revista digital, en la página www.espacioimasd.unach.mx y son totalmente gratis para ser consultados en internet o descargados a dispositivos.
La errata en el crucigrama
La Universidad Autónoma de Chiapas ha dado inicio a un proyecto de edición de libros digitales que acercan el conocimiento que se produce al interior de dicha institución, materiales que por su calidad merecen ser divulgados a la comunidad con la intención de testimoniar de qué forma la investigación puede repercutir en el medio social y la forma en que la disposición libre de los mismos pueden incentivar en los estudiantes y público en general una conciencia crítica.
El investigador y doctor en letras por la universidad de Valladolid Antonio Durán Ruiz ha publicado de manera digital su libro La errata en el crucigrama, con la intención de permitir a los estudiantes de letras, y en general a los entusiastas de la literatura, sostener un acercamiento crítico a intrigantes aspectos de la obra de algunos autores como es el caso de los narradores Guillermo Fadanelli y Lewis Carroll, y de los poetas José Gorostiza, Rosario Castellanos y claro, no podía faltar, su paisano Joaquín Vásquez Aguilar.
Durán Ruiz es un investigador entusiasta que ha colaborado en el rescate y difusión de la obra del poeta Joaquín Vásquez Aguilar con la edición crítica de sus poemas en En el pico de la garza más blanca (2010) y personajes que gracias al imaginario colectivo han transformado su presencia en el estado, como sucedió con José Alfredo Jiménez en su afamada visita a Acala en la década de los setenta, de la que da cuenta en el libro El Rey en Acala. La historia verdadera de José Alfredo Jiménez en Chiapas, en coautoría con otro de los investigadores que más peso tienen en el panorama de la crítica literaria, el Dr. José Martínez Torres.
Alejandro Mijangos, al respecto de la introducción de este libro, escribe que “cada obra literaria referida, son el pretexto y punto de partida para reflexionar sobre el sentimiento de pérdida, la nostalgia humana del origen como añoranza de un país sin mapa, la repulsiva identificación del hombre en el espejo cóncavo del monstruo, la pulsión de muerte y demás miserias emocionales en que se debate el sujeto”. El resultado del análisis que emprende es producto de la fusión de teorías literarias con las que desnuda la estructura de las obras y de un acercamiento desde la perspectiva del ser de Jacques Lacan para quien el Objeto perdido “…es la ficción fundamental. Cuando el hombre cree encontrarlo se estrella contra su apariencia: no es lo que perseguía. La Cosa sólo concede lo ilusorio del mundo” esto arroja como resultado la certeza de que el vacío y la soledad son inmutables en la creación pues “El hombre tiene hambre de plenitud, está insatisfecho con su realidad y la constancia de su descontento es el arte”.
La descarga del libro está disponible de forma gratuita en la página de la revista digital universitaria Espacio I+D en: http://espacioimasd.unach.mx/e-books/resena-errata.php una obra que no se pueden perder.
El crimen como modelo estético
En la actualidad suponer que el crimen es uno de los paradigmas favoritos de los ciudadanos podría sonar a una exageración, pero si recapitulamos en la historia moderna podemos darnos cuenta de la forma en que el culto a lo prohibido y la oportunidad de crear un mercado, se han vuelta parte de nuestro modelo de consumo.
El crimen está en todos los ámbitos de la cultura: los video juegos Grand Theft Auto, la música, la literatura o el cine, sin dejar de pensar en programas de televisión como CSI o Dexter, entre muchos otros, nos hacen pensar en ¿hasta dónde podemos llegar con este culto?
La influencia de personajes asociados al crimen organizado ha sido controversial. Jack el destripador dio pie a una ola de entusiastas de las ciencias forenses quienes llegaron a incluir a literatos que en aquel momento estaban de moda, para tratar de resolver la identidad del asesino, Al Capone hacía gala de su poder y riqueza al aparecer retratado con personajes de suma importancia de la política norteamericana, el padre de los Kennedy siempre fue señalado por su relación con grupos de contrabando de alcohol en los tiempos de la prohibición norteamericana.
En América latina esto no ha sido la excepción, Pablo Escobar, la Reina del sur y muchos otros han sido vanagloriados por las telenovelas y series de televisión como personajes a quienes se debe admirar (¿sino para qué son reivindicados públicamente?), de la misma manera que sucedió con el Chapo Guzmán a quienes incluso se les adjudica la fama de ser personajes caritativos, que ayudan y defienden al pueblo.
¿Qué tiene que suceder en un país para que los criminales ocupen el lugar que le corresponde al Estado? Los altos índices de corrupción colocan a los políticos a la altura de estos delincuentes que obtienen obscenas cantidades de dinero por la corrupción coludiéndose ambos grupos. Se ha generalizado tanto este modelo que ya no escandaliza a nadie. Reina el cinismo, la impunidad se sostiene porque se castiga al peón y se deja al rey disfrutar de sus riquezas, con la finalidad de guardar las apariencias. Los grandes delincuentes están libres porque tienen el poder económico, lo que garantiza una alianza con los poderes fácticos para no ser perseguidos, sino antes bien premiados.
Todas estas estructuras, han sido retomadas desde mediados del siglo pasado por el movimiento hard boiled que en Estados unidos gracias a personajes como Dashell Hammet y Raymond Chandler, comenzaron a exhibir el trasfondo que existía detrás de esas grandes empresas que son el crimen organizado, el asesinato, tráfico de personas y estupefacientes, el resultado es que ahora hay una híper explosión de recursos que tienen que ver con estos temas, al punto de que lo único que falta es la transmisión en vivo de crímenes que deben resolverse en línea con la participación de un auditorio.
Ya Thomas de Quincey había relatado en su texto ‘El asesinato como una de las bellas artes’ que la relación estética del crimen con sus espectadores estaba arrojando una visión más exigente del crimen en los rotativos por parte de estos, que en realidad era producto del ocio.
La visión moderna del crimen ha dado paso a una complacencia preocupante, si alguien nos dijera que de un laboratorio ha sido robado un aparato altamente radioactivo con que una cédula criminal podría contaminar los mantos acuíferos de algunas ciudades, seguramente reaccionaríamos de la misma manera en que lo hicimos hace algunos días cuando esto sucedió en Tabasco, no hubo psicosis colectiva, ni siquiera una respuesta distinta al alarmismo a que nos tienen acostumbrados los pésimos noticieros de televisión, incluso a más de uno le parecería una pre cuela del clásico de los videojuegos Resident Evil. Realidad vs Fantasía, no importa cuál gana si a fin de cuentas son parte de un lucrativo negocio que nos muestra lo peor de nosotros como algo lo suficientemente morboso como para ser distinguido.
Benito Juárez y la influencia del pensamiento Liberal en el siglo XIX
La lucha que se presentó en el siglo XIX entre liberales y conservadores, fue determinante para la definición de lo que hoy conocemos como los Estados Unidos Mexicanos. En particular el enfrentamiento que sostuvieron en el plano ideológico la pujante francmasonería, que se alimentó de los triunfos que en Francia (en la revolución) y Estados Unidos (en su independencia) tuvieron en el siglo XVIII y la iglesia católica, poseedora de ciertos privilegios en los virreinatos de la Nueva España.
Podemos comprender lo sucedido en aquellos años estudiando la historia de la Independencia y de la Reforma. La francmasonería en México fue una de las pocas instituciones que se atrevieron a sostener una división entre el estado y la iglesia, lo que propició la invasión francesa y el establecimiento de un emperador.
Los pensadores progresistas se valieron de la organización que la masonería les mostraba, aunado a una liberación del ser en varios niveles, para poder construir nuevos cánones que acercaran a los ciudadanos a tres principios claves en esa orden: Libertad de pensamiento y palabra, igualdad ante la ley y en el trato social, y fraternidad que hermanándose con la justicia, representaban el ideal del pueblo de México, que buscaba consolidarse como una nación independiente.
Una de las mentes más importantes y que se ha destacado por su herencia liberal, que aún perdura en el espíritu de nuestra patria es Benito Juárez, quien a decir de Carlos Francisco Martínez Moreno en su artículo Benito Juárez: ¿Más que un aprendiz de masón? Y publicado en la revista EN-CLAVES del pensamiento, año II, núm. 3, junio (2008: 127-146) obtuvo los más altos grados que el Rito Escoces y el rito Mexicano otorgan. Esto testimonia la forma en que un pensador y líder político como Benito Juárez utilizó lo aprendido en las logias francmasónicas para declarar leyes y principios que concedieron a los ciudadanos de México un estatus que hasta entonces no les era reconocido.
Los antecedentes que dan cuenta de la forma en que los valores de dicha institución se llevaron a todos los rincones de américa, están en el movimiento de la Ilustración, mismo que dio fin a siglos de lo que comúnmente se conoce como oscurantismo. Este movimiento se fortaleció a raíz del escepticismo religioso y la lucha por la libertad de pensamiento, que fue una de las banderas que mayor interés despertó entre grupos de innovadores, científicos y pensadores en Europa. Las exigencias en aquel entonces eran por la libertad de pensamiento, de prensa, de reunión y asociación, de conciencia religiosa, etc., criticando las lacras y la putrefacción de las instituciones políticas y religiosas, consideradas caducas, proponiendo un grupo de francmasones, organizado por el médico Julián La Mettrie, la edición de la Enciclopedia, uno de los más grandes legados de la humanidad.
La ideología progresista revolucionaria de los ilustrados penetró no solamente a Norte América, sino también a los países coloniales latinoamericanos y despertó el ánimo de estos pueblos oprimidos para luchar por su libertad, a pesar de las precauciones y las barreras que levantaban el clero romano y los gobiernos que veían perder su dominio sobre la sociedad.
Un ejemplo de cómo los ideales que ostentaba la masonería influyó en las instituciones de los países que tuvieron en su dirección a reconocidos francmasones, lugares en donde se instauraron democracias que facilitaron el avance de muchos pueblos, se puede ver en el juramento de los Caballeros Racionales, grupo masónico que tuvo como principal función crear logias en Sudamérica, englobando a las mentes progresistas más influyentes bajo una misma bandera:
Nos prometes, bajo tu palabra de honor, que nunca reconocerás por gobierno legítimo de tu patria, ni por Gobierno de los pueblos hermanos que luchan por la libertad, sino a aquellos que sean elegidos por la libre y espontánea voluntad de los pueblos...
Nos prometes además, que pretenderás por cuantos medios estén a tus alcances, a que los pueblos decidan por el régimen Republicano, que según los testimonios de todos nuestros hermanos de las épocas antepasadas, es el más justo y más conveniente para la Humanidad en general y según nuestro sentimiento y nuestra convicción es el más adaptable para los gobiernos del Continente Americano
La masonería no sólo instauró un estado en el que se sentaron las bases para un país moderno, construyó también un sistema liberal, que hasta el momento continúa siendo agredido en algunas ocasiones y transformado en otras. Entre los principios más importantes que Juárez utilizó, y retomó de su formación como masón, podemos ver:
La libertad de credo: Los francmasones son respetuosos de las creencias individuales que cada uno tiene y si bien deben creer en un ser supremo, es debido a la exigencia de tener una referencia de la regulación superior que modula sus actos.
La libertad de expresión: durante cada una de sus reuniones están obligados a mantener el respeto a las opiniones adversas a las suyas, así como a tener alocuciones moderada, en las que expresan sus puntos de vista y afinan su propia filosofía.
La igualdad de derechos: si bien la institución se divide en grados, todos sus miembros tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones, con la conciencia de que la falta de uno es de alta repercusión para el resto.
La democracia: la alternancia periódica de sus representantes y funcionarios ha sido una de las claves que permiten erradicar los caudillismos, aunque saben reconocer el liderazgo nato de alguno de sus miembros, este nunca realizará un acto en la representación de estos, sino se encuentra avalada por la asamblea a que pertenece.
La fraternidad: Hay una causa común que los hermana y ésta es la búsqueda de un conocimiento que los transforma en mejores seres humanos, para poder servir a la sociedad, pues es parte de su filosofía distinguirse por sus acciones y actitud, positiva para el entorno que le rodea.
Claramente existen otros valores que se pueden sacar a relucir, pues los pensadores liberales de la época intentaron inculcar en la sociedad que para poder ser libres completamente, era necesario transformar la manera de pensar, orientándola a una crítica que construyera los nuevos cimientos de una nación que nació en los albores del siglo XIX.
Para que no olvidemos quién era ese Che (a don Ulises Mandujano)
Una vez les pregunté a los amigos de mi madre que dónde se reunían los intelectuales de la izquierda en la ciudad. Todos hicieron mutis. Sólo uno me dijo: Ve al Che Gabo, seguro que ahí te encuentras alguno con el que puedas platicar.
-¿El Che?
-Sí, el Che Garufas ¿no lo conoces? Ya estás en edad de entender esas cosas.
-Tenía 19 años, por lo que por lo menos legalmente estaba en lo cierto y aunque a mi madre no le causó gracia estaba de acuerdo que era mejor estar ahí que en algún lugar de esos que ponen música para que no escuches ni tus pensamientos.
Indagué por todos lados. No necesité llegar tan lejos, en la carrera me dieron santo y seña de dónde estaba el lugar (a unas cuadras del Jaime Sabines) así que nos armamos de valor (y algunos pesos) y nos lanzamos a la aventura en compañía del Pollo.
No sé si estaban los grandes intelectuales de la izquierda, pero sí estaban los más nobles y alegres seres humanos que rodaban sobre la órbita de un personaje magnético que nos preguntó: ¿Y ustedes qué de dónde salieron?
-De allá de literatura.
-¿Dicen que puro malviviente llega ahí, es cierto?
-Pues menos de los que se suponen, pero habemos algunos.
Le causó gracia, fue por dos chelas y regresó con limones, cacahuates y un libro.
-Les voy a leer algunas cosas, a ver qué les parece literatos.
Así comenzamos, nos reímos mucho y entre mesa y mesa volvía. Le conté que también quería ser escritor, entonces me dijo:
-A ver onta lo que escribes.
Aunque me dio vergüenza no era suficiente pretexto, saqué mi libreta y se la di. Me llevó otra cerveza y volvió con Don Cenizo y Doce Más, un libro viejo que no había reeditado en aquel entonces, me leyó la verdadera historia de la cocha desenfrenada y al final arremetió “vas mejor que cuando yo empecé”. Muy probablemente no era cierto, pero todos necesitamos un empujón de vez en cuando.
Con el tiempo nos confesó que Quincho le enseñó el principio básico de un narrador, con menos más. Sus escritos los pasaba con toda la banda para que se los depuraran. La pulcritud y capacidad de síntesis eran uno de los aciertos que había descubierto y que insistía en que repitiéramos cuando nos intercambiábamos cosas. Fue tanta la confianza que me dio un borrador de su última novela, era una especie de novela negra que le devolví con anotaciones. Nunca imaginé que no vería ese texto publicado que ya tantos codiciábamos.
Otro de esos conflictos existenciales que me nacieron de asistir frecuentemente era ¿por qué Che Garufas? Era un tango que decía ‘Garufa, vos sos un caso perdido’ eso y su clara empatía por los movimientos sociales, de lo que daba testimonio su cantina, eran el nombre perfecto para un lugar al que llamaba
El che era todo un caballero dando a la galantería Quijote con cientos de sanchos que aguardaban turno para servir de escuderos cuando la ocasión lo demandara. Un caballero pues, nunca permitiría a una mujer pagar sus viandas, quien quiera que fuera su acompañante debía pagar por ella el atrevimiento de llevarle a un lugar como el suyo. Así que para salir del paso era necesario cooperarse antes de pedir la cuenta, de lo contrario uno desgastaba el bolsillo por toda la pandilla.
Los escritores de mi generación le debemos mucho (el Navo, el Kijote, Pulido), yo le quedé a deber tres cervezas. Y en especial, fue el lugar que sin pensarlo dos veces escogí para llevar a una amiga a tomar su primer cerveza. Cuando ella por fin llegó, la recibió nuestro galante gerente que a veces la hacía de mesero y me dijo: Está bonita, se ve de buena familia, no vayas a joderlo todo.
Cuando llegaba solo, platicábamos de literatura, nos prestábamos libros, nos presentaba con los demás parroquianos, una vez hasta terminé comiendo pastel de alguien que celebraba su cumpleaños y simplemente no quería estar solo. Gracias a él me quedó claro que la literatura era contar nuestras más profundas inquietudes a través de lo que nos pasaba de forma cotidiana, eso es lo que hizo con Don Cenizo, eso es lo que nos enseñó y se lo agradezco.
Una de las últimas veces que conviví con él decidimos hacer un ring literario confrontando al Dandy Pérez contra el Perico Gámez. Los periódicos sensacionalistas al otro día rezaban “Con gran éxito se llevó a cabo la "Pelea del siglo" entre Ulises Mandujano y Omar Navo, en el auditorio del Centro Cultural "Jaime Sabines"”. El réferi era Arcadio Acevedo, quien dijo que se le había denominado así porque los dos escritores, uno de 70 años, Ulises, y el otro de 30, el Navo (suman la pelea del siglo). Este chiste llevaba semanas preparándose, manufactura de don Ulises.
Ese era Ulises Mandujano, el inmortal Che Garufas, Conde de Tolán y Marqués del Valle de Cintalapa, comandante en jefe de los bolonautas y gerente de conocido nosocomio que luchaba por liberar a sus parroquianos del estrés, la tristeza y la depresión, el que no temía compartir sus escritos ni sus secretos porque “la única forma de ser bueno es siendo humilde y recibiendo las críticas de los lectores, qué mejor si estos son tus amigos”.
miércoles, 5 de noviembre de 2014
Yo quise pertenecer al Club de la Serpiente. Rayuela y el Jazz
Rayuela es una novela de giros, no sólo por su estructura alterada y alterable, sino por el cambio que representa en la percepción del lector, quien debe conceder su atención a la emoción que provocan los instantes mágicos. En pocas palabras hiperboliza porque todo está fuera del sentido común.
Esta novela impacta en la conciencia, como debe hacerlo en el joven un radicalismo rebelde, para comprender cuál es tu lugar en el mundo. En este caso, se provoca una empatía provocada por una serie de personajes que por esta conducta “rebelde” están exiliados de la realidad que priva en sus países, como si el mal consistiera en privarse de una cotidianidad que la mayoría de las veces no conduce a ningún lugar y no el tener que huir de una muerte segura.
El gusto manifiesto de Cortázar por el jazz, le llevó a tener experiencias que volvió orgánicas; por ejemplo tocó la trompeta y compaginó el resultado de esta habilidad con la escritura. Al realizar un experimento literario trató de emular, constantemente, la estructura del jazz (que se improvisa, calculando fríamente los compases desde el instinto del músico), permitiéndose la libertad como una memoria que segmenta los recuerdos, pues la conciencia del escritor interviene en la percepción de su obra.
Su gusto musical se manifiesta en muchos de sus libros, por ejemplo en Libro de Manuel aparece este poema: “Yo ya no tengo tiempo ni me importan las modas, / mezclo Jelly Roll Morton con Gardel y Stockhausen, / loado sea el Cordero”. Esta fijación se transmite en sus personajes, al grado de recrear en historias como la de Johnny Carter el personaje del relato “El perseguidor”, que se inspira en la vida de Charlie Parker el famoso músico de jazz que durante mucho tiempo tuvo una adicción a la heroína, como también sucedió con Jhon Coltrane o incluso Ray Charles.
Pero volvamos a Rayuela, que para mí es una visión alterna de la realidad que manifiesta lo que de otra manera sólo puede encontrarse materializado en la imaginación, como todo lo que atañe a la naturaleza humana.
El jazz, dijo el propio Cortázar, es una música que permite todas las imaginaciones y que se nutre de la libertad, eso que el jazz alude y soslaya y hasta anticipa en la literatura cortazariana. Tuvo la fortuna de vivir en el París de mediados del siglo XX. Por eso encontramos músicos como Sidney Bechet, Big Bill Broonzy, Benny Carter, John Coltrane, Duke Ellington, Dizzy Gillespie, y muchos más que el personaje tipo de Cortázar (Oliveira) a menudo su innegable alter ego, un purista del género, suele escuchar, y que no son más que los maestros de los orígenes del género, tales como: Bix Beiderbecke, Louis Armstrong o Fats Waller; de estos son los discos que, junto a sus compañeros de exilio que se hacen llamar El Club de la Serpiente, se reúnen para escuchar.
La novela no sólo está basada en una polifonía que evocan al jazz, sino que es en sí una sesión de jazz que lleva por vericuetos que trasladan, en ocasiones, hasta las antípodas, en escenas como el célebre encuentro con la maga, en la nada de un París que recibe cientos de exiliados sudamericanos que huyen de las dictaduras militares, mientras desea encontrarla, evento mágico del que somos partícipes (pues esta sin más aparece a la vuelta de una esquina), razón por la que ha logrado compenetrarse en el ánimo de los lectores; después cambia de escala, insertando notas disonantes con las que revira el sentimiento generado un instante atrás, para crear otro distinto en el siguiente capítulo y después otro más.
Rayuela encanta a sus lectores gracias a un pacto de verosimilitud que debe cerrarse alrededor de cierta fantasía que transcurre en la imaginación del escritor que es la de cualquiera que siga la historia; lo anterior para que la credibilidad que le reservamos tenga un efecto en la conciencia del lector.
Estamos ante una fusión que permite alcanzar visiones alternas de la realidad, que manifiesta lo que de otra manera sólo puede imaginarse esa es una razón más para involucrarse con Cortázar.
El misterio de la orquídea calavera. De Elmer Mendoza
En mi primer encuentro con Elmer Mendoza, como en el de muchos, intervino Janis Joplin, extraña coincidencia porque siempre que ella aparecía en mi vida era sinónimo de cosas buenas (así que a quienes les guste su música podrán sensibilizarse al significado que le otorgué a este mítico encuentro). Mientras su nombre en una novela me llamó la atención, la violación, después consensuada, que ejerce sobre un pelotero mexicano al que poco le importa el beisbol, me recordó cuantas veces yo mismo hubiera querido poseer a esa Reina Bruja del rock, que me enamoraba con sus gritos. Entonces me dije “Por fin”.
La recomendación vino del norte, de un amigo escritor que desesperadamente me dijo un día: ¡detengan las prensas! ¡Basta de perder el tiempo, ve y consigue algo de Elmer Mendoza, deja la computadora y haz lo que te digo! Pasaron un par de meses hasta que el deseo se materializó y pude conseguir El amante de Janis Joplin.
En adelante conocí a personajes que en esencia eran el común denominador de aquel que todo mexicano quiere ser, por lo menos en su imaginación. Llamó mi atención el ambiente oscuro de las ciudades que aparentan que nunca pasa nada, pero que reina dentro de ella, como en un poseso, un ambiente en que las peores perversiones del deseo humano se materializan. Una de las características que permiten comprender a Mendoza está en su uso del lenguaje coloquial, con el que nos introduce en escenarios complejos, seleccionados para transmitir una red de detalles que enriquecen el ambiente de sus textos.
Su nueva novela parte de una insistencia que trata de demostrar que México es el hogar del surrealismo, como alguna vez lo aseveró Bretón cuando pidió a un ebanista una silla, que le entregó con tres patas porque, visto con perspectiva, así la dibujó el artista y este le dio literalmente lo que había dibujado. Mendoza nos adentra en el terreno de una realidad a la que es preferible llegar por medio de la literatura y que se materializa en las palabras de un libro como El misterio de la orquídea calavera. No debemos olvidar que la imaginación es el primer nivel de la generación, aquello que materializa las ideas y nos permite conocer esa realidad tan distante y a la vez tan común.
En cuanto al ambiente, es en esencia Xilitla, un pueblo de la huasteca de San Luis Potosí, que con sus flores y jardines se transforman en el escenario de una realidad fantástica. Sus personajes y la intertextualidad que vive el Capi (el personaje principal) con la novela que se encuentra por casualidad, precisamente la misma que los lectores tienen en sus manos, como si leyéramos más de una novela al mismo tiempo; éste es el hilo conductor de una historia que esencialmente hace convivir la realidad con que crecemos desde niños y que solamente puede materializarse con palabras.
Los amigos de James, el personaje de la otra novela, se vuelven la esencia de un alter-ego que ama lo que no comprende, como buen poeta piensa: “Construí este santuario como un mundo único lleno de libertad, que será habitado sólo por aquellos capaces de construir sus propios sueños”. La novela da pistas de cómo abordarla, así es como el Capi lo describe: “Descubrí que me gusta buscar lo que los escritores dicen entre líneas”. Queda claro que esta novela es polifónica y que rompe con los clichés de los personajes tradicionales de las novelas de inspección (un muchacho que investiga y resuelve la desaparición de su padre, desemboca en lo que Castañeda nombra “la realidad aparte”, aquello que sólo existe en cierta parte de la conciencia).
En Europa se escriben fantasías y aquí son una realidad. Los surrealistas en la historia sueñan con la realidad de, lo que Bonfil Batalla llama, el México profundo. Su irrealidad aquí es lo cotidiano (La muerte de estudiantes, la violencia, la corrupción en niveles no pensados), hasta llegar al absurdo.
No se confíen, cuando lean el misterio de la orquídea calavera comprenderán por qué, como dice Mendoza, no siempre se puede confiar en los norteños "tienen arena en los ojos, miran tan raro y sonríen tan bien". Hay que tener cuidado con ese encanto.
jueves, 12 de septiembre de 2013
La Aparente desaparición del Festival Rosario Castellanos. El estado de la cultura en Chiapas
La celebración del 150 aniversario del natalicio y el centenario del asesinato de Belisario Domínguez ha servido como un pretexto para las instituciones culturales, que al amparo de esta figura han simulado una serie de celebraciones en su honor (concursos de oratoria, presentaciones de libros), sin presentar trabajos nuevos y originales de lo que debió ser una planeación anticipada para los festejos, lo que hubiera permitido la difusión de dichos materiales y no la reimpresión de un par de textos que, no negando su valor, no dejan de representar un síntoma de la situación en que la cultura se encuentra.
La celebración nacional del mártir comiteco ha desviado la atención de la situación real que acontece en el estado con respecto a la cultura. Los diversos festivales culturales son opacados cada vez más con las populares fiestas de cada ciudad, lo que deriva en una inversión de cientos de miles de pesos para traer a los Tigres del Norte y Espinoza Paz, al costo de suprimir toda actividad artística de los programas oficiales de los ayuntamientos.
De forma discreta el festival Rosario Castellanos fue desaparecido, por lo menos esa impresión se tiene cuando las fechas en que típicamente se celebraba (25 de mayo y 7 de agosto, correspondientes a su nacimiento y muerte) pasaron sin ser recordadas por las instituciones culturales del gobierno del estado. De la misma forma poco se sabe sobre el destino de otros festivales que significaban las pocas ventanas abiertas para apreciar un poco de arte y cultura de calidad.
Otras son las instituciones que se empiezan a ocupar de desarrollar actividades de calidad que involucren al arte y la cultura, en especial las universidades icónicas del estado (UNACH y UNICACH) pero esto no es suficiente. A esto se abona que no existe una política integral para la creación de espacios alternativos o independientes que puedan desarrollar actividades culturales y al famoso desfalco de recursos que involucró a los becarios del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico en su anterior emisión, programa que había sido borrado del mapa y que la actual administración estatal, en un acto de sensatez, decidió volver a impulsar.
Como muchos otros temas de carácter social, el arte y la cultura guardan un papel inferior en las prioridades de los gobiernos, no es una situación exclusiva de nuestra ciudad o nuestro estado, los recursos asignados a las instituciones que preservan estas actividades se vuelve un botín más, se designan personalidades ajenas a los ramos para que funjan como funcionarios, con la única intención de cubrir cuotas políticas y no teniendo en cuenta su capacidad gestora, lo que ha sucedido incluso con la administración de espacios públicos como los teatros y bibliotecas, en los que ya no se observan las actividades que antaño tenían asignadas.
No somos un estado que precisamente consuma arte, porque no existe una oferta, no hay compañías teatrales o de danza, más que los mismos grupos que se sostienen con su propia voluntad, los escritores y artistas plásticos se desentienden porque no quieren ser asociados a políticos que les son sinónimos de corrupción y prefieren por lo consiguiente mantenerse de forma independiente. Hay toda una imagen pervertida que se asocia a las instituciones oficiales, que produce, por lo menos, desconfianza y apatía. Un pueblo con hambre no puede siquiera aspirar a tener actividades que cultivan el espíritu y se necesita de voluntad para ser partícipes del cambio que necesita nuestra sociedad, a lo que siempre abonará el arte, una de las razones por las que no se puede permitir que desaparezcan estas celebraciones.
jueves, 5 de septiembre de 2013
Ficcionalización de la realidad
Hace un par de días en las redes sociales se publicó en tiempo real que se había presentado una balacera por la madrugada en un bar al oriente de la ciudad, le dispararon a un sujeto, quizá un pleito cantinero que terminó drásticamente cuando uno de los protagonistas se dirigió al baño y el otro lo agredió con un arma de fuego. La cosa no termina ahí, las noticias que el twitter proveía mostraban fotografías de un taxi volcado. Algunos aventuraban que el agresor trató de huir en su auto y golpeó al transporte, el choque con el taxi dejó en malas condiciones el suyo, por lo que le disparó y huyó. Otros testimonios decían que aún horas después, el cuerpo del taxista seguía en el mismo lugar, sin que autoridad alguna lo moviera y mostraban una fotografía de lo más morbosa.
Esto, que más bien parece una escena sacada de una novela, es lo que en la literatura se conocería como ficcionalización, pues los actos irracionales son considerados como alejados del ideal social, en los cuales se privilegia la inteligencia, sello característico de los seres civilizados. Una agresión, la imposición de una voluntad por medio de la violencia, seguida de otra, como producto de la impotencia u ofuscación, es la muestra de que los actos sucedidos hace un par de días, que la violencia es una opción en nuestra ciudad y se ha sucedido constantemente. Los noticiarios se encargan de proporcionar imágenes de cómo en la sociedad se ejercita la impunidad, obtenida por la fuerza. Las películas y series nos muestran muy diversas formas en que se puede actuar inteligentemente para alcanzar los fines perversos, utilizando el terror y la violencia, así que nadie se sorprende de lo que pasa, lo ven como algo normal.
Desde muy jóvenes aprendemos a asociarnos con la violencia, los videojuegos, figuras de acción, incluso algunos juegos infantiles y modas como el de los brabucones (bulling), esto deja el mensaje en el inconsciente de los jóvenes que el más fuerte es el que manda. Los periódicos, radio, televisión, puede realizar una presión similar y destruir la carrera de una persona, a través de la percepción que se puede tener, ejercitando con prepotencia una violencia verbal que destruye de la misma forma que la física, la estabilidad emocional de una persona.
Sin embargo es lo malo lo que se imita. No existe el manejo de la tecnología ni las posibilidades de las nuevas herramientas de la información, las que vemos desplegarse en el ámbito local para perseguir criminales. El espionaje obedece a motivos políticos exclusivamente, pues a las autoridades les interesa más lograr desacreditar a una persona que potencialmente puede ser un líder social, basado en chantajes, que en obedecer a las demandas de justicia que la sociedad exige.
Los inicios de esta ficcionalización implican que poco a poco irá aumentando, sucesos que cada vez tengan menos sentido, actitudes sociopáticas que lacerarán el tejido social hasta desintegrar la confianza que existe entre habitantes de una misma región. ¿El precio por ser una gran ciudad? Esto y la falta de visión es lo que no permite percibir que las cosas puedan mejorar en algún momento.
Por otra parte el nuevo añadido que la sociedad comienza a utilizar como una herramienta que desvela la ineficiencia de las autoridades, especialmente el twitter, ha exhibido en diversas ocasiones que no son confiables sus criterios. La falta de profesionalismo y la protección que es bien sabido se brinda a ciertas élites, como las políticas, encubriendo crímenes, no brindan un futuro favorable, por el contrario, parecen garantizar más y mejores capítulos de las novelas de la vida real, que se dan en esta ciudad en la que desde hace tiempo, dicen los taxistas que deambulan por las noches, suceden cosas raras sin que nadie haga nada.
La conciencia
En las últimas fechas muchas ciudades del mundo han mostrado nuevamente su capacidad de indignarse de las actitudes de sus gobernantes, que se caracterizan en lo general por el abuso del poder, como es el caso de Río de Janeiro y El Cairo. Ésta capacidad deviene de un ejercicio intelectual en el que se contrastan los valores de la sociedad con lo que sucede a su alrededor.
La palabra conciencia, del latín conscientia, significa “conocimiento compartido” y se define en general como el conocimiento que el ser humano tiene de sí mismo y de su entorno. También se refiere a la moral o bien a la recepción de los estímulos del interior y el exterior.
La conciencia es la guía de los seres humanos, se erige como juez de las acciones. La voz interior se muestra inequitativa cuando es convenientemente ilustrada. De esta deviene el conocimiento de lo bueno y lo justo. Por eso es indispensable que podamos conocernos a nosotros mismos, pues es la base del deber y del derecho.
Podemos entender que la consciencia es una fuente del conocimiento reflexivo, el mejor y más elocuente auxiliar del hombre, porque le traza el camino por el cual puede llegar a ser útil a sus semejantes, labrando su propia dicha.
Sin embargo la educación, enfocada en la formación de un pensamiento autómata, permite moldear a las personas para realizar lo que se le ordena sin despertar la conciencia, pues representa el riesgo de la formación de comunidades críticas y se muestra siempre falseada por las preocupaciones, lo que la transforma en algo capaz de obnubilar los instintos sociales que exaltan los valores de convivencia como el honor, la virtud y la justicia.
La conciencia permite conocer las facultades intelectuales y morales del individuo, lo que provoca la resistencia, en todas las circunstancias y en la medida de sus fuerzas, a la ignorancia y la ambición, tan perjudiciales para el ideal del progreso.
De la misma forma, la voz interior de la conciencia puede ser ignorada. Nunca obedecerá a intereses que no sean los más sublimes, que elevan los ideales humanos. Hay enfermedades del tipo psiquiátrico que transforma la voz interior y la tergiversa, permitiendo actuar de una forma instintiva, para perjuicio de la humanidad. Se debe comprender que la conciencia es una facultad inherente al ser racional para normar sus ideas y actos.
Mientras la conciencia de aquellos que tengan la capacidad de indignarse ante los más bajos actos, que lastiman nuestra dignidad humana, continuarán presentándose las manifestaciones populares, pues es una forma natural que tienen los pueblos de hacerse escuchar. Sin embargo el papel de los gobernantes, que debieran estar claros de atender a las necesidades generales de los pueblos, es totalmente contrario, pues muestran su intolerancia y falta de disposición para mediar y gestionar ante las voces críticas que señalan sus defectos.
Quizá los gobernantes tendrían que entender que todo empieza con un simple análisis de conciencia, antes de dirigirse al despropósito de anteponer sus propios intereses.
Publicidad engañosa
El siglo XXI trajo consigo una avalancha de tecnología, que representa una revolución de la información en muchos sentidos. Aprovechada por todos aquellos que descubren sus bondades, las tecnologías de la información y de la comunicación se aprestan al servicio de quienes tienen una visión pragmática de los negocios.
Las técnicas comerciales que se utilizan en las redes implican una inusual invasión a la intimidad a la que no estábamos acostumbrados pero que poco a poco empezamos a hacerlo. La idea de éste negocio es que el servicio se brinda a expensas de que seamos sus leales consumidores, es un verdadero privilegio el poder acceder a contenidos sin tener que ser víctimas de la enfadosa publicidad que las páginas de internet colocan en sus espacios.
El funcionamiento básico de dichas páginas se centran en que, en realidad, los usuarios son la mercancía que venden a grandes empresas, éstas contratan servicios publicitarios que los consumidores deben ver como pago por el uso gratuito, aunque en realidad nos convertimos en espectadores de una desmesurada avalancha de información que nos es totalmente inútil. Para eso las empresas de software se han enfocado en direccionar aquellos lugares que visitamos desde nuestros navegadores, a un centro de control que les permite depurar información y mostrarnos lo que creen que puede llamarnos la atención. En pocas palabras están forzando nuestra atención a cosas que no necesitamos.
Quienes mayor uso han hecho de estos servicios son los políticos, más que las empresas y las marcas, lo que despuntó en las campañas del año pasado. El Facebook, Outlook y demás servicios de redes sociales, nos muestran los rostros de los nuevos políticos que están ansiosos de posicionarse como un producto, antes bien de demostrar que tienen un trabajo sólido y confiable que le conviene a la sociedad. Todo se ha transformado en un asunto de mercadotecnia, en el que poco importa la calidad humana del personaje que se promociona en turno.
Se ha dejado ver que hay un cambio generacional entre la clase política, ahora son rostros jóvenes, aunque en realidad los apellidos revelan que son las mismas familias que ya antes nos han comprado con espejitos y “programas de asistencia”.
Pero no siendo suficiente la saturación de imágenes a manera de publicidad, ahora nos victimizan en el mundo real, colocando un sinfín de anuncios, carteles, bardas pintadas y cualquier cantidad de información falsa en los medios de comunicación, para asegurarnos que tal o cual propuesta es la correcta, justificar que la actitud que se toma en contra de los que no están de acuerdo con ésta es la que debe darse en respuesta a los desmanes que son capaces de crear y que la única solución por la paz de todos es la represión (muy a propósito de lo que ahora estamos observando en la ciudad de México), porque son los traidores a la patria los que se oponen al cambio y sólo de esa forma se les puede enseñar a mantenerse quietos.
El internet brindó la idea a estas nuevas generaciones de políticos, de que podían salir a las calles y ahora nos saturan visualmente con campañas huecas que en realidad sólo convalidan lo que todos sabemos, detrás de la imagen hay un cuantioso negocio que pretende capturar nuestra atención para manipular a la sociedad. Los publicistas utilizan los postulados de Goebbels que tan buenos resultados le dieron en la Alemania Nazi “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”, así que no tienen empacho en mostrarnos una ciudad que “avanza” si con ello logran mantener en el poder algunos años a quienes les llenan los bolsillos.
Los medios de comunicación ante la resistencia Civil
Los cambios brevemente anunciados de forma oficial por el gobierno, pero largamente denunciados por algunas voces de la izquierda considerada radical, tantas veces acalladas por los gigantes de la comunicación, han causado un caos que difícilmente se hubiera podido predecir. Bajo el discurso del “bienestar nacional” se han venido promoviendo cambios que más bien parecen introducir una tendencia privatizadora de servicios y recursos.
Lo anterior tiene dos interpretaciones, por un lado la de aquellos que están de acuerdo en elevar los niveles de calidad mediante la contratación de servicios, con la posibilidad de exigir cuando éste reduce su calidad o cambiar definitivamente de proveedor, esto se aplica incluso a la educación, la salud, la energía eléctrica, la telefonía y cualquier otro servicio que sea imaginable. Esto requiere de un ingreso fijo que permite de forma holgada mantener un ritmo constante de gastos por consumos. Por el otro lado se encuentra la población que no cuenta con las posibilidades de absorber los gastos que le permitan mejorar sus condiciones de vida, aquellos que viven con menos de 50 pesos al día y que no pueden aspirar asistir a un hospital de 5 estrellas, comprarse un iphon o asistir al Tec de Monterrey.
Las tendencias que las reformas traen, han violentado los derechos laborales, pero la sociedad civil no dimensionó lo que estas podrían ocasionarles, por eso no tuvo capacidad para manifestar su repudio por cambios que, en esencia, restan derechos que las luchas obreras y sindicales habían legado.
En el caso que vivimos actualmente con los profesores manifestándose en 22 estados de la república, podemos observar que los cambios verdaderos de las políticas educativas están enfocadas a restarle poder a un sindicato, pero en esencia no se ve una intención de favorecer a la educación, privilegiar el espíritu crítico y de conocimiento o romper los paradigmas de la tecnocracia.
En una sociedad informada no se permitiría que la manipulación de los medios de comunicación surtiera un efecto como el que estamos viendo al polarizarse nuevamente la sociedad con los que apoyan las voces que se levantan y los que desprecian que su comodidad se vea interrumpida. El linchamiento mediático sirve para que la sociedad direccione su enojo y frustración, muestran a un par de conductores frustrados mentando madres porque nada le salió bien en su día, transeúntes que apenas y pueden articular una frase coherente y juzgan con su ignorancia lo que no comprenden, les llaman flojos, mediocres y revoltosos.
¿De qué otra forma podrían hacerse escuchar los maestros sino es como lo están haciendo ahora? Se burlaron de ellos con mesas de atención a sus demandas que no tenían más intensión que serenar los ánimos, sus demandas no fueron atendidas. Luego vendrán encarcelamientos, represión y discursos mediáticos que exculpen a los funcionarios que, en cumplimiento de su deber, indiquen de qué forma deben guardar silencio, antes de que la siguiente reforma esté lista y el descontento popular se encuentre en una misma vía.
Los cambios son necesarios en cualquier parte, siempre encontrarán resistencia, sin embargo la imagen popular de que los gobernantes son personas insensibles que actúan para el bienestar del país imaginario en el que viven, beneficiándose junto con sus amistades, sin tomar en cuenta al pueblo, seguirá, a menos de que empiecen a demostrar que lo sustancial de un cambio en la política es que la sociedad se vea beneficiada y esto sucederá cuando su poder adquisitivo encuentre un equilibrio con las necesidades que le demanda la cotidianidad.
lunes, 26 de agosto de 2013
Cultura en la UNACH
Para aquellos que tenemos una relación cercana con la cultura, hemos visto con desencanto que la promoción de actividades artístico-culturales fueron de instituciones culturales oficiales, mismas que están plagadas de pseudo intelectuales que deciden y disponen de las actividades y artistas a quienes impulsarán, la mayoría de las veces cercanos a sus círculos íntimos.
Sin embargo, aunque de forma somera, las instituciones educativas habían impulsado actividades culturales de un menor impacto, sin animarse a apostar un esfuerzo mayor en beneficio de los estudiantes.
Desde el año pasado la Universidad Autónoma de Chiapas ha tenido un cambio perceptible en su política cultural, empezó con una muestra internacional del libro “Chiapas-Centroamérica” en la que concentró a muchas editoriales, así como actividades relacionadas con la edición de textos, continuó con la presentación de una un ciclo de conferencias que llamó “Carlos Maciel” en honor de uno de los más grandes benefactores de esa institución pública, en la que se realizó un esfuerzo plausible por traer a destacadas personalidades del ámbito académico para realizar ponencias de impacto en la sociedad chiapaneca.
Esta institución ha apostado por elevar aún más su participación activa en la cultura regional, mediante la publicación digital de textos académicos, así como la exploración que las Tecnologías de la Información y la Comunicación pueden llegar a tener en el entorno.
Junto con las actividades emprendidas, ha dado a conocer que el auditorio de los constituyentes, ubicado en la colina universitaria, será la sede del trigésimo tercer foro internacional de la cineteca, a celebrarse a partir del 23 de agosto al 12 de septiembre y cuyo programa puede encontrarse en la página www.unach.mx
Además del 23 al 28 de septiembre estará celebrando la segunda muestra internacional del libro “Chiapas-centroamérica” y cuyo programa puede encontrarse en la página http://libro.unach.mx donde se destaca la presentación de libros de importantes editoriales como Tusquets, ponencias de personalidades como Luis Villoro, la promoción de editoriales que expondrán sus materiales en una feria del libro que celebrarán en el nuevo centro de convenciones y la biblioteca central, así como el primer coloquio internacional “Perspectivas en la sociedad del conocimiento; el libro en concepción digital, tiempo y espacio” que se estará celebrando del 25 al 27 de septiembre.
Las actividades que la UNACH ha emprendido rumbo a su 40 aniversario, tienen una gran calidad que demuestra que la promoción del arte y la cultura no son más que un ejercicio de la voluntad, el próximo año asegura estar lleno de actividades de este tipo, prometiendo rebasar las expectativas que hasta el momento se tienen ¿será acaso el resurgir de las universidades públicas, como instituciones no sólo de educación, un acto de responsabilidad social? O por el contrario ¿solamente utilizan la plataforma para proyectar una imagen que con el tiempo de diluye?
Esperemos que por el bien de la cultura regional, estos esfuerzos continúen dándose de la misma forma desinteresada, pues es la mejor forma de fomentar los valores de convivencia en una sociedad que se respeta desde su cultura.
Las ruinas circulares. Borges
“Nadie lo vio desembarcar…nadie vio la canoa de bambú sumiéndose en el fango sagrado… a los pocos días, nadie ignoraba que el hombre taciturno venía del sur”. Así comienza la historia que Borges aborda en Las ruinas circulares, la ficción de un ser que puede estar sin ser, la unión de la especulación metafísica y de los universos paralelos, con la magia, producto de un personaje que se recrea como un fantasma, transformaron el estilo Borgiano, que dio un vuelco a los entramados complejos con que el autor aborda esta y otras historias que incluyó en Ficciones, propiciando un rompimiento con el paradigma de lo real que obligaba la tradición literaria a lo que se suponía era el pensamiento establecido.
Borges no sólo utiliza los elementos de su particular cosmovisión sobre lo real-fantástico, para adentrarnos en la historia. Con sigilo, cuidando cada detalle de forma tal que podemos percibirlos de forma clara, las ruinas circulares son la expresión de la búsqueda ontológica, el sentido de la existencia, propiciando con esto el rompimiento de lo cotidiano. Los sueños y la imaginación son transformados en una realidad mística, un instante que existe para el personaje, para Dios, y para aquel que existe en él mismo, una especie de inconsciente que se manifiesta, sublevándose a lo convencional.
La idea de un hombre que sueña a un hombre, a quien le enseña a dominar el mundo que le rodea, y que a su vez, es de la misma forma soñado por los seres superiores a quienes dedica su culto, es una reflexión del hombre que se encuentra con su propia divinidad. Su despertar a la realidad fatua lo hace reencontrarse.
El fuego purificador arde pero no quema, devora su realidad junto al ser que es su creación en las ruinas de un templo que es el más sagrado lugar, la conciencia.
Puede parecer un poco confuso, pero no es más que el retrato del eterno retorno, aplicado a la mística de la creación, que toma como punto de partida el sueño, pero que termina transformándose en una realidad, que sólo puede guardar sentido para quien realiza el sacrificio de despertar a la realidad.
La significación de los símbolos, no puede menos que reflejarnos un ritual en el que los elementos purifican lo real, sublimando el agua, la búsqueda de la armonía, y culminando con el fuego, que reduce todo a la nada, en donde nadie existe, sólo una fuerza superior desconocida para quien la observa desde lo terrenal.
Borges terminó por caracterizarse por construir historias que muchas veces tuvieron forma de ensayos, una mezcla de comentarios de críticos desconocidos y de autores y libros inventados, como Pierre Menard autor del Quijote, historias que en su complejidad dejan la satisfacción de representar un reto para el entendimiento del lector, lecturas recomendadas para aquellos que sienten la necesidad de buscar en la literatura una interpretación fantástica de la realidad.
jueves, 20 de junio de 2013
Libres, por la palabra libre
Belisario Domínguez Palencia es uno de esos personajes que, por lo menos en su estado natal, se conoce por una sola de sus acciones, la cual por cierto equivale a mil de cualquier otro político bien intencionado que intente mantener una conducta moral adecuada a nuestros tiempos, enfrentar al asesino y usurpador del poder Victoriano Huerta, lo que le valió pagar con su propia vida.
Sin embargo la estela de un personaje como este no puede resumirse de una forma tan precaria. Hace unos días asistí a una librería buscando material bibliográfico que me ilustrara sobre la vida y obra de este insigne prócer, sin embargo mi desencanto fue grande, cuando descubrí que no existe tal en ninguna parte.
José de León Ruiz es autor de un libro titulado Belisario Domínguez, la vida de un héroe chiapaneco, mismo que data de julio de 1918 y que fue publicado hasta 1954, el resto de los materiales que se han impreso sobre don Belisario detentan información que León Ruiz proporciona. El gobierno del estado realizó una edición conmemorativa y reprodujo en un facsímil esta obra, la cual no está al alcance de todos, pues es un libro que no se puso a la venta, o no todavía.
¿Por qué un hombre tan importante para nuestra identidad no tiene mayor relevancia en el mundo cultural? Y sin embargo, pese a todas las limitantes, la imagen de Belisario Domínguez sigue siendo recordada en el resto del país, pues fue el único que levantó su voz públicamente para fomentar un pensamiento crítico, el cual nunca debe morir en el hombre, a riesgo de ser sobajado en su dignidad y sometida su voluntad.
La lucha por la libertad de expresión que emprendió desde joven y consolido en su periódico El Vate, es la muestra de que un hombre sí puede marcar la diferencia. Siempre responsable por sus actos, impulsó la idea de que cualquiera podía expresarse libremente, pues es el inicio de las garantías individuales está en la máxima libertad con que deben actuar los seres humanos, aunado a la responsabilidad de mantenerse en un orden.
Si la república se conforma por una comunidad de intereses que subliman la asociación humana, debiera ser la moral de nuestros líderes la que propiciara el desarrollo constante de la sociedad. Los valores y principios que idílicamente reinan en nuestra carta magna están estructurados para crear una base sólida que permita una convivencia fraterna, direccionada al crecimiento común. Sin embargo, como constantemente lo demuestran las encuestas, la confianza en estos líderes cada vez es menor, pues es muy claro que sus intereses personales se anteponen a las necesidades básicas de un pueblo que ni siquiera puede aspirar a tener conocimiento de cuáles son sus derechos.
La herencia de Belisario Domínguez es más grande que aquel discurso de 1913 impreso de forma clandestina y distribuido secretamente en la capital de la república, señalando la ilegalidad y complicidad de los políticos con el traidor Huerta. Su actitud humanista, su atención gratuita como médico a los menesterosos, la distribución de medicamentos gratuitos entre los necesitados desde su botica “La Fraternidad”, su sencillez y honradez, son todos ejemplos de la actitud que el ser humano debe aspirar a cumplir cabalmente para alcanzar el ideal de ser un libre pensador, de buenas costumbres, un Ser Humano en toda la extensión de la palabra.
Pensamiento Científico
Los seres humanos han tenido a lo largo de la historia la necesidad de explicarse los fenómenos naturales. La atribución de emociones humanas a dioses que suponían los castigaban por su comportamiento enviando tormentas, temblores y cualquier catástrofe natural imaginable. La observación les hizo caer en la cuenta de que todo fenómeno natural tenía variables características que se repetía en determinados ciclos, dando así nacimiento al pensamiento racional.
Los griegos fueron quienes sentaron los precedentes, para las sociedades modernas, del pensamiento sistematizado. Los grandes filósofos se ocuparon de dilucidar las cuestiones más básicas de lo que acontecía en la naturaleza y la mente del hombre. El mundo de las ideas poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en un complejo entramado de conocimiento susceptible a ser corroborado, conformando lo que conocemos ahora como ciencia.
El rompimiento de los dogmas sociales que las religiones imponen, mediante el estudio de los fenómenos que suponían eran el sustento de su pensamiento, ha provocado el reviro del estudio místico como un conocimiento que debe de verse al amparo de la hermenéutica, en razón de que son símbolos que contienen un conocimiento del ser humano, a la par de un despertar de las conciencias de muchos individuos que procuran reestablecer una filosofía de vida personal, acorde a los principios que mejor les parecen.
Sin embargo en el entorno social, esta forma de pensar aún no ha sido aceptada por los círculos de poder, a quienes no les conviene una sociedad crítica y pensante que pueda valerse por sí misma, de tal forma que alcance el nivel de madurez económico-político suficiente para que deje de depender del estado.
El pensamiento científico aplicado a la vida cotidiana nos ayuda a mantener una actitud inteligente ante los problemas y acontecimientos de la vida. La definición de alternativas, se presentan acorde a las decisiones que eventualmente pueden significar encontrar las mejores opciones, es decir aquellas que tienen mejores posibilidades de repercutir (de forma positiva) en las conductas cotidianas.
La plena conciencia de que las acciones son producto de una meditada respuesta a una necesidad, transforma el panorama social, simplificando las relaciones sociales y solventando las necesidades, pues continuar las líneas del pensamiento científico implica aceptar una filosofía de pensamiento.
La búsqueda del porqué de las cosas y la solución de la duda filosófica, representan para la humanidad una de las vías preferidas para alcanzar el progreso y dignidad en su nivel de vida.
Las sociedades del primer mundo tienden a una participación colectiva en la formación de los niños y jóvenes al amparo de este pensamiento, pues poco a poco su impacto se ha visto en las nuevas generaciones, que son las encargadas de crear las nuevas alternativas a los grandes problemas que nos aquejan, como el hambre, la sobrepoblación, el acelerado cambio climático y la destrucción sistemática de la naturaleza y el medio ambiente.
Si bien nuestro sistema educativo está enfocado en la formación de autómatas y tecnócratas, es la obligación de los padres procurar fortalecer en sus hijos una educación de calidad, que les permita realizar sus propias observaciones y análisis, para permitirles llegar a conclusiones que les brinden una filosofía de pensamiento propio.
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