El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
La narrativa y el cine.
Ir a los cinemas, o salas de cine, de unos años para acá dejó de ser el acontecimiento más relevante que una familia clase mediera pudiera disfrutar, para convertirse en un lujo.
Gracias a que los medios de comunicación masivos ahora ponen películas que hace muy poco tiempo todavía se encontraban en cartelera, a que los precios de dichas salas se han transformado en obscenidades contra la economía familiar, la pésima calidad de las producciones filmográficas comerciales y a que la abulia social se ha convertido en un verdadero cáncer, por supuesto impulsado por élites que fomentan un “orden” que se basa por supuesto en la enajenación, el cine se ha desvirtuado enormemente como símbolo de la protesta social y se ha transformado en un arquetipo más de las herramientas enajenadoras que existen en el mercado.
Más preocupante que eso es la prostitución del arte literario. Especialmente Hollywood, no ha tenido reparos en que para fines de “moda” y lucro, se desvirtúe una historia que ha trascendido los anales de los cánones narrativos, por sus profundos valores simbólicos e ideológicos, y se transforme en un bosquejo semi-anecdótico, plagado de elementos que, sin una base ideológica, son introducidos en el discurso filmográfico comercial con la intención de fomentar un espíritu de consumo.
Buena culpa del abaratamiento de dicha labor la tenemos nosotros. Nuestro espíritu crítico no es exigente, en Japón cuando una película no es gustada, simplemente se levanta y solicita le sea devuelta su entrada, ya quisiera yo ver que el consumidor latinoamericano pueda disponer de su derecho a exigir se cumpla lo que de forma visual, en carteles y anuncios prometedores, ofrecen. Peor aún, gozamos de un ejemplo muy la mano y que aceptamos sonrientes. Es plagiada una novela de Rosario Castellanos y transformada en una mala telenovela de moda. Balum Canán es una de las joyas literarias chiapanecas, muy por encima de la obra poética de los autores oficialmente celebrados y quien puede olvidar que la adaptación de El amor en los tiempos del cólera de Márquez, se volvió un éxito por la mala adaptación musical de Shakira.
Pero no podemos sorprendernos, hace poco tuve la oportunidad de ver la película Frankenstein de Mary Shelley del año 1994 y dirigida por Kenneth Branagh, la película descontextualiza completamente la humanización del monstruo, por el terror de una lucha moral, que se sienta en los principios de una sociedad religiosa que se niega a los avances de la ciencia. Mary Shelley volvería a morir si descubriera que su magna obra está circunscrita a un género que poco tiene que ver con su verdadero valor social y simbólico. De esta misma forma se han permitido barbaridades de toda índole, desde Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo, de Dumas, hasta Juan Rulfo con Pedro Páramo.
Para contrarrestar esto, es muy necesario que los consumidores asiduos del cine dediquen algunos minutos de su tiempo a la lectura. LA importancia de la trascendencia estética, con todo lo que implica, debe anteponerse a los valores comerciales de los aparatos económicos mundiales, de lo contrario el resultado seguirá siendo la mediocridad.
Por supuesto que no puedo referirme simplemente al cine como el culpable. Desde la creación del cine independiente, que en México se dio a mediados de la década de los setentas, una oleada de películas con un profundo contenido estético, se ha impuesto, pese a las carencias de producción contrario a lo comercial, pues ha preferido guardar el fondo del discurso por sobre la forma.
jueves, 20 de agosto de 2009
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Un enorme saludo mi hermano,
ResponderEliminareh leido tu publicacion ah sido muy interesante, me llama la atencion la parte donde comparas, la reaccion que tenemos los espectadores de las peliculas de cartelera, yo aprovecho mi subscripcion a internet para descargarlas, y de esa forma, aprovechar la inversion, aunq las peliculas son de un baja calidad, la publicidad, realmente engrandese peliculas, que no tienen ni un poco de calidad y que no se apegan realmente a las historias que pretenden llevar a la pantalla, estoy totalmente deacuerdo con que es mejor leer, pero bueno, cuando lees, puede ser no solo un espectador de la sala de cine, si un critico, que analisa la obra desde un punto de vista diferente, el cine independiente, y alternativo, no comercial, es maravilloso, ya que las personas, se esfuerzan por una buena produccion y en esa labor crecen sus habilidades, ademas de dar una buena obra.
TE FELICITO por el espacio de exprecion.