El Liróforo.
Gabriel Velázquez Toledo.
H.R. Jauss y la defensa de la experiencia estética.
La escuela de Constanza, a la que perteneció Hans Robert Jauss creó una corriente de análisis textual, que se centro en el ámbito de la "negociación" y "oposición" del significado que como observadores del arte, utilizamos. Esto implica que una obra de arte no es siempre aceptada por ser tal, sino que el observador interpreta los significados que le atribuye a aquello que le causa empatía, basado en su cultura y experiencia. La variación de este "fondo cultural" explica por qué algunos aceptan ciertas interpretaciones de una obra de arte y otros simplemente las rechazan. De esto se desprende que la intención del autor puede variar considerablemente de la interpretación que le dé aquel que degusta de la obra
Jauss, en su teoría de la recepción estética, dice que las obras de arte “únicamente existen dentro del marco configurado por su recepción, es decir, por las interpretaciones que de ellas se han hecho a lo largo de la historia”(1992:9). Dicho autor sostiene que la estética, acentúa de manera particular la historicidad y el carácter público del arte, al situar en su centro al sujeto que percibe dicha obra y el contexto en el que éstas son recibidas.
Gozar es la experiencia estética primordial, el arte así entendido, permite un modo específico de libertad, y contiene no pocas virtualidades morales y políticas. La estética es un intento por devolver al arte su dignidad cognoscitiva, en medida que renueva la percepción de las cosas.
El arte representa una estrategia contra la extrañeza del mundo. La desautomatización de lo cotidiano, elemento del que se compone toda manifestación artística, planteado por Víctor Shlovski, de la escuela formalista, se llena de códigos que deben ser decodificados, por medio del goce, a lo que Jauss llama “experiencia estética” exponiendo que: “a una obra de arte tenemos que comprenderla, antes de haberla comprendido” (1992:13).
Los sujetos no sólo experimentan algo acerca de sí mismos en el momento del goce, experimentan lo que es hacer y tener experiencias. Según Jaus, en el comportamiento estético, el sujeto experimenta la adquisición del sentido del mundo, pues la creación se transforma de una subjetivización mental a un objeto. El sentido de la modificación del sujeto que percibe, es apartarse de la orientación rutinaria que se brinda a los objetos.
La admiración o indignación que provocan los objetos estéticos, obedecen a una significación que otorgamos a valores específicos sociales, mediante el contexto en que nos desarrollamos. Aún así, las obras de arte, en su articulación, poseen las claves de la referenciación a la que se debe sujetar su interpretación. Por eso Jauss opina que “las formas del arte registran la historia de la humanidad con mayor exactitud que los documentos”(1992:23).
Actualmente, el significativo atraso en el que las artes regionales se encuentran sumergidos, no son muestra más que de la incapacidad institucional por proporcionar una completa didáctica del aprendizaje. El goce estético se ve limitado a la mera correlación empática de quien gusta del arte. Buscar mejorar dicha relación, implicaría una transformación completa en la ideología social, factor que por sí mismo, representa un atraso generacional con respecto al resto de los países de primer orden, que se encuentran más aventajados en su calidad humana.
Hans Robert Jauss. Pequeña apología de la experiencia estética. Buenos Aires-Barcelona-México. Paidós. 1992.
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jueves, 6 de mayo de 2010
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