El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
IMPOSIBLE. Víctor Molina
Los cursichorosdelaeyaculaciónprecos, son la propuesta alternativa al ejercicio libre y espontaneo de la poeticidad. Aunque de profundas raíces divergentes al discurso común, su naturaleza le vuelve un objeto crítico de una perspectiva que por clasificación social está en el estrato más rechazado: Lo Nako.
Víctor Molina salió mitad chilango, mitad chiapaneco, aunque ya se quedó de este lado, por el que se le inclina la balanza, modelo 84, ya un poco traqueteado por el uso, es uno de los principales artífices de la creación de Falsines como “Sangre yugular” y la “Jeringa”, además de incansable promotor de la editorial por internet “La tortillería”, en cuya colección se encuentran textos de buena parte de los autores falsineros de la ciudad.
El Artnako, como lo bautiza Armando Vega-Gil, es la expresión popular, expuesta al desencanto de los transeúntes cotidianos. Víctor Molina recupera esa esencia y trae una propuesta alternativa al discurso poético común. Desde la portada del libro (hecho completamente de forma artesanal en los talleres editoriales “independiente y clandestino”), que bien lo transforma en un objeto de colección, equiparable a una pieza rara, de museo (pues como dice el Navo, puedes enseñarlo a las visitas y presumir que es el libro más raro de tu colección), es recurso de una propuesta creativa, que parte del “Hazlotúmismo”.
Los choros del Molina, son certeros, como pequeñas saetas que se te clavan incómodamente en la espalda, allá los brazos no las alcanzan. Son parte del desencanto, del degenere, de lo cotidiano que una ciudad absurda deja de prestar atención, porque está ocupada en satisfacer sus propias necesidades. Es la queja fastidiada de tantas vacas sagradas de la poesía. Con orgullo puede decirse que su transgresión textual es para obligar a la lectura en voz alta, a recuperar la vida de esos signos impresos, más allá de la pura conciencia individual, que bien puede ignorar su verdadero sentido. En voz alta seduce, en voz alta recuerda que los poetas se extinguieron hace mucho tiempo, o por lo menos pasaron de moda y que ahora nos quedan algunos pocos profetas que lanzan sus hechizos sobre las conciencias que se detienen un momento a escucharles.
Por eso Molina prefiere hacer choros. Ser poeta compromete a saber de literatura. Pero el choro solamente compromete con la verdad que observa aquel que aspira a ser un albañil de la palabrería. Aprendiz es su condición permanente, sus construcciones verbales llevan a recordar la sencillez de la naturaleza humana y la complejidad de sus acciones.
La alternativa del proyecto editorial de la Casa Tomada, es propuesta como un parteaguas a las formas de entretenimiento social de que disponemos. La actividad, el movimiento, son parte fundamental para la creación de vínculos entre ideas, que arrojan un ejercicio crítico y la motivación, por parte de los jóvenes, de experimentar con el arte, la libre manifestación de las ideas. Así pues pretende volverse promotor de ejercicios inteligentes y propositivos.
El Próximo sábado será la presentación en sociedad del libro IMPOSIBLE, en la Casa Tomada, a partir de las 20 hrs., ofreciendo para tal ocasión el preestreno de los Chiapanacos, los choros de Armando Lira (Toluca), Omar Navo (Nabavaxia, Sonora), Antonio Reyes Quijote (Tapachula). Todo esto para dar testimonio del inicio de un esfuerzo colectivo por traer a la luz los textos de los autores “underground” de la urbe Tuxtleca.
jueves, 19 de agosto de 2010
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