jueves, 11 de abril de 2013
Gerardo diego. La voz del poscreacionismo
España es cuna de formidables artistas, tiene un lugar preferente en el ánimo popular por representar una ruptura con el ánimo general conservador, y es punto referente en américa latina de muchas de las más altas consideraciones culturales.
Gerardo Diego es un escritor de simpatías, nace el 3 de octubre de 1896 y fue un destacado poeta y escritor español perteneciente a la Generación del 27, de la que fue director de dos de las revistas más reconocidas dentro de dicha generación Lola y Carmen. Además elaboró ambas versiones de la Antología de poesía que dio a conocer a los autores de dicha generación ante su país y el mundo.
Amigo íntimo de Huidobro, trató de llevar los postulados del creacionismo a otras aristas del pensamiento, en un constante experimento rítmico que se da por sumarios juegos silábicos y su provocación extravagante, lo que lo hizo pasar del ultraísmo al creacionismo y finalmente a lo que llamaría el poscreacionismo, componente estilístico que lo acompañará por el resto de su obra, como una de las constantes más preciadas por los críticos como Dámaso Alonso.
La búsqueda orgánica de la poesía alcanza su madurez en la poesía prosada. La morfosintaxis que sufren los textos, obedecen a una búsqueda alterna, que se vincula con el sentido, la profundidad y la sencillez. De ahí que la falta de puntuación (a cambio utilizaría los espacios en blanco), la disposición misma de los versos las temáticas cotidianas y el hechizo de las imágenes, son las características que mejor definen su obra poética.
Sus ejercicios poéticos son reflexiones musicalizadas, que deben encontrar el ritmo natural de las palabras para que cobren vida; de lo contrario corremos el riesgo de tomar lo superficial y mal interpretar su intención. Es por eso que fue uno de los mejores representantes de su generación que ejercían con maestría una alternancia entre la poesía tradicional y las vanguardias por las que militó.
Es un escritor que supo allegarse buenos ejemplos, tuvo por maestro a Juan Ramón Jiménez y se dejó influir por las corrientes progresistas y vanguardistas que desde Francia llegaban a aquel país, de ahí la costumbre de ser un poeta cambiante, experimenta con temas en su etapa clásica, con sonetos provocadores que cambian de técnica y evolucionan en versos libres.
Cuando la guerra civil española estalló, se encontraba de vacaciones en Francia, permaneciendo del lado de los nacionalistas, a diferencia de muchos de sus compañeros de la generación, regresó a España para permanecer ahí hasta el fin de sus días.
Durante la guerra y la posguerra fueron frecuentes los temas políticos en defensa de los sublevados . En 1979 la Real Academia de la Lengua Española le concedió, la que se conoce como la única ocasión en que la mención se entregó a dos personas al mismo tiempo, el Premio Cervantes. El otro ganador fue nada más y nada menos que el argentino Jorge Luis Borges.
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