jueves, 24 de mayo de 2012

Primavera de México

Gabriel Velázquez Toledo El Liróforo Primavera de México Por fin la educación rinde sus frutos a la sociedad. El pensamiento crítico en miles de jóvenes de todas las universidades del país, se ha puesto de manifiesto en la abrumadora participación crítica que han sostenido en las redes sociales, llevando a un replanteamiento de estrategias tanto políticas, como sociales y hasta comunicativas. Prueba de ello se dio en la cobertura de los medios informativos, de las marchas estudiantiles de pasadas fechas. Las marchas del #yosoy132 ha sido equiparada a con el movimiento del 68. Los especialistas observan cómo los jóvenes han logrado una cohesión, en algo que es de interés para todos, y muchos ven con orgullos que por fin hay un cambio de actitud, un despertar común. La ejecución de las viejas consignas en acciones reales, deviene de la capacidad que los jóvenes de hoy tienen de indignarse. Han visto a sus padres sufrir los estragos de la crisis constante a que es sometida la sociedad y ahora, en ejercicio de sus capacidades intelectivas, salen a manifestarse públicamente, en donde pueda apreciarse su postura de exigir un aumento en la calidad de las instituciones y gobernantes. Ahora un celular es una nueva herramienta de denuncia. Las pruebas de atropellos son exhibidas ante millones de personas, que comparten lo que ven y ejercen una opinión al respecto. Los indicadores digitales que tienen algunas redes sociales, como el twitter, señalan temáticas que se encuentran al instante en el interés colectivo, es precisamente de estas que se han propiciado puntos de acuerdo para actuar. Todos estamos hartos de las burlas de funcionarios y políticos, ellos también, solo que utilizan sus computadoras para desahogar la frustración que les causa y salen a las calles porque han descubierto que los alcances comunicativos del internet, pueden concretarse en demandas de justicia y equidad. Y es que poco a poco veremos un renacer de las conciencias juveniles a mejores expectativas de vida y al ejercicio de derechos, que han mantenido los grupos privilegiados del poder convenientemente sometidos durante muchos años, mediante la enajenación y las limosnas, y que ahora se recobran, como la libertad de expresión. Cada vez cobra más fuerza la importancia de una educación de calidad en el reclamo general de los estudiantes, porque como se ha observado, el manejo de las herramientas tecnológicas se da de su lado y han sabido sacarle el debido provecho. Pronto vendrán a proponerse medios creativos alternos, con los cuales se tendrán ejercicios de interacción y comunicación más eficaces y a la entera satisfacción de quien lo consuma, como parte de una alternativa más. Ese es el mundo de la tecnología que está también a nuestro alcance y que es además un derecho. La ausencia de líderes visibles, de intereses partidistas, de ambiciones personales, le dan una legitimidad al movimiento estudiantil, porque cae en una comunidad de intereses que se encauza con precisión hacia su objetivo, exigir un país mejor. Las demandas son fundadas, todos las hemos experimentado de alguna manera, al ver la devaluación de valores a que hemos sido sometidos gracias a la violencia, corrupción y falta de capacidad de los actores políticos, hoy vemos un relevo que ha aprendido rápidamente a hacerse escuchar. Esta es la nueva era.

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