jueves, 14 de junio de 2012

Los debates

Los debates En una democracia todos tienen voz y voto. La información es el vínculo mediante el cual podemos tener empatías por ciertos proyectos, ideas que nos identifican y que gracias a las redes sociales podemos encontrar con relativa facilidad. De la misma forma, la difusión de las propuestas de los candidatos a puestos de elección popular, son el organismo ante el cual vertimos nuestro sentido crítico y por lo consiguiente, la preferencia por un proyecto que se acerca a nuestras necesidades y conveniencias sociales inmediatas. En un debate se expresan puntos de vista, se proponen acciones y se buscan simpatías hacia un determinado proyecto que engloba un plan de desarrollo y políticas sociales. Un candidato debe expresar claridad y seguridad, para efectos de crear en el espectador, la sensación de dominio de los temas que trata. Ponderar sus propuestas por sobre descalificaciones, demostrar madurez y sensatez, inteligencia y conocimiento. El propósito de la parafernalia que hoy en día rodea los debates de los candidatos políticos (los pocos que han permitido) tienen el efecto de un espectáculo. Los elementos que rodean dicho acontecimiento están preconcebidos para desviar la atención de los espectadores. Y funciona, solo que hoy las redes sociales permiten reorientar el enfoque cuando caemos en estas distracciones y recuperar críticamente los fragmentos que despiertan nuestra atención. Por eso menospreciar este fenómeno en los cálculos electorales es un error. El movimiento #YoSoy132 ha provocado una sacudida al sistema, con lo cual se propicia que buena parte de los usuarios de las redes (tan solo en Tuxtla hay más de 140 mil usuarios de facebook) promuevan el fenómeno de periodismo digital 3.0 que propicia la interacción entre informante-población. La denuncia de imposiciones por parte de los grandes consorcios que pretenden modificar la conducta de las masas a través de contenidos basura, donde ser “bonito y/o estúpido” está de moda, ha repercutido a tal grado, que se vislumbra una legitimización del derecho ciudadano al voto. Obviamente también a escoger libremente a sus gobernantes. Vivimos tiempos de cambio. Vivimos una globalización que entra en plena primavera mexicana. La sociedad se manifiesta. Su indignación llegó hasta el límite de no permitir ser parte del engaño en que han pretendido mantenerles inmersos. La gente en las calles se atreve a manifestarse, levantar su voz. A desmentir, a denunciar. Todos debemos debatir las ideas, los proyectos, intercambiar opiniones para, de esta forma, tomar en provecho las aportaciones que nos ayudan a retroalimentar posturas, en pos de alcanzar un consenso que nos beneficie, sin privilegiar a grupos mediante influencias perversas. Hoy la sociedad en el país ha descubierto que el internet es la gran ventana al mundo. Podemos denunciar en el instante mismo en que se comete un abuso, vigilar los recursos públicos, a los funcionarios y sus formas de administrar a las instituciones. Nunca antes la sociedad se había involucrado tanto en los procesos internos del Estado. Bienvenidos al siglo XXI. Uno de cada cuatro habitantes en Tuxtla entra a las redes sociales. Debemos interpretar que se busca romper la inercia de permanecer enajenado, mediante nuevas formas de entretenimiento que exigen un ejercicio de calidad. Aún falta medir los alcances que puede llegar a tener este fenómeno en el entorno de quienes están inmersos en el mundo virtual y el impacto real que tenga.

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