jueves, 20 de junio de 2013

Pensamiento Científico

Los seres humanos han tenido a lo largo de la historia la necesidad de explicarse los fenómenos naturales. La atribución de emociones humanas a dioses que suponían los castigaban por su comportamiento enviando tormentas, temblores y cualquier catástrofe natural imaginable. La observación les hizo caer en la cuenta de que todo fenómeno natural tenía variables características que se repetía en determinados ciclos, dando así nacimiento al pensamiento racional. Los griegos fueron quienes sentaron los precedentes, para las sociedades modernas, del pensamiento sistematizado. Los grandes filósofos se ocuparon de dilucidar las cuestiones más básicas de lo que acontecía en la naturaleza y la mente del hombre. El mundo de las ideas poco a poco fue evolucionando hasta convertirse en un complejo entramado de conocimiento susceptible a ser corroborado, conformando lo que conocemos ahora como ciencia. El rompimiento de los dogmas sociales que las religiones imponen, mediante el estudio de los fenómenos que suponían eran el sustento de su pensamiento, ha provocado el reviro del estudio místico como un conocimiento que debe de verse al amparo de la hermenéutica, en razón de que son símbolos que contienen un conocimiento del ser humano, a la par de un despertar de las conciencias de muchos individuos que procuran reestablecer una filosofía de vida personal, acorde a los principios que mejor les parecen. Sin embargo en el entorno social, esta forma de pensar aún no ha sido aceptada por los círculos de poder, a quienes no les conviene una sociedad crítica y pensante que pueda valerse por sí misma, de tal forma que alcance el nivel de madurez económico-político suficiente para que deje de depender del estado. El pensamiento científico aplicado a la vida cotidiana nos ayuda a mantener una actitud inteligente ante los problemas y acontecimientos de la vida. La definición de alternativas, se presentan acorde a las decisiones que eventualmente pueden significar encontrar las mejores opciones, es decir aquellas que tienen mejores posibilidades de repercutir (de forma positiva) en las conductas cotidianas. La plena conciencia de que las acciones son producto de una meditada respuesta a una necesidad, transforma el panorama social, simplificando las relaciones sociales y solventando las necesidades, pues continuar las líneas del pensamiento científico implica aceptar una filosofía de pensamiento. La búsqueda del porqué de las cosas y la solución de la duda filosófica, representan para la humanidad una de las vías preferidas para alcanzar el progreso y dignidad en su nivel de vida. Las sociedades del primer mundo tienden a una participación colectiva en la formación de los niños y jóvenes al amparo de este pensamiento, pues poco a poco su impacto se ha visto en las nuevas generaciones, que son las encargadas de crear las nuevas alternativas a los grandes problemas que nos aquejan, como el hambre, la sobrepoblación, el acelerado cambio climático y la destrucción sistemática de la naturaleza y el medio ambiente. Si bien nuestro sistema educativo está enfocado en la formación de autómatas y tecnócratas, es la obligación de los padres procurar fortalecer en sus hijos una educación de calidad, que les permita realizar sus propias observaciones y análisis, para permitirles llegar a conclusiones que les brinden una filosofía de pensamiento propio.

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