jueves, 10 de enero de 2013

Taibo, el impulsivo

El siglo veinte vio pasar grandes luminarias del pensamiento que lograron un reconocimiento amplio entre los sectores político y económico de la sociedad, intelectuales refinados que alardeaban de su conocimiento, humillando con su despotismo y consagrándose en círculos de otros intelectuales menores. Muchas veces fueron premiados por sus aportes a la literatura. Sin embargo, pocos han sido los escritores que conservan en su ser un profundo respeto por los ideales y más aún con el cumplimiento de los mismos. El autor tiene que ser dueño de su conciencia y actuar con responsabilidad. Autor de uno de los libros que más traducciones y ventas ha alcanzado en México, me refiero a la biografía de Ernesto “Che” Guevara, ha desvelado misterios, seguido pistas y reconfigurado buena parte de la historia nacional, en busca de aquellos personajes que con su convicción, realizaron hazañas que rayaban entre la heroicidad y la locura. Es impulsor de la novela negra en México, su detective Belascoarán Shayne, es una especie de personaje de culto, a su modo. Entusiasta de la literatura, escribió junto a Marcos una novela a cuatro manos “Muertos Incómodos” y la biografía novelada de Pancho Villa entre más de 40 textos que componen su bibliografía. Junto a otros escritores como Elmer Mendoza, y el más contemporáneo Arturo Pérez Reverte, han fundado una escuela de escritores, en el que el impulso por retratar lo real, muestra lo que para muchos países resultan escenarios fantásticos, y que para nosotros resulta de la cotidianización de la violencia, la muerte y la miseria. Sin embargo se diferencia de buena parte de sus contemporáneos pues participa activamente en política, como uno de los líderes que desde la cultura, impulsa movimientos concentrados en la conciencia popular. Sin embargo en activo nunca ha ostentado cargos públicos. Actúa como un militante de la izquierda, se mantiene cercano a los conflictos sociales, donde el abuso del poder destruye vidas, haciendo voz para que esa conciencia que no olvida, también se sacuda un poco y participe del cambio. Observador incómodo de aquel dos de octubre de 1968, supo de algunos amigos que cayeron durante la represión, mientras su padre, periodista, lo protegía de no asistir a aquella concentración exiliándolo en España. Quizá es la conciencia la que no lo deja tranquilo y lo obliga a actuar, levantar la voz y pronunciarse con acciones, ante lo que muchos dejan en un plano ideológico simplemente. Se ha hecho de un estilo cercano al lector, que de tener un poco de conciencia, alcanza una empatía con las historias, con una maestría en su técnica que pocas veces decepcionará a un lector. Actualmente su labor editorial lo ha llevado a colocar de forma gratuita, junto con otros intelectuales, textos en internet, así como ha dedicado buena parte de su ánimo a publicar textos de forma independiente y económica, para popularizar la lectura, algunas lecturas se pueden encontrar en http://www.brigadaparaleerenlibertad.com/descargas.php

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