jueves, 10 de enero de 2013

El mejor amigo del hombre

Otra vez el país está en la mira de todo el mundo. Y no, no es que hayamos tenido ningún triunfo valioso en el futbol, ni nos han invadido penas y desgracias (fuera de las habituales a las que nos hemos acostumbrado). En esta ocasión una jauría ha sido acusada de cometer crímenes en el cerro de la estrella, en la delegación Iztapalapa, del Distrito Federal. Según las autoridades, parte de los 54 caninos que se encuentran retenidos, presuntamente pudieron haber atacado y dado muerte a 5 personas, aunque la suspicacia de las redes sociales ha señalado el elevado número de narcotiendas y ajustes de cuentas, así como el testimonio de familiares de una de las víctimas que solicitan sea investigado el acompañante de una de las jóvenes asesinadas, pues presuntamente él es el responsable de su muerte. En otro de los casos los familiares hablan de huellas de manos en la piel del occiso, lo que levanta las sospechas de un posible crimen. Pero las autoridades han declarado que los resultados de sus investigaciones señalan a los animales como culpables de la muerte de estas personas, aunque el 16 de diciembre otra víctima fue encontrada, lo que da luz de los acontecimientos que en ese lugar se viene dando desde tiempo atrás. Problema que tiene que ser atendido de forma integral, lo que implica el despliegue de programas sociales y el desmantelamiento de redes delicuenciales. La cultura de nuestro país está basada en la aceptación del maltrato animal, por solo mencionar algunos ejemplos, tenemos a los toros, las peleas de gallos y perros, las carreras de caballos y los circos con sus infrahumanas condiciones. En su conjunto revelan efectivamente una idiosincrasia mediocre, que no se preocupa de la protección de la vida, por lo menos no en su mayoría. Baste decir que hace seis años, en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, las brigadas de protección contra riesgo sanitario eliminó sistemáticamente a los perros que capturaban, una semana después de sus operativos, pues no había infraestructura ni políticas integrales que se dirigieran a la protección de la vida animal. Las autoridades dicen que un ataque de esta naturaleza es atípico, entonces ¿frente a qué escenario nos encontramos? ¿Cortina de humo? ¿Una versión más creíble del chupacabras? En un país en donde los derechos humanos fueron pisoteados durante una guerra que arrojó miles de víctimas, donde las prisiones están llenas de presuntos culpables ¿qué puede esperarse que suceda con estos animales? Todo esto nos habla de la gigantesca incongruencia en la que vivimos y en que nuestras autoridades se regodean, pues retoman estos temas y los hacen crecer mientras las tortillas se venden a 13 pesos, la gasolina seguirá sufriendo aumentos dos años más y la violencia continúa en su mismo nivel. Valga como lección lo que en este momento sucede. Las redes sociales denuncian la incoherencia del caso, lo que pone en evidencia que cada vez es más difícil distraer a la comunidad de los temas verdaderamente importantes, la conciencia se forma a partir de las posturas humanistas que las redes privilegian. El gobierno tiene un órgano crítico que no podrá desmantelar y que por el contrario se irá fortaleciendo, permeando en la conciencia de los jóvenes que poco a poco aprenden a manifestar su inconformidad con la serie de arbitrariedades que han colmado la paciencia de la sociedad.

1 comentario:

  1. Sea en la esencia mas pura de los seres humanos, dentro de la auto-reflexión, el mayor de los testigos a las acciones denigrantes y su permanencia en la ignorancia su castigo mutilante de luz.

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