jueves, 18 de febrero de 2010

Crónicas de un guacarrocker en Tuxtla

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo.
Crónicas de un guacarrocker en Tuxtla.
La mosca, revista suburbana de inicios del siglo XXI, cobijó el nacimiento de un legendario personaje del rock nacional, que por mucha o poca fortuna es conocido por los amantes del género, por supuesto que mucho más representativo que los populares ídolos juveniles ¡¿Alex Lora o Saúl Hernández?!
Por supuesto que tremenda comparación no hace mella alguna en Armando Güeva Vil, uno de los padres del Guacarrock (que ni ellos mismos saben si tiene algo que ver con el guacamole, las guácaras o la intangible necesidad permanente de ser un rebelde sin causa).
Más que una memoria, el reflejo del nacimiento de un movimiento, que ha trasladado su cimiento a muchas conciencias jóvenes, y me refiero al movimiento underground o callejero de las ciudades, se transcribe en las notas que el cucurrucucú publicó en dicha revista.
En alguna ocasión Noam Chomsky, pensador norteamericano progresista que aún nos deleita con sus disertaciones, se refirió a las actividades que los pobres hacen, como lo más cercano a la barbarie, a lo que no tiene que ver con la educación ni con la actitud civilizada que las élites pretenden imponer. EL Personaje de Vega Gil, es la transgresión completa del establecimiento de una conciencia moral que no persiguen más que aquellos absortos en la limitación del ejercicio de la libertad y la conciencia, es decir, de aquellos que se dedican a imponer las reglas.
Junto con la Maquinita de Pachuca, se plantea la transgresión como un ejercicio común de aquellos que no se pueden insertan en un orden que ni siquiera comprenden. Derrotado por la voracidad de la vida, las confesiones de un rockumbia-star, se vuelven el reflejo de las pasiones más lisonjeras del ser humano, que reacciona ante los placenteros estímulos de la vida conflictiva.
El planteamiento del lenguaje que Vega Gil realiza, es además un rescate de una práctica que se ha extendido por todo el país y que nació en las entrañas del D.F.: el albur.
El juego de los sentidos, de extrañas connotaciones y desabridas afirmaciones, son un sub-lenguaje que se concatena con una característica afirmación de la esencia que los distingue: la cultura del agandalle. La agilidad mental se concentra a disparar un metalenguaje que tiene muchas formas de comprenderse, no es chingar por chingar, sino chingar parejo.
La literatura contemporánea ha arrojado intentos muy poco afortunados que se dirijan a un público joven, cautivo y poco gustoso de dogmas literarios que se asocian constantemente al stablishment. Es por eso que la oportunidad de escuchar de viva voz al autor, será sin duda alguna una experiencia que nos propone el rompimiento de la seriedad que se ha pretendido imponer al ejercicio literario, por la libertad de ejercerlo para las masas.
Las crónicas del “Diario íntimo de un Guacarrocker” de Armando Vega Gil, se estará presentando en el multiforo cultural independiente Casa Tomada el día sábado 20 de febrero y el viernes 19 la presentación de sus cortometrajes y videoclips, entrada libre, destacaré que un servidor y especialmente el doctor en letras José Martínez Torres lo presentarán.

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