jueves, 9 de diciembre de 2010

Algunos apuntes sobre la evolución del teatro en México durante el siglo XX 1

El Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Algunos apuntes sobre la evolución del teatro en México durante el siglo XX
1ª parte
El teatro en México siempre ha tenido un lugar especial. Si aplicáramos la teoría de Antonin Artaud, presupondríamos que desde los antepasados prehispánicos, había una carga teatral en el ritual militar y religioso que emprendían con mucha constancia. Los indígenas fueron reeducados bajo los principios religiosos del cristianismo, que se basó en las puestas ritualísticas-teatrales, como los autos sacramentales, que terminaron por popularizarse y degenerar en festivales y demás paradojas. Una predisposición cultural al espectáculo visual masivo, llevó al teatro a ocupar un lugar especial en el referente crítico de la sociedad de la primera mitad del siglo XX en México.
El teatro lírico ocupaba en México, a inicios de siglo XX, un lugar muy importante en la sociedad, dentro de las posibilidades de entretenimiento de la burguesía porfiriana éste en particular, gozaba de prestigio, lo anterior por la influencia que Francia tenía en el gobierno de Díaz.
Pronto para el teatro, conforme su liberación experimental se fue dando, bajo un clima de tensión política y castrense, la explotación comercial propició la creación de alternativas populares a dichos espectáculos, cercanos a la economía, crítica, que se vivía en el país, clima bajo el que se genera y populariza el teatro de revista y que distancia definitivamente al teatro dramático, ese espectáculo que desafiaba la crítica y la inteligencia.
La oportunidad de los dramaturgos, de poder manifestar sus emociones e ideas en el referente popular con más impacto, lejano al periodismo, convirtió el ejercicio del teatro en una ventana que abría las expectativas de fomentar la adquisición de ideales convenientes al estado. El esfuerzo fue dirigido hacia la formación intelectual de una generación, bajo cuyos baluartes se sentarían los principios del arte nacional.
El rompimiento del teatro con el padrinazgo del estado, generó un espectáculo diferente, libre de manifestar sus ideas, encaminado a retomar las riendas creativas y motivado a experimentar.
A medida que el teatro evoluciona en su dinámica, temática y exposición, se pueden situar los elementos comunes en que se reflejan las principales características de una época, tales como el pensamiento social, los valores, la búsqueda y la experimentación. A través del lenguaje, las características de los personajes y el planteamiento y desarrollo de las acciones, son sólo algunas de las constantes que muestran la necesidad común de cada generación, de ofrecer una alternativa a lo que se ha sentado como canon social.
A inicios del siglo XX el teatro es visto como un espectáculo de masas. Los valores de la sociedad son tradicionales y se reflejan en las costumbres. El teatro no es la excepción, trata de conciliar una serie de ideas entre las diferentes sociedades que reinan en el aparato ideológico. Federico Gamboa nos lo demuestra en su obra La venganza de la gleba, obra que además goza de poder anclar bajo un enemigo común al stablishment del espectador, el pueblo.
La pobreza está en todos lados, mientras que la élite goza de sus privilegios. Una sociedad demandante que está a punto de volcarse a la revuelta, pues no tienen nada que perder, en medio de ese ambiente, una disyuntiva moral que tiene como objetivo encontrar un punto de identificación con el actor.
En las siguientes entregas daremos cuenta de algunas obras emblemáticas para el teatro mexicano y la forma en que el cambio del paradigma teatral se llevó a cabo.
Comentarios: elliroforo@gmail.com

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