jueves, 30 de abril de 2015

Benito Juárez y la influencia del pensamiento Liberal en el siglo XIX

La lucha que se presentó en el siglo XIX entre liberales y conservadores, fue determinante para la definición de lo que hoy conocemos como los Estados Unidos Mexicanos. En particular el enfrentamiento que sostuvieron en el plano ideológico la pujante francmasonería, que se alimentó de los triunfos que en Francia (en la revolución) y Estados Unidos (en su independencia) tuvieron en el siglo XVIII y la iglesia católica, poseedora de ciertos privilegios en los virreinatos de la Nueva España. Podemos comprender lo sucedido en aquellos años estudiando la historia de la Independencia y de la Reforma. La francmasonería en México fue una de las pocas instituciones que se atrevieron a sostener una división entre el estado y la iglesia, lo que propició la invasión francesa y el establecimiento de un emperador. Los pensadores progresistas se valieron de la organización que la masonería les mostraba, aunado a una liberación del ser en varios niveles, para poder construir nuevos cánones que acercaran a los ciudadanos a tres principios claves en esa orden: Libertad de pensamiento y palabra, igualdad ante la ley y en el trato social, y fraternidad que hermanándose con la justicia, representaban el ideal del pueblo de México, que buscaba consolidarse como una nación independiente. Una de las mentes más importantes y que se ha destacado por su herencia liberal, que aún perdura en el espíritu de nuestra patria es Benito Juárez, quien a decir de Carlos Francisco Martínez Moreno en su artículo Benito Juárez: ¿Más que un aprendiz de masón? Y publicado en la revista EN-CLAVES del pensamiento, año II, núm. 3, junio (2008: 127-146) obtuvo los más altos grados que el Rito Escoces y el rito Mexicano otorgan. Esto testimonia la forma en que un pensador y líder político como Benito Juárez utilizó lo aprendido en las logias francmasónicas para declarar leyes y principios que concedieron a los ciudadanos de México un estatus que hasta entonces no les era reconocido. Los antecedentes que dan cuenta de la forma en que los valores de dicha institución se llevaron a todos los rincones de américa, están en el movimiento de la Ilustración, mismo que dio fin a siglos de lo que comúnmente se conoce como oscurantismo. Este movimiento se fortaleció a raíz del escepticismo religioso y la lucha por la libertad de pensamiento, que fue una de las banderas que mayor interés despertó entre grupos de innovadores, científicos y pensadores en Europa. Las exigencias en aquel entonces eran por la libertad de pensamiento, de prensa, de reunión y asociación, de conciencia religiosa, etc., criticando las lacras y la putrefacción de las instituciones políticas y religiosas, consideradas caducas, proponiendo un grupo de francmasones, organizado por el médico Julián La Mettrie, la edición de la Enciclopedia, uno de los más grandes legados de la humanidad. La ideología progresista revolucionaria de los ilustrados penetró no solamente a Norte América, sino también a los países coloniales latinoamericanos y despertó el ánimo de estos pueblos oprimidos para luchar por su libertad, a pesar de las precauciones y las barreras que levantaban el clero romano y los gobiernos que veían perder su dominio sobre la sociedad. Un ejemplo de cómo los ideales que ostentaba la masonería influyó en las instituciones de los países que tuvieron en su dirección a reconocidos francmasones, lugares en donde se instauraron democracias que facilitaron el avance de muchos pueblos, se puede ver en el juramento de los Caballeros Racionales, grupo masónico que tuvo como principal función crear logias en Sudamérica, englobando a las mentes progresistas más influyentes bajo una misma bandera: Nos prometes, bajo tu palabra de honor, que nunca reconocerás por gobierno legítimo de tu patria, ni por Gobierno de los pueblos hermanos que luchan por la libertad, sino a aquellos que sean elegidos por la libre y espontánea voluntad de los pueblos... Nos prometes además, que pretenderás por cuantos medios estén a tus alcances, a que los pueblos decidan por el régimen Republicano, que según los testimonios de todos nuestros hermanos de las épocas antepasadas, es el más justo y más conveniente para la Humanidad en general y según nuestro sentimiento y nuestra convicción es el más adaptable para los gobiernos del Continente Americano La masonería no sólo instauró un estado en el que se sentaron las bases para un país moderno, construyó también un sistema liberal, que hasta el momento continúa siendo agredido en algunas ocasiones y transformado en otras. Entre los principios más importantes que Juárez utilizó, y retomó de su formación como masón, podemos ver: La libertad de credo: Los francmasones son respetuosos de las creencias individuales que cada uno tiene y si bien deben creer en un ser supremo, es debido a la exigencia de tener una referencia de la regulación superior que modula sus actos. La libertad de expresión: durante cada una de sus reuniones están obligados a mantener el respeto a las opiniones adversas a las suyas, así como a tener alocuciones moderada, en las que expresan sus puntos de vista y afinan su propia filosofía. La igualdad de derechos: si bien la institución se divide en grados, todos sus miembros tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones, con la conciencia de que la falta de uno es de alta repercusión para el resto. La democracia: la alternancia periódica de sus representantes y funcionarios ha sido una de las claves que permiten erradicar los caudillismos, aunque saben reconocer el liderazgo nato de alguno de sus miembros, este nunca realizará un acto en la representación de estos, sino se encuentra avalada por la asamblea a que pertenece. La fraternidad: Hay una causa común que los hermana y ésta es la búsqueda de un conocimiento que los transforma en mejores seres humanos, para poder servir a la sociedad, pues es parte de su filosofía distinguirse por sus acciones y actitud, positiva para el entorno que le rodea. Claramente existen otros valores que se pueden sacar a relucir, pues los pensadores liberales de la época intentaron inculcar en la sociedad que para poder ser libres completamente, era necesario transformar la manera de pensar, orientándola a una crítica que construyera los nuevos cimientos de una nación que nació en los albores del siglo XIX.

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