jueves, 9 de julio de 2009

Amor y occidente. Denis de Rougemont la sublimación de los sentimientos o el reino de las pasiones. 1

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Amor y occidente. Denis de Rougemont la sublimación de los sentimientos o el reino de las pasiones.

Primera entrega.-
En 1938 en Suiza, Denis de Rougemont publicó el que sería el más celebre y polémico de sus ensayos: Amor en occidente.
Intelectual liberal, nació en Neuenburg, suiza, en 1906. Productor prolífico de ensayos literarios, se propuso lograr un análisis de una de las pasiones humanas que más en serio tomamos en el siglo XXI, el amor. Y no era sólo observar las costumbres que conforman la concepción de este sentimiento, era desentrañar el mito de un tabú, sobre el cual se sostiene el mundo occidental. Era rectificar el futuro inmediato para liberar la conciencia.
Cito la contraportada de este fantástico ensayo, editado por CONACULTA en su colección “Cien del mundo”: “este ambicioso estudio de la pasión amorosa en la cultura occidental intenta responder a tres interrogantes capitales: ¿porqué preferimos cultivar en el amor una pasión que conduce a la muerte y se opone radicalmente al matrimonio? ¿Por qué preferimos el amor mortal que el amor feliz, puramente físico de los orientales? ¿Por qué se compara con tanta frecuencia a la pasión amoroso con la exaltación religiosa? Es un buen ejemplo de una de las razones que ocasiona el decaimiento de una sociedad y lo ejemplifica brillantemente a través del retrato que la literatura formó de ella.
Trataré de exponer lo más claramente posible lo referente a estas preguntas. Primero que nada, Denis de Rougemont hace un recorrido por la historia de la literatura desde el renacimiento, el amor cortesano de Petrarca, hasta la concepción de la sublimación de las pasiones como objeto estético y posteriormente fenómeno social, con autores como Stendal y demás autores del realismo francés decimonónico.
Rougemont aborda el tema empezando por una de sus raíces y se aboca al que denomina “el carácter más profundo del mito es el poder que sobre nosotros tiene, generalmente sin que nosotros sepamos”. De esta forma, el autor da a conocer su percepción de la realidad social inmediata: existe una atadura mental que frustra la percepción polimorfa de la realidad, reduciéndola a una rutina. Los mitos traducen las reglas de conducta. En la actualidad, dice el maestro, entre nosotros el concepto de romanticismo tiene una carga esencialmente particular en nuestra percepción “romanticismo viene de román que significa drama”. La primera confesión llega clara al objetivo que persigue.
Propone que las bases del mito sobre el que se basa nuestro sentido del amor, se remonta al inicio de los grandes cantares en los que las gestas heróicas y los actos amorosos, se volvieron el sentido de su vida en los grandes periodos de paz en la antigua edad media. El autor propone en su investigación que el inicio del fenómeno se enfoca en el cantar de Tristán e Isolda de origen religioso Cátaro. La tradición trovadoresca indicaba que un trovador tunante se podría poner bajo el favor de una noble, con la que compartía una complicidad por conveniencia para los caprichos y actos que ésta realizara, incluyendo por supuesto el adulterio. Los trovadores estaban encargados entonces de ennoblecer los actos que la noble cometía, transformándolos en idílicos sentimientos legítimos, regidos no por el interés, sino por una pasión que les prendía el alma.
La adaptación primitiva que los trovadores hicieron del Tristán, se volvió prontamente célebre, pues era la sublimación de las pasiones, mediante las cuales se proporcionaban dosis de placer que ayudaba a distraerse del tedio. Incluso podían tributarse a Dios cuando se subyugaban por un interés. Es decir este mito se convirtió en una de las vertientes oficiales del pensamiento. De tan gran prestigio gozaba, comenta el autor, que ni la iglesia se atrevía a censurarla, conformándose con no permitir la vulgaridad de la prosa.
En la siguiente entrega veremos cómo se asimila el mito en la sociedad noble de la edad media y la forma en que llegó con los plebeyos, tergiversándose y transformándose en una norma religiosa y social.
Comentarios y dudas: revolucióndelhombredemaiz@hotmail.com

Rougemont, Denis de. (2001). Amor y occidente. Col. Cien del mundo. Edit. CONACULTA. México

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