lunes, 13 de julio de 2009

Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes” 3

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Jaime Sabines “el poeta de los jóvenes”

Tercera y última entrega.-
¿Por qué la gente todavía lee a Sabines? ¿Por qué los jóvenes hacen suyos sus poemas escritos hace tanto tiempo? Sabines nos lo dice todo, el poeta utiliza su palabra para darle voz a la colectividad: a nosotros. La gente lee a Sabines porque es capaz de hablar por ellos, porque su sencillez logra cautivar a cualquiera y más aún, sumerge en su mundo a todos aquellos que ni siquiera gustan de la poesía, basta que sea recitado en cualquier parte para que quien lo escucha, encuentre una empatía con sus versos.
La influencia de Sabines en los escritores jóvenes es innegable, todos hemos leído a Sabines, todos hemos oído a Sabines (gracias a las grabaciones que realizó para bellas artes). “Los amorosos”, “La tía Chofi”, “La muerte del Mayor Sabines”, “Me encanta Dios”, arquetipos de la poesía Mexicana moderna, es indudable que prácticamente cualquier persona ha oído hablar de ellos; los Amorosos, es quizá su poema más famoso y más leído, Carlos Monsivais, dice en su ensayo “animar el placer de la metáfora”: Fue el aviso del ingreso de Sabines a lo entrañable. ¿Qué hallaron y qué siguen hallando allí los desacostumbrados de la lírica contemporánea, los habituados, en todo caso, a la rima?... encontraron no muy fácil, una poesía ardua que no los expulsaba, algo distinto a una poesía fácil que los incluía; descubrieron el gusto por lo aparentemente incomprensible que va rindiendo su secreto a cada lectura sin jamás cederlo del todo; vislumbraron y siguen vislumbrando el sentido mayor de la poesía, la memorización, que al aclararnos de pronto una línea, enriquece sin medida nuestras vivencias. (Monsiváis: 1999).
Sabines en una entrevista dijo: ” Yo siempre he pensado que la misión del poeta es dar testimonio de la vida, de lo que le pasa al hombre sobre la Tierra. El poeta es un testigo de lo que sucede y quiere llegar además a la verdad como el filósofo, pero en este caso no guiado por el razonamiento y la lógica, sino a través de la intuición y de la emoción humana” (Sabines:1997).
De versos libres, Sabines posee la virtud de desarrollar con éste estilo los argumentos de su poesía sencilla. La búsqueda halla sustento en lo real, configura su ámbito de expresión aprehendiendo el tiempo en su presente; como raptando la música del aire, su ritmo adquiere una cadencia con la que enamora en su lectura, consigue que se haga más ligero y a la vez profundo. Como dando paletazos de color, las figuras románticas aparecen.
Los símbolos poseen gran peso en la poesía, pues son los referentes para descubrir el sentido real de frases que por su construcción abstracta, obligan a la búsqueda del fondo poéticos, es decir del sentido mismo. La inclusión de los elementos comunes y cotidianos, transforman en poesía su pensamiento. Sus poemas toman fuerza en la temática y la profundidad del sentido que le imprime, producto de la reflexión acerca de lo cotidiano.
Cada verso es la experiencia del hombre en su encuentro con el otro, con su cotidianidad: el amor, la ternura, la esperanza, la soledad, el trabajo, la familia, los amigos, el paisaje, los sin nombre de la ciudad; construye un universo poético desde el hombre y su exploración del entorno, su preocupación es central el hombre y la vida. Memorias de un contemplador de la vida, descubre que en su corazón habita el universo de lo onírico, porque la tierra no es un espacio de vida plena, sino de contemplación.
El poema en Sabines es un inicio, continuación y receso del diálogo del hombre consigo mismo, con Dios, con el universo y con el hombre, es un discurso plural en el que se incluye a la noche y el júbilo, a la distancia y el amor, a la sinceridad y lo monótono. No duda en transformarse en transgresor del orden establecido con tal de suscitar pensamientos que comprometen el sentir.
Sabines nos encanta con su lenguaje sencillo y con su ritmo cadencioso, y aún así, su propuesta es bienvenida en cualquier círculo social. Sabines simplemente escribe para la satisfacción estética de sus lectores, torrente de asombros, develar constante de ritmos, de agonías, de éxtasis, de hondos silencios que no acaban de callar. El poeta se libera de la retórica para llegar a la conciencia

Bibliografía:
Sabines, Jaime. Nuevo recuento de poemas (1997) México. Joaquín Mórtiz.
Monsivais, Carlos. “Animar el placer de la metáfora” en La Jornada: 20 de marzo de 1999. (s/p)

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