Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
El símbolo y su interpretación en la poesía
El símbolo según Carl Jung es “la representación perceptible de una realidad, con rasgos asociados por una convención socialmente aceptada” (2002:45). La forma de exteriorizar una idea abstracta es el medio de expresión al que se atribuye un significado convencional y en cuya génesis se encuentra la semejanza, real o imaginada, con lo significado. La relación entre poesía y símbolo es estrecha, pues en ellos se encuentre el sentido del pensamiento abstracto, el que se representa en la poesía.
Jung sostiene que “no se piensa sin imágenes” (2002:12). Dichas imágenes son estructuraciones mentales que se traducen en símbolos. Es decir una representación en la mente, con el fin de recordar los hechos. Así está conformado el pensamiento inconsciente. Ésta es “la cimiente de la materia con la cual se crea la poesía” (Jung:2002:14).
La tradición oral transmite los elementos más importantes que son recordados y transmitidos constantemente en una cultura. Y los símbolos son aquellos elementos que representan la síntesis de la percepción del mundo en una cultura. La atribución del significado en los rasgos principales y más sobresalientes constituye la percepción de los escritores y artistas en general. El artista es aquella persona que posee la capacidad de trasladar los símbolos al campo de la percepción estética. Es decir logran transformar los símbolos en elementos poéticos que trastocan y seducen a nuestra percepción e imaginación.
La psicología moderna, es la ciencia encargada del estudio de la mente y el inconsciente humano. El Doctor Carl Jung, uno de sus fundadores, nos muestra en su estudio El hombre y los símbolos (:2002) que “hay aspectos inconscientes de nuestra percepción de la realidad… cuando nuestros sentidos reaccionan ante fenómenos reales, son trasladados en cierto modo desde el reino de la realidad al de la mente… dentro se convierten en sucesos psíquicos”. Señala también que en ese momento surgen los símbolos en el pensamiento.
Se trata de una actividad realizada desde nuestro inconsciente pues, como asevera Jung, la conjunción de valores sociales propicia la creación de un lenguaje común, regido por ciertas necesidades sociales. La mayoría de las veces el artista otorga valores predeterminados a figuras, ya sean reales o abstractas, depositadas en imágenes que subsisten en el entorno social.
El símbolo es así resultado o producto, y acaso causa, de nuestra percepción del mundo, sin que por ello deba suponerse que constituya una copia tangible de la realidad, ya que la atribución del significado en los rasgos principales y más sobresalientes de la realidad percibida, constituye la síntesis eficaz de la observación de los seres humanos.
La mayoría de las personas, encuentran difícil el estudio profundo de los símbolos que se encuentran depositados en el entorno social, tal y como lo reproduce Jung: “la consciencia se resiste a todo lo inconsciente y desconocido” esto es lo que desarrolla una especie de animadversión hacia las manifestaciones artísticas, producto de la manipulación del pensamiento con determinados factores y actuantes como la televisión, con su síntesis de emociones apreciables con un mínimo de ejercicio intelectual, que desarrolla un rechazo natural a la poesía y manifestaciones artísticas de toda índole, originando un consumo muy moderado de las mismas.
Los elementos reflejados en los actos poético-estéticos que se recrean del pensamiento llevan al análisis consciente del hombre, de su comunidad, su pasado y de sus símbolos. Los elementos que se vuelven motivador-transformador del aprendizaje inconsciente, se representan entonces como el examen de la relación del hombre con su propio inconsciente y su entorno. Poco a poco se transforma el pensamiento y se muestra la reestructuración de los valores, intereses y necesidades individuales y colectivas, que se encuentran en la poesía y en cualquier manifestación de arte.
viernes, 10 de julio de 2009
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