lunes, 13 de julio de 2009

Umberto Eco. La búsqueda, la duda, las letras.

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Umberto Eco. La búsqueda, la duda, las letras.

Para la crítica moderna, la exploración de los modelos canónicos de la literatura representa la inauguración de la especialización del género. Cada escritor escoge su cada cual temático. Esto nos habla del avance que la academia ha alcanzado, la búsqueda científica, la duda pragmática gobiernan hoy las obras literarias, aún las más románticas y pasionales nos hablan de una idealización intelectual profunda y delirante.
Umberto Eco (5 de enero de 1932) es un escritor Italiano experto en semiótica y filosofía. Se consagró como narrador con El nombre de la rosa (1980), novela surgida a partir de su tesis doctoral sobre literatura medieval, es susceptible a diversos tipos de lectura como la histórica culturalista, como novela filosófica o novela policíaca. Traducida su obra a muchos idiomas y llevada al cine en 1986 por el director francés Jean-Jacques Annaud. Escribió además otras novelas El péndulo de Foucault (1988), La isla del día de antes (1994), Baudolino (2000), y su última obra, La Misteriosa Llama de la Reina Loana (2004).
Y aún sobre sus éxitos literarios sus méritos están en su vasta obra ensayística. Para fortuna de sus seguidores, su profundo conocimiento de la hermenéutica y la semiótica se han transformado en la historia secreta de que habla Ricardo Piglia, a la par de la historia principal que los personajes actúan, sus diálogos esconden fragmentos de ese pensamiento racional que se traslada al inconsciente del lector, que cuando racionaliza los argumentos, se encuentra con la develación de una intensa búsqueda ontológica.
Eco no da respuestas, brinda la duda. Su pensamiento crítico ha alcanzado renombre internacional gracias a una actitud progresista que gira alrededor del impulso al método y a la ciencia. Sus personajes están basados en el pensamiento dialéctico y en el pensamiento deductivo del que Guillermo de Baskerville hace gala en El nombre de la rosa.
Umberto Eco mantiene un estilo particular de narración su heterodoxia de dividir el libro no en Libros, Partes y Capítulos sino en secciones cuyo nombre o contenido esté relacionado con lo narrado en ellas.
Es también un admirador confeso de Jorge Luis Borges, del que ha escrito varios textos, y quien inspiró, inclusive, al personaje de Jorge de Burgos en la biblioteca del monasterio en El nombre de la rosa y de un gran personaje de la literatura inglesa Sherlock Holmes, de quien podemos descubrir rasgos en Guillermo de Baskerville, el sacerdote liberal que se dedica a la ciencia.
Este gran escritor ha tenido la sensibilidad de acercarnos a los temas dogmáticos de la sociedad. En El péndulo de Foucault la sencillez con que una teoría conspiratoria puede desquiciar a un círculo social, la mentira y el engaño, son lo que rodea a este drama que mantiene en suspenso por la pequeña fibra con que la realidad se distorsiona y acondiciona a una necesidad inmediata.
Su obra es madura, su estilo sencillo y veraz y cargado de simbolismos y enseñanzas producto de su perspicacia filosófica. Es además miembro del Foro de Sabios de la Mesa del Consejo Ejecutivo de la Unesco y Doctor Honoris Causa por más de treinta universidades de todo el mundo, entre ellas, la Complutense, la de Tel Aviv, la de Atenas, la de Varsovia, la de Castilla-La Mancha y la Universidad Libre de Berlín.

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