domingo, 12 de julio de 2009

La eternidad de la fantasía. Mario Benedetti

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
La eternidad de la fantasía. Mario Benedetti

Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia nació el 14 de septiembre de 1920 en Paso de los Toros, Montevideo, en el Uruguay. Más conocido como Mario Benedetti, fue escritor y poeta, integrante de la Generación del 45, a la que pertenecieron también Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti, entre otros.
El 17 de mayo de este año, Latinoamérica se conmocionó ante la noticia de la muerte de uno de los grandes de su literatura. Mario Benedetti, autor de La tregua, Con y sin nostalgia, Pedro y el capitán, entre muchos otros más, había fallecido en su casa de Montevideo, a los 88 años de edad.
Traducido a más de veinte lenguas, el gran poeta es famoso por la sencillez con que logra trasladar la cotidianeidad a lo fantástico, maestro en el arte del sentir humano, conduce a sus lectores por la crítica, gracias a su sentido del humor y profundiza en la crisis ideológica de la sociedad con su sátira. En vida logró publicar más de ochenta libros y uno más que próximamente será publicado de forma póstuma, que preparaba antes de su tan lamentado fallecimiento.
Hombre de valores profundos y coherente en sus palabras y actos, fue exiliado durante la dictadura uruguaya que se dio tras el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Por sus posiciones políticas debe abandonar Uruguay, partiendo al exilio en Argentina. Posteriormente se instala en Cuba en el año 1976 y en el 77 en España donde estuvo en contacto constante con las más grandes figuras del pensamiento de izquierda de la época. Fue un activista social que formó una infinidad de movimientos de lucha por los derechos laborales y civiles de los países reprimidos por las dictaduras militares.
Los medios de comunicación hablan de la figura de este hombre sin otorgarle el homenaje que le corresponde como el gran intelectual, escritor y activista social que fue en vida. Amante de los libros, constantemente pregonó la necesidad de allegarnos a estos para que las sociedades latinas tuvieran la oportunidad de crear su propio camino. Cronista de su ciudad (Montevideo) y de su tiempo, sus textos siempre fueron inteligentes y cálidos, recuperando un país que transitó del memorioso recuerdo del costumbrismo, pero también del dolor de las épocas difíciles de la dictadura. Su popularidad se extendió a todos los ámbitos de habla hispana donde habitualmente es un best seller.
Como poeta, una de sus grandes virtudes fue la de crear poesía para leerse en voz alta, con júbilo y picardía, motivos que llevaron a que sus lecturas de poemas emocionasen a miles de espectadores.
Poeta anticanónico, confesó tener influencias de Antonio Machado y Baldomero Fernández, quienes aprendió su sencillez. Sus ideas revolucionarias en todos sentidos lo llevaron a tocar cualquier tema con humor y buen gusto. Con Poemas de la oficina, publicado en 1956, Benedetti impactó en el desarrollo de la poesía uruguaya al insertarse directamente en una temática considerada, hasta ese momento "no poética". Testimonió allí al burócrata de clase media y lo interpretó a cabalidad, contagió a cientos de personas de la hiper realidad que era capaz de percibir.
Su forma sencilla, directa y coloquial viene también de su experiencia personal: cajero en una casa de repuestos de automóvil, funcionario público, tenedor de libros, taquígrafo en la Facultad de Química, etcétera, sólo a partir de 1969, Benedetti logró vivir del periodismo y de sus libros. Él Era Mario Benedetti, el hombre de la sonrisa melancólica que se despidió de esta vida trascendiéndose en sus ideas, el que pregonó con el ejemplo y colocó su grano de arena para cambiar esta sociedad tan llena de prejuicios e injusticias.

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