viernes, 10 de julio de 2009

IX festival Rosario Castellanos

Liróforo.
Gabriel Velázquez Toledo.
IX Festival Internacional de las Culturas y las Artes Rosario Castellanos, Comitán de Domínguez.

En pasadas fechas se celebró el 9º Festival Internacional de las Culturas y las Artes (del 15 al 19 de abril) en la ciudad de Comitán de Domínguez. Dicho festival tiene como antecedente el Festival Balún canán organizado por un impulsor de la cultura de nombre Luis Armando Suárez, coordinador de la editorial regional Entretejas. Éste había nacido con la visión de propiciar el intercambio cultural popular pues como mostraban en su promoción su principal objetivo: “tiene su origen en el deseo de compartir con los demás países del mundo la enorme riqueza cultural de los pueblos indígenas autóctonos de Chiapas, así como el enorme legado que hemos recibido como fruto de más de cuatro siglos de constante intercambio cultural debido al Encuentro de dos mundos: el Indígena y el Europeo”. Dicho festival ofertaba actividades culturales variadas, tal como lo reflejaron sus programas que incluían entre otras, muestras de danza, teatro, conciertos, exposiciones plásticas, talleres de creación artística, callejoneadas, música de cámara, jazz, y hasta subastas de arte chiapaneco contemporáneo.
Para el año 2001 la celebración de dicho festival pasaría a manos de las Instituciones Culturales oficiales del gobierno, cambiando su nombre por el Festival Internacional de las Culturas y las Artes Rosario Castellanos, homenajeando a la ilustre escritora comiteca. Con la llegada de éste se hicieron pequeñas adhesiones, entre la que se destaca sin duda alguna el foro académico de estudios de la obra de la escritora, el cual fue abandonado con demasiada prontitud. En un principio fue creado para que las mentes intelectuales del estado pudieran exponer sus propios trabajos. Pero la falta de profesionalización en la crítica literaria degeneró estos foros en simples anecdotarios de contemporáneos de la escritora. La figura heroica en que se transformó tras volverse una distintiva intelectual de la comunidad artística mexicana, poco a poco rebasó la importancia que su misma obra adquirió en las letras hispanas.
La crisis de la crítica literaria chiapaneca no es nueva. Los valores juveniles, en vez de recibir un impulso para la proyección de sus investigaciones, son opacados por el servilismo políticocultural con que se atiende a algunas “figuras” de la literatura local. Una mala gestión cultural termina siempre en la tergiversación del sentido primario con que se crea un evento como este.
Por fortuna para los asistentes, en esta ocasión el atino de rescatar a dos intelectuales, estudiantes de maestría y ex alumnas de la Universidad Autónoma de Chiapas, en la carrera de Lengua y Literatura hispanoamericanas, que prometen un futuro prominente en el mundo de la crítica por el profesionalismo con que abordaron sus temas, vinieron a rescatar el sentido con que los foros literarios deben ser abordados, con puntos de vista críticos. La ponencia de Angélica Altúzar Villatoro sobre El eterno femenino la obra dramática de Rosario Castellanos, ilustró a los presentes sobre otras de las alternativas, como ésta en el mundo del teatro, que la escritora exploró y la injusta apreciación que la crítica del momento vertió en los medios. Y Silvia Álvarez Arana, quien presentó un estudio comparativo de la obra literaria de la escritora y su correlación con las epístolas compiladas en el libro Cartas a Ricardo, cuya búsqueda central se centra en la doble vertiente que el discurso de Rosario Castellanos tenía y en los que fusionó al mundo real con el literario.
Vaya sino sale uno sorprendido por la habilidad con que las ponentes dominaron el tema y conquistaron a los asistentes. La inconformidad del público con la calidad de muchas ponencias llevó al clamor de la necesidad de crear un Centro de Estudios Literarios de la obra de Rosario Castellanos, después de que Ernesto Carboney, otro ponente comentara que la Universidad de Tel Aviv, en Israel, tiene una beca denominada Rosario Castellanos para alumnos que en aquel país quieren hacer estudios sobre literatura mexicana o bien, sobre la obra de Castellanos. Curioso que en su estado natal se le dedique únicamente un festival que, venido a menos (en un inició fue proyectado para durar dos semanas y el anterior no duró más que 5 días) parece insistir en negar el apoyo a las brillantes mentes que sólo necesitan una oportunidad para demostrar la calidad de su trabajo.

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