jueves, 9 de julio de 2009

Amor y occidente. Denis de Rougemont la sublimación de los sentimientos o el reino de las pasiones.2

Liróforo
Gabriel Velázquez Toledo
Amor y occidente. Denis de Rougemont la sublimación de los sentimientos o el reino de las pasiones.

Segunda entrega.-
En la entrega anterior se dio cuenta de la forma en que Dennis de Rougemont, plantea descubrir la verdad escondida dentro de uno de los dogmas sociales más notables de occidente, el amor.
Le edad media, con sus caballeros andantes, cruzadas, oscurantismo y sentido altamente religioso, heredó los usos y costumbres que las sociedades medievales privilegiaban, transformándose en reglas que regían el comportamiento de los miembros de cada orbe.
El mito de Tristán e Isolda, narra la aventura de un noble que arriesga su vida por la mujer del Rey, de quien cae perdidamente enamorado tras ingerir accidentalmente un pócima de la pasión, que lo maldice por siete años de ciego amor para la primera mujer que vea. Tristán enfrenta el problema de enamorarse de la mujer del Rey, quien le exige votos de obediencia y la catarsis se da cuando decide irse con la mujer que ama. Después de siete largos años, Tristan despierta del hechizo. El amor se ha terminado. Su conciencia lo castiga y debe redimirse. Devuelve a Isolda con el Rey y él mismo decide autoinfringirse un castigo, casándose con una mujer del mismo nombre que su antigua amada y ofreciendo su castidad como voto sublime del sentimiento que le rigió por tanto tiempo.
A grandes rasgos éste es el resumen del mito que llegó a transformarse en la sociedad medieval, ícono de los cantares románticos que empezaron a componerse, que en esencia sublimaban de la mima manera aquel sentimiento que movía al héroe a castigarse.
La cultura del sacrificio nace y es curioso ver cómo se asimila el mito en la sociedad noble de la edad media y la forma en que llegó con los plebeyos, tergiversándose y transformándose en una norma religiosa y social para posteriormente llegar hasta nuestros días como una imagen de resignación, dolor y pasión. El mito perdió su personalidad sublime.
Tristán decide entregarse ciegamente a su deseo. La pócima que toma una noche no es más que el sabor de la lujuria. El ser animal se impone. La sociedad medieval, regida por principios religiosos, no aceptaron que la imagen de la bestia que se esconde en los seres humanos se describiera de forma tan libre. La censura obligó a imponer en el personaje central una serie de discursos que elevan el amor a la categoría más alta de los sentimientos humanos. Dios es amor y el amor debe ser representado entonces como el sentimiento más grande que conduce nuestra búsqueda de sentido. La sublimación de los actos de Tristan se esconden bajo la máscara de la pasión.
Isolda por otra parte, representa la mujer sagaz, inteligente, que consigue lo que se propone antes de someterse al yugo de su futuro esposo. Aunque este sea el Rey. Se enamora de un hombre valiente, de un guerrero. Pero la mujer en esta historia tiene otro papel importante también. Es el fruto del deseo. La manzana. Es el pecado que hace al hombre desafiar las normas impuestas. Es el truco con que los trovadores esconden la infidelidad de las damas de las cortes de Europa. El truco estaba en exaltar el sentimiento que las conducía: el amor. En nombre del amor la sociedad europea se inventa la doble moral, que si bien es reprendida en discurso, en la acción era discretamente tolerada por el bien de los intereses económicos.
En la última entrega veremos cómo este mito que se propago por todo el viejo continente, cobró forma propia y se transformó en el ideal de la vida social a la par de la descripción del análisis que Rougemont hace de la institución que se fortaleció como norma social: el matrimonio.
Comentarios y dudas: revolucióndelhombredemaiz@hotmail.com

Rougemont, Denis de. (2001). Amor y occidente. Col. Cien del mundo. Edit. CONACULTA. México

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